"Vivimos por encima de las posibilidades ecológicas del planeta,
degradando los fundamentos que sustentan nuestra propia existencia sobre
la Tierra", denuncia Aniol Esteban, jefe de Economía Ambiental de la
NEF. A su juicio, eso se debe a que el sistema económico mundial se basa
en un crecimiento infinito del consumo en un planeta finito. "Hay que
efectuar una transición hacia un modelo económico que no dependa de ese
crecimiento (consumo), pero que sea capaz de generar empleo y proveernos
de servicios sociales, pensiones, etcétera", apunta Esteban.
Pero
las soluciones que ofrece para solventar ese problema parecen más una
lista de buenos deseos que de propuestas concretas: "Medir y valorar
aquello que importa a la gente; corregir precios que reflejen el valor
(coste) real; desarrollar nuevos indicadores económicos y de progreso
para complementar el PIB; crear un contexto que favorezca la actividad
empresarial responsable (social y ambientalmente); repartir trabajo
entre la población; inversión en actividades que crean valor positivo
para la sociedad".
Unos contaminan más que otros. La población del
globo necesitaría cinco planetas para vivir al ritmo de consumo de
recursos de un ciudadano de Estados Unidos y tres planetas para vivir
como un español. Pero solo un planeta para vivir como un ciudadano de la
India. España consume 3,35 veces más que su biocapacidad: si los
españoles tuvieran que subsistir con sus propios recursos, al ritmo
actual estos se habrían agotado el 19 de abril. "Bien gestionados, los
recursos naturales renovables pueden ser una fuente infinita de
alimentos, empleo y beneficios económicos. Mal gestionados, ponemos en
riesgo su capacidad de generar beneficios para siempre", advierte Aniol
Esteban.