Evaluar es una actividad compleja y decisiva fundamental para el aprendizaje. La pregunta - retórica - es si es una actividad distinta a la enseñanza o si evaluación, enseñanza y aprendizaje forman una unidad y cuál puede ser el papel que jueguen las TIC en relación con la evaluación.
La complejidad de la evaluación es una evidencia fácilmente constatable pero hagamos una prueba para demostrarlo. En el siguiente cuestionario (esta es una entrada sobre evaluación, ¿no?) puedes medir tus conocimientos indicando cuántos tipos de evaluación y cuántos métodos de recogida de datos conoces y utilizas.
Fernando Trujillo en educ@conTIC
Fernando Trujillo en educ@conTIC
Si quieres saber más sobre esta tipología de métodos de evaluación y recogida de datos, la fuente es elMarco Común Europeo de Referencia para las Lenguas.
Como has podido comprobar, las opciones posibles a la hora de realizar la evaluación son amplias y variadas. Y sólo estamos considerando aquí la evaluación del estudiante y su aprendizaje, porque también podríamos considerar la evaluación del proceso de enseñanza y de la propia actuación del docente.
En realidad, las decisiones que tomamos en relación con la evaluación son claves para conocer qué entendemos por educación. En un libro clásico en las Escuelas de Magisterio y Facultades de Educación,Diario de un profesor novato, Michel Barlow hace la siguiente reflexión:
Una nota es siempre negativa: 8 significa en realidad 10 menos 2. Poner notas es parapetarse tras un ideal teórico, y además inaccesible, pues los puntos están referidos a los defectos. Nadie se pregunta por lo que el alumno ha hecho: sus progresos, su esfuerzo, su entusiasmo. Sólo se tiene en cuenta lo que no ha hecho, las faltas cometidas. Así, corregir nada tiene que ver ya con su significado etimológico: poner recto, enderezar. Se limita a hacer el descuento de las lagunas, a detectar los errores y a sancionarlos. |
¿Qué visión de la educación nos transmite la imagen descrita por Barlow?¿Queremos ser una escuela que resta o una escuela que suma? Pues bien, frente a esta imagen hay propuestas que no sólo son eficaces para darnos información acerca del desarrollo y el aprendizaje de nuestros estudiantes sino que también contribuyen al crecimiento de cada individuo: aquí tienes algunas sencillas propuestas para hacer de la evaluación una experiencia de aprendizaje - y las TIC tienen aquí un papel fundamental que jugar.
Autoevaluación
Digámoslo claramente: no puede haber desarrollo si el individuo no es consciente de su "estado actual", de cuáles pueden ser sus objetivos de aprendizaje y cuáles son sus fortalezas y debilidades a la hora de aprender. Para ello es necesario que permitamos que nuestros estudiantes se autoevalúen, al menos con la misma frecuencia con la cual son evaluados.
Hay muchas maneras distintas de fomentar la autoevaluación. Por ejemplo, en enseñanza de idiomas,y especialmente con estudiantes adultos, de Bachillerato, Formación Profesional o últimos cursos de ESO, podríamos utilizar la herramienta de "diagnóstico" DIALANG y el e-PEL, del cual ya hemos hablado en unaentrada anterior - o el PEL con todas las edades. En formación inicial del profesorado esta recomendación es un buen punto de partida para las asignaturas de "lengua extranjera y su didáctica", presente en todos los planes de estudio de magisterio, y para conseguir que el futuro docente se conciencie de la importancia de la autoevaluación para su desarrollo profesional y en la práctica educativa.
El diario de aprendizaje puede ser una manera interesante de reflexionar sobre las actividades realizadas durante un período determinado de tiempo así como sobre aquello que se haya aprendido en este tiempo o sobre posibles objetivos de aprendizaje futuro. Además, el docente puede encontrar en los diarios multitud de propuestas interesantes para mejorar su práctica y para conocer las dificultades y problemas que pueden estar encontrando sus estudiantes en una materia particular.
Una wiki puede ser un entorno apropiado para mantener un diario de aprendizaje colectivo, como se hizo en esta experiencia de la profesora Sonia Madrid, Taller Digital, el curso pasado: cada viernes los estudiantes de primero de ESO, organizados en grupos de trabajo, preparaban su diario de aprendizaje vinculado con las distintas materias del currículo disfrutando para ello de un amplio margen de libertad para la redacción y selección de materiales. Si prefieres que cada estudiante mantenga su propio diario de aprendizaje, un blog es, entonces, la mejor opción.
Las rúbricas
Imagina una tarea que quieras que realicen tus estudiantes. Esta tarea supone un proceso de trabajo y conlleva la obtención de un producto. Si estableces las categorías que determinan el éxito del proceso y del producto, si ordenas los posibles grados de éxito y redactas unos enunciados que describan esos grados de éxito, entonces ya has hecho la rúbrica para evaluar la tarea.
Parece interesante, ¿verdad? Pues, sin embargo, la propuesta que hacemos aquí no es utilizar la rúbrica para la evaluación del estudiante - aunque si quieres, puedes hacerlo.
Las rúbricas pueden ser muy útiles antes de empezar a trabajar y en relación con las familias y el estudiante. Es decir, por un lado, las rúbricas pueden ser una manera de aumentar la transparencia de nuestro trabajo a la hora de mostrar a las familias los criterios de evaluación que utilizaremos para valorar el desarrollo de sus hijos e hijas; podrían ser, en este sentido, una pieza importante del contrato de aprendizaje que en otra entrada propusimos que se firmara con las familias, que de esta forma se corresponsabilizan del aprendizaje de sus hijos e hijas, disponen de la información pertinente para ayudarnos y, además, podrán así interpretar con más claridad nuestras calificaciones - y la actuación de sus hijos e hijas en nuestras materias.
Por otro lado, las rúbricas pueden servir como guías de estudio para los estudiantes pues a través de su lectura pueden conocer, antes de empezar a trabajar, qué se espera de ellos. Exigir esfuerzo y responsabilidad supone dotarles de los mecanismos para saber hacia dónde han de dirigir su esfuerzo y cómo serán valorados.
Finalmente, las rúbricas también pueden servir para valorar nuestro propio trabajo. En la siguiente tabla puedes encontrar una propuesta de rúbrica diseñada por Diego Ojeda para el diseño de tareas de enseñanza-aprendizaje y que podríamos utilizar tanto durante la fase de diseño como tras su implementación en el aula - y los evaluadores podríamos ser nosotros mismos o incluso los propios estudiantes (¡!).
En la red, Rubistar (disponible en inglés y castellano) es una de las aplicaciones estrellas y cuenta tanto con muchos ejemplos de rúbricas a nuestra disposición como con un editor de rúbricas que facilita su diseño. Con esta herramienta quizás te apetezca ya probar con uno de los criterios de evaluación de una de las materias que impartas y convertirlo en una tarea y su rúbrica...
El portafolio
¿Qué ocurre con el material que escriben tus alumnos y alumnas?¿Y con los textos que leen?¿O con los debates que se celebran en clase?¿Y con aquel vídeo de YouTube que vieron hace un mes?¿Cómo pueden recuperar aquella línea del tiempo que hicieron el pasado trimestre?¿Dónde está aquel ensayo sobre las causas y las consecuencias de las migraciones?¿Dónde ha ido todo eso a parar?
El portafolio es la colección de materiales de aprendizaje utilizados o realizados por el estudiante durante un tiempo determinado. Puede ser utilizado exclusivamente por el estudiante para autoevaluarse, para recordar qué ha hecho a lo largo de un período de trabajo o simplemente para conservar sus "buenas prácticas"; puede ser utilizado por el estudiante y su profesor o profesora para analizar juntos su evolución, para observar lagunas o para consensuar actividades de refuerzo o ampliación; puede ser utilizado por el profesorado para compartir textos a través de las distintas materias - en un centro bilingüe, por ejemplo-, para conocer el ritmo de avance en cada una de ellas, para encontrar evidencias que justifiquen una calificación o para aportar al claustro de evaluación argumentos que apoyen la toma de decisiones; o, finalmente, puede ser utilizado por el profesorado y las familias para conocer el avance de cada estudiante, los problemas que están encontrando y el tipo de actividades que la familia podría hacer en casa para apoyar al profesorado.
Además de ver cómo se puede usar un portafolio, en la siguiente presentación puedes conocer algunas de las muchas herramientas que nos permiten gestionar un portafolio electrónico en la red - aunque la evolución de las aplicaciones de Google aconseja que también eches un vistazo a Google Sites y Google Docs como posibles candidatos para la creación del portafolio electrónico de tus estudiantes.
Evaluación dinámica
Imagina que tienes que presentarte a un examen, por ejemplo, las oposiciones. Me pregunto si te gustaría que te dieran la oportunidad de hacer el examen y que después el tribunal te explicara cuáles han sido tus aciertos y tus errores - e incluso que te explicaran cómo subsanar estos últimos. Sería interesante, ¿verdad? Y seguro que, si te permitieran hacer el examen por segunda vez, el resultado sería mucho mejor porque habrías aprendido de tus errores. ¡Qué bueno sería que la evaluación fuera siempre así!
En realidad, este es el fundamento de la evaluación dinámica, una propuesta de "evaluación interactiva" vinculada con el concepto de "zona de desarrollo próximo" de Vygotsky y que consiste en ofrecer un tiempo de aprendizaje - con la mediación de un adulto, un docente o un "experto" - entre una primera y una segunda prueba de evaluación. Tanto en materias concretas - por ejemplo, en enseñanza de idiomas - como en la atención a estudiantes con necesidades específicas de apoyo, la evaluación dinámica ha demostrado su eficacia para mejorar los resultados, desarrollar estrategias de aprendizaje eficaces y avanzar hacia una enseñanza personalizada y que preste atención a las necesidades individuales de los estudiantes.
Una primera posibilidad bastante sencilla y económica sería vincular rúbricas y evaluación dinámica: el estudiante utilizaría la rúbrica para su autoevaluación - o para la co-evaluación -, detectaría así zonas de mejora, trabajaría con sus compañeros y compañeras y con su profesor o profesora para, finalmente, ser evaluado por el docente. O bien, como segunda propuesta, se ofrecen a los estudiantes pruebas de muestra, que son analizadas y realizadas en clase, para posteriormente revisar los aspectos que hayan dado problemas antes de pasar la prueba definitiva.
En resumen...
¿Para qué evaluar? Evaluar para aprender, como nos dice Neus Sanmartí en su estupendo libro.
Y si después de esta larga entrada con cuestionarios, presentaciones, enlaces y propuestas, crees que no querrás oír hablar de evaluación al menos hasta el final del trimestre, ¿por qué no te relajas viendo cómo resuelve Mr. Bean sus exámenes?