Muchas
cosas han pasado en el campo profesional y disciplinar de la animación
sociocultural en España desde la década de los 50 del siglo pasado,
cuando María Salas empezó a utilizar, en su trabajo con mujeres de
barrios desfavorecidos en los aledaños de Madrid, el término animación
sociocultural.
La animación entró con mucha fuerza en mi país y parecía que podía ser
el remedio mágico para muchas de las situaciones de pobreza, desarraigo,
falta de instrucción, represión y, en general, falta de recursos que
vivían nuestras comunidades en aquella época, todavía de postguerra.
Ander-Egg (1989) utilizaría, unos años después, el término pananimacionismo
para recoger aquellas expectativas iniciales según las cuales la
animación podía ser y estar en todo y resolverlo todo en el campo social
y cultural.
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Hoy la realidad de la ASC es muy diferente en mi país y los programas de animación sociocultural han de convivir y a menudo competir con muchos otros programas, metodologías y profesionales que están actuando en el ámbito de la sociocultura. Dos son los objetivos que orientan este trabajo. Mostrar de una manera rápida el estado de la ASC en España para, a continuación, construir el edificio teórico que, desde mi punto de vista, sostiene y orienta las actividades, programas y proyectos de ASC. Para ello voy a empezar haciendo un recorrido breve sobre la situación de la ASC en España. Después voy a enmarcar la ASC en todo un conjunto de términos, conceptos y metodologías que en la actualidad se refieren a los procesos socioculturales comunitarios. Por último, voy a dedicar los puntos tres y cuatro a caracterizar los procesos de ASC, los contenidos y metodologías que los vehiculan; las dimensiones que los configuran y los valores que los sostienen y animan.