Santiago Alba Rico | Público. Hace dos días entrevistamos en estas mismas páginas a Manuel Expósito, un electricista almeriense que, tras contar todas las piedras del mundo, reveló que faltaban cinco y advirtió de la posibilidad de que alguien estuviese robándolas. Ahora la detención en el aeropuerto de La Habana del estadounidense David Brunch confirma su hipótesis. Dentro de su maletín se han encontrado las cinco piedras -dos lisas y grises, una jaspeada y dos guijarros de río- cuya desaparición había denunciado Expósito.
David Brunch, un hombre de negocios de 52 años al que la policía cubana vincula con el terrorista Posada Carriles y que habría participado en la última reunión del Club Bilderberg, forma parte de una peligrosísima banda internacional con tentáculos en todas las ciudades del mundo. Compuesta por unos dos millones de personas infiltradas en los sectores neurálgicos de la economía mundial, la banda llevaría años sustrayendo discretamente objetos del mundo, sin que hasta ahora nadie hubiese reparado en su ausencia. Así lo ha confesado el propio David Brunch, desafiante, en su primera declaración: “Nos habíamos llevado ya el mar Indico, la mitad de los Andes y casi todos los Urales, 300 glaciares, 250 ríos y 3.000 arroyos, 280 millones de árboles, 2.600 especies animales y 25.000 especies vegetales. En pocos años más habríamos vaciado el mundo y nadie se habría dado cuenta. Pero quizás nos precipitamos con las piedras”.
Tras amenazar a Manuel Expósito, al que hace responsable del fracaso de la operación, advirtió contra toda tentativa de recuperar el botín robado: “hemos tratado de usar sólo la discreción y el talento, pero podemos armar ejércitos y apoderarnos por la fuerza de todo lo que queda”.
Preguntado Manuel Expósito, se ha limitado a responder modestamente: “Si alguien hubiera contado los mares... Tendremos que tener los ojos más abiertos”.