Una col·laboració de Jessica Fernández, Pinceles del Educador per a Educació Transformadora.
El trabajo del educador y educadora social puede asemejarse al de un artista, necesita reinventarse, necesita inspiración y creatividad, necesita estar en continuo movimiento y como todo buen artista necesita de pinceles y de una buena gama de colores.
Si imaginamos al educando como un lienzo en blanco, lleno de posibilidades, necesitamos dos cosas; por una parte los colores, es decir su propia identidad, sus intereses, sus motivaciones…, y los pinceles podrían ser las herramientas del educador y educadora social para acompañar esos trazos más complicados.
El sentido del humor puede ser uno de esos pinceles, una herramienta entre tantas otras, pero con un fuerte potencial; nos permite ver la vida desde otras perspectivas, es decir distanciarnos de aquello que nos causa dolor, miedo o angustia, y así ser capaces de encontrar soluciones incluso saliendo fortificado.
El humor aplicado desde una perspectiva pedagógica, puede configurarse como una herramienta, una postura frente a la vida no solo para los educadores, sino también para aquellos a los que vamos a acompañar, ya que el humor es algo que se aprende y por tanto que podemos transmitir como saber, así como su posible utilidad para la elaboración de recursos y materiales educativos.
Se trata de tomar el humor como una postura frente a la vida, una postura que nos permita descubrir que siempre hay más de una sola mirada, aprendemos mirar con perspectiva, es decir hacer uso de tantos pinceles y colores como nos sean posibles ya que no todo es blanco o negro.