La publicación original (julio 2020) la puedes leer en la Revista Digital Quaderns d’Animació i Educació Social. Forma parte de una sección que se actualiza de manera periódica y aporta reflexiones, ideas y aprendizajes entre la Animación Sociocultural y los Movimientos Sociales. La realiza un Grupo de Trabajo formado por Candela Guerrero, Xavier Artal y Antonio Alcántara.
Donde el estado no llega o desaparece, y los servicios sociales enseñan sus vergüenzas, la comunidad se pregunta cómo sostener la vida. Las redes de apoyo son para muchas, escuelas de participación social, un momento significativo que les hace sentirse más vinculado al bloque o al territorio, que les hace mirar al entorno con ternura para mejorarlo, un espacio de infinita diversidad entre quienes lo conforman, que usa cualquier herramienta (ya sea asistencial o relacional) para aprender entre todas a articularse y reconocerse.
Para, sobre todo, comprometerse con una clave básica: aquí, en este sitio, nunca nadie se volverá a sentir solo. Desde esa solidaridad, las entidades comunitarias, los movimientos y organizaciones sociales son esenciales en momentos de emergencia social para sostener la vida y el territorio. Hay herramientas, referencias y experiencias que pueden ir dando claves para ello, en esa línea, necesitamos recuperar la idea de vecindad, crítica social y apoyo mutuo frente a la idea de consumo. Las entidades no pueden seguir consumiendo actividades, y la ciudadanía no puede seguir consumiendo democracia en dosis representativas cada 4 años.
Las redes de apoyo mutuo han de ser entendidas no como caridad, sino como una política pública nacida del bien común, y no de la Institución. De ello dependerá su evolución.
Para profundizar: