Fernando Fantova. En la tarea de comprender el mundo en el que vivimos, sentimos complejidad, opacidad y confusión. Es como si estuviéramos en un mercado de ideas donde las oímos a gritos que intentan capturar nuestra atención. Algunas propuestas, cada vez más, seguramente, se nos presentan como urgentes ante un inminente colapso, colapso que puede ser ambiental, financiero, digital, político, relacional, institucional, económico, alimentario, militar o una mezcla o reacción en cadena de varios de ellos o de otros.
Posiblemente sea el riesgo de colapso ambiental aquel que se presenta con más base de evidencia pero, a la vez, no parece que dispongamos de mecanismos de funcionamiento, respuesta o gobierno para reaccionar eficazmente ante dicha amenaza. El carácter global del problema (de todos los grandes problemas, posiblemente, de todos los grandes posibles colapsos) nos obliga a pensar en estrategias de cierta escala o envergadura para que tengan probabilidades de evitar ese o esos tsunamis sobre los que se nos alerta.
En ese contexto, puede extrañar que hablemos de la pequeña comunidad, de la proximidad comunitaria como una de las apuestas clave en este momento que vivimos. Sin embargo parece difícil evitar, por ejemplo, el colapso ambiental (en el caso de que sea posible hacerlo) sin relocalizar nuestras vidas, sin desarrollar formas de encontrar satisfacción a nuestras necesidades en territorios y marcos relacionales de mayor proximidad.
Lo que sucede es que, cuando “regresamos” a la comunidad, cuando volvemos la mirada a los espacios y relaciones comunitarias descubrimos su fragilidad, sus contradicciones, sus limitaciones. Podría decirse que cuando, en su momento, pudimos huir, justificadamente, del dominio heteropatriarcal, de la homogeneidad uniformizadora, del control social o del maltrato invisible que contenía nuestra convivencia familiar y vecinal, abandonamos una red primaria de soporte que ahora, posiblemente, haya que reconstruir y reinventar, necesariamente, en claves de diversidad, cooperación y equidad de género, generacional, funcional y cultural.
¿Es posible reinventar la comunidad? ¿Tienen las políticas públicas y los aparatos de la Administración conocimiento científico, legitimidad ética, mandato ciudadano y capacidad técnica para hacerlo? ¿Cuánto apostar a la comunidad, cuánto a los derechos sociales individuales, cuánto a la libertad de mercado? ¿Qué sujetos o agentes podrían aliarse en esta apuesta por la reinvención y la promoción comunitaria? ¿Comunidades para evitar el colapso o para volver a empezar (si seguimos vivas) después del colapso? Muchas preguntas, pocas respuestas.
Selección de textos sobre comunitaria:
Comunitaria (Javier Segura).
Neighbourhoods of the future (Agile Ageing).
Metodología de la intervención comunitaria intercultural (Marco Marchioni, La Caixa).
Intervenció comunitària i rol dels professionals als serveis socials (Marta Ballester).
Marc de la intervenció comunitària als Centres de Serveis Socials (Claudia Manyá, Ernest Morales).
Diccionario de las periferias (Carabancheleando).
(La ilustración forma parte de una serie de pinturas de Thomas Cole titulada “The Course of Empire”.)