Rolex fue fundada en 1905 por Hans Wilsdorf y Alfred Davis, su cuñado. Hans Wilsdorf no era suizo y tampoco era un relojero. La funda como puede un joven alemán de apenas 25 años a principio del S.XX en Inglaterra, cuando los relojes de pulsera eran un trasto inútil tan impreciso que había que darles cuerda y ajustarles la hora en ocasiones varias veces al día.
Os cuento la curiosa historia de cómo Rolex es un universo paralelo dentro del mundo del lujo, porque a veces las cosas no encajan con los estereotipos que uno pueda tener. ⬇️ pic.twitter.com/dyXpfZTiAv
— Music Radar Clan (@musicradarclan) October 28, 2022
Wilsdorf registró tres años más tarde la marca “Rolex”, un nombre fácil de pronunciar en cualquier idioma y lo suficientemente corto para caber en la esfera de un reloj.
Los relojes de pulsera nacen como una versión con correa de los relojes de bolsillo, que podían usar trabajadores que requerían coordinación horaria y permitían trabajar con las manos. Mamotretos imprecisos, de poca fiabilidad pero útiles para trabajadores, no para ricos realmente.
La gran apuesta del fundador de Rolex fue apostar por estos mamotretos de calidad cuestionable en los que nadie creía. Y lo consiguió.
En pocos años Rolex consiguió hacer el primer reloj de pulsera con certificado cronométrico. El primero que oficialmente se consideró preciso.
Para 1915 los relojes en pulsera Rolex ya eran tan increiblemente precisos que hasta tenían uso militar. Pero el objetivo real de su fundador no era tanto hacer joyas ni lujo, sino hacer el reloj perfecto e indestructible.
La mujer de Wilsdorf, Florence, había fallecido de manera repentina en 1944. El fundador de Rolex había alcanzado un gran éxito, pero la persona con la que había compartido ese viaje ya no estaba. Huérfano a los 12 años, a los 63 años se quedó viudo y sin descendientes.
Hans Wilsdorf se propuso encontrar una manera de asegurar el futuro de la gran empresa que había construido, protegiendo su cultura y otorgándole una dirección filantrópica que congeniaría con su naturaleza discreta y permitiría a Rolex impulsar incesantemente cambios positivos.
Rolex es hoy un conglomerado de empresas encabezadas por Rolex, SA, que a su vez es propiedad de la Fundación Hans Wilsdorf. La Fundación está reconocida por el gobierno suizo como un fideicomiso benéfico y, por lo tanto, no paga impuesto de sociedades ni está obligado a revelar sus finanzas (o las de Rolex).
Wilsdorf creó la Fundación Hans Wilsdorf en 1945 para conmemorar la muerte de su esposa. Cuando el propio empresario falleció, en 1960, el control de Rolex pasó a manos de cinco fideicomisarios. Estas personas no son accionistas ni propietarios, sino simples custodios que se encargan de garantizar el principal estatuto de la Fundación: perpetuar Rolex, SA destinando parte de sus ingresos a un número indeterminado de actividades benéficas.
Las organizaciones benéficas vinculadas a Rolex son The Rolex Institute (que promueve actividades caritativas), The Rolex Awards for Enterprise (que premia iniciativas pioneras para mejorar la vida en la Tierra) y The Rolex Mentor and Protégé Arts Initiative (que reconoce el talento de artistas jóvenes).
Rolex es la marca de relojes más valiosa del mundo, pero ninguna persona posee acciones: todos los ingresos van al fideicomiso y se usan para pagar materiales, salarios, gastos comerciales y actividades benéficas. Nadie sabe qué porcentaje del dinero se acaba donando.