Santiago Alba Rico | Público.
Unos aseguran haberlo visto con sus propios ojos; para otros es sólo una leyenda urbana difundida interesadamente para distraernos de la crisis. Según un rumor extendido por las redes sociales, en Benirumi, una localidad del Mediterráneo, las cosas estarían cayendo por su propio peso. Testigos presenciales afirman haber visto un vaso romperse contra el suelo y una piedra, lanzada por un niño, precipitarse en el lecho de un río. También se habría visto caer en tierra una moneda.
Se asegura, aún más, que en Benirumi la pradera se moja cada vez que llueve y la ropa tendida se balancea cada vez que sopla el viento y el sol brilla en el mar cada vez que el cielo se despeja y las salivas se mezclan en las bocas cada vez que los enamorados se besan. E incluso se habría visto un pájaro con alas y un rosal con rosas y a un bebé sin dientes.
Se asegura -por más increíble que parezca- que en Benirumi las montañas son más altas que las casas; y un extranjero sostiene haber visto salir la luna algunas noches.
Se asegura también que si a los benirumíes se les pincha, sangran; si se les golpea, les duele; si se les insulta, se ofenden; si se les acaricia, se ríen; si cogen frío, estornudan; y si no están muertos, respiran.
Se asegura incluso que cuando a los benirumíes se les humilla, se les roba, se los silencia, se los explota, se los reprime, se les engaña y se los trata como a niños, los benirumíes se indignan, se rebelan, se organizan, luchan y cambian de gobierno.
¿Será verdad? ¿Un mito de internet? Los expertos consultados desestiman que tal cosa haya podido ocurrir y excluyen por supuesto que pueda ocurrir en nuestro país. Recuerdan, en todo caso, la existencia de un plan antigravitatorio de emergencia.
Entre tanto, miles de indignados acuden a Benirumi con la esperanza de ver cumplidas las leyes de la naturaleza.