Registro del encuentro del Presidente Salvador Allende con comunidades mapuches, luego de la primera ley que el gobierno dicta en favor de sus derechos. Se muestran actos de celebración, discursos y declaraciones de mapuches en su lengua.
Rodado el año 71 en un colorido 16 mm (con colaboración del gran cineasta uruguayo Mario Handler en cámara), el documental, en gruesos términos, muestra a una familia mapuche (hablando en mapudungún) sobre las injusticias que como pueblo sufren. La pobreza, el hambre, la humillación, todas miserias derivadas de la falta del motor vital: la tierra. Algo usurpado por el blanco, o por el momio, como es acá llamado. Dolorosos, casi como ruegos cantados, una pareja anciana (él en un primer plano que acentúa los surcos de un rostro cara doliente) hablan de ello. De pronto esto quebrado por el discurso de uno de sus hijos, algo más estructurado, directo y politizado. El joven con un entusiasmo evidente, más expresivo que su padre, habla de este nuevo momento en donde las cosas deberían cambiar. Es ese contexto el que luego salta a la pantalla: el Presidente Allende viene a la zona a caballo del proyecto de reforma agraria que su programa promete, pero sobretodo, para anunciar la creación de la Ley Indígena nº17.729. Una ley que potenciaría social y económicamente a todas las etnias a través de la restitución de tierras, las cuales debían ser sostenidas a través de un sistema colectivo que ellas mismos construirían.
“Son las fuerzas de la historia”, dice Allende con una potencia electrizante. Estas se aproximan empujadas por el poder popular para traer la injusticia a los siempre marginados. Ruiz confronta este discurso de Allende con un pueblo estimulado con banderas chilenas y rojas al viento. Es esta la parte testimonial del documental, el contextual, el de la memoria de un momento histórico que el documental recoge de manera directa y concreta, como en pocas realizaciones del mismo Ruiz, un director siempre más cercano al juego. Además, visionariamente, es un material carente de todo didactismo y del barroquismo culturalista de otros documentales más recientes sobre el tema mapuche, que finalmente ensucia el testimonio directo. Ruiz acá utiliza un pulso urgente, buscando narrar lo más limpiamente posible o, como él decía en ese tiempo, poner la indagación antes de la mistificación.