Auca Projectes Educatius. Practicar ejercicio físico moderado es un hábito saludable tanto para niños y adolescentes como para adultos, ya que implica beneficios contrastados para la salud. Sin embargo, en el caso de los menores, los aspectos positivos que aporta la práctica de un deporte van mucho más allá de lo puramente fisiológico.
El deporte para niños, y especialmente el deporte en equipo, contribuye también a mejorar las relaciones sociales entre los niños, que han de colaborar para alcanzar los objetivos del conjunto. Además, potencia la autoestima y previene el sedentarismo infantil y juvenil.
Sin embargo, las actividades extraescolares de tipo deportivo que se planteen han de basarse en la cooperación de todos los participantes, sin hacer distinciones por las mejores o peores capacidades o dotes deportivas de cada uno. Partimos de la base del deporte como complemento lúdico a la jornada escolar, es decir, el niño o adolescente tiene que disfrutar de su tiempo deportivo, no puede ser una imposición. Fútbol, baloncesto, balonmano, gimnasia, tenis, incluso baile o danza, todos los deportes pueden ser positivos para los más pequeños.
Los beneficios concretos del deporte para niños:
- Como se ha comentado, un ejercicio físico moderado y continuo fortalece la salud de los niños, ya que sirve para ejercitar el corazón, el sistema respiratorio, óseo y sanguíneo.
- Además, previene de los riesgos del sedentarismo infantil que puede acabar derivando en sobrepeso y obesidad.
- Genera bienestar. La liberación de endorfinas que se produce durante la práctica de un ejercicio físico también la experimentan los niños, que se sienten con más vitalidad y energía para afrontar los problemas.
- Por otro lado, el deporte les ayuda a relajarse y descansar de la tensión académica que se puede vivir en las aulas con el trabajo puramente intelectual.
- El ocio deportivo previene, así mismo, el exceso de tiempo dedicado al ocio pasivo y sedentario y aporta alternativas lúdicas saludables que serán de mucha utilidad para afrontar la adolescencia.
- Los deportes de equipo fomentan la sociabilización y ayudan a enfrentarse, desde la cooperación, a los triunfos y a las derrotas. Son niños y adolescentes que aprenden lo que es tener un objetivo común y como colaborar entre todos para alcanzarlo.
- Ayuda a enfrentarse a la frustración. En ningún deporte se gana siempre, por eso, es una buena manera de aprender a tolerar los fracasos sin que generen frustración. Se dan cuenta del valor del esfuerzo y de sus recompensas.
- Por último, el deporte en equipo también potencia la autoestima de los menores, especialmente de aquellos que tienen problemas de integración, pero que, desde el deporte, pueden alcanzar metas que les ayuden a creer en ellos mismos.