SARAH BABIKER | El Salto. En épocas de crisis, y ante las alarmantes tasas de desempleo juvenil características del mercado laboral español, la Formación Profesional ha sido objeto de entusiasmo y múltiples reformas en los últimos años. Buscando modelos en el norte, los responsables de las políticas educativas alabaron y se esforzaron por importar el modelo de Formación Profesional Dual en el que la formación en empresas adquirió protagonismo. A este proceso le acompañaron los recortes y privatizaciones en la Educación que marcaron los gobiernos de Rajoy. Lo que pasó en la Comunidad de Madrid fue un claro reflejo de cómo interseccionaron ambos procesos.
“Desde la FAPA seguimos denunciando cómo año tras año se repiten los mismos problemas de falta de oferta de plazas públicas en la Formación Profesional”, repetían el pasado verano desde la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos Francisco Giner de los Ríos cargando contra “un sistema que se decanta por la enseñanza privada, a la que muchas familias no pueden acceder por cuestiones económicas y que en la ciudad de Madrid cuenta con 42 centros públicos de Grado Medio y 85 privados y 42 centros públicos con ciclos formativos de Grado Superior frente a 116 centros privados”.
Según los informes del Consejo Escolar de Madrid, las empresas privadas de educación han ido obteniendo beneficios incluso durante toda la crisis. “Es lógico porque es el modelo del PP, todo aquello que pueda producir beneficios lo privatiza. ¿A costa de qué? pues a costa de aumentar las desigualdades”. El fin de la gratuidad de esta etapa expulsó a muchos alumnos del sistema educativo, el cierre de centros motivó que otros tantos tuvieran que pasarse al sistema privado “al final pasa lo de siempre, el que tiene dinero tiene más oportunidades que el que no lo tiene,” añade Camilo Jené, presidente de la FAPA Giner de los Ríos .
DINERO PÚBLICO A CENTROS PRIVADOS
Ni el tiempo pasado desde el inicio de la crisis, ni las múltiples protestas contra la forma en la que el gobierno de la Comunidad de Madrid gestiona la Formación Profesional han servido para conquistar mejoras. De hecho, se ha generado un panorama difícil de revertir. “Es muy sencillo, tú quitas de un lado y lo pones en otro. Cuando decides poner en marcha el cheque escolar para FP se abre la puerta a la financiación indirecta de los centros privados. ¿Qué sucede a partir de ese momento?”, explica Blanco. Lo que sucedió lo revela un estudio de UGT: en el periodo comprendido entre el curso 2008-2009 y 2016-2017 se perdieron 17 centros de grado superior en la pública mientras que en la privada se sumaron 50. Algo similar pasó en el grado medio, con un descenso de 7 centros en la pública y un incremento de 22 en la concertada y 21 en la privada.
“El cheque no es una beca a las familias, es una financiación indirecta al centro educativo, que además los estudiantes no tienen que devolver si suspenden, cosa que sí tienen que hacer los alumnos que obtienen una beca ordinaria del sistema general”, recuerda Blanco. Los cheques no son el único instrumento de financiación indirecta de la FP privada, ahora se le suman las becas de segunda oportunidad, financiadas con recursos del Fondo Social Europeo.
“La convocatoria de estas becas es paradójica, los requisitos que te piden es que estés inscrito en Garantía Juvenil y un documento que certifique que estás matriculado en un centro y cuánto te cuestan tus estudios. Pero ¿cuales son los requisitos de garantía juvenil? No estar trabajando ni estar estudiando”. Quien narra esta situación es una informadora juvenil de un municipio de la comunidad que no ha querido dar su nombre. Afirma estar agotada por culpa de estas becas de las que no acaba de entender el funcionamiento. “Comprueban que no estés trabajando pero no parece que comprueben si estás estudiando”. Los Centros de Información Juvenil son una de las vías, junto al SEPE y la Cámara de Comercio por las cuales los jóvenes se pueden inscribir presencialmente a este programa, en principio pensado para ofrecer opciones formativas y laborales a quienes están fuera del mercado de trabajo y el sistema educativo.
Blanco explica que como estas becas de segunda oportunidad solo cubren el coste de la plaza escolar, no les conviene pedirlas a quienes estudian en centros públicos el grado medio, cuyas plazas son gratuitas, ni a quienes esperan entrar en un grado superior, pues preferirán pedir las becas de régimen general, de mayor cobertura. “Quién va a pedir esa beca? Aquella persona que esté matriculada en un centro privado y que tenga que asumir unas cuotas mensuales de 500 ó 600, porque al resto no le merece la pena”, deduce.
La informadora juvenil ha estado saturada orientando a mucha gente que, o se había quedado sin plaza, o que ya sabe cómo funciona el sistema y va directamente a los centros privados. “ Es allí donde se enteran de que la comunidad de Madrid está ofreciendo las becas de segunda oportunidad”. Procesos cuya falta de transparencia, en opinión de esta técnica de juventud, generan agravios comparativos entre la gente que estudia y la que trabaja, o entre quienes se apuntan de manera presencial a Garantía Juvenil y son rechazados por decir que están matriculados en una institución educativa, y quienes no facilitan esa información. Según Camilo Jené el proceso para optar a estas becas es tan confuso que muchos estudiantes no llegan a completar su solicitud.
En general falta información, considera la técnica de juventud, que lleva muchos años atendiendo a realidades parecidas. “Un joven con notas mediocres es orientado hacia un grado medio porque no va a poder con bachillerato. Te explican las bondades de que desde el grado medio puedas acceder al superior directamente. Pero nadie te cuenta que el porcentaje de plazas reservado para este acceso es muchísimo menor que el del acceso desde bachillerato. Ni que vas a tener problemas incluso para acceder al grado medio porque no hay plazas”.
LA FP DUAL
La fórmula dual, que divide el grado Superior en dos cursos, uno para los contenidos teóricos y otro para las prácticas en la empresa, dificulta que el alumno complete el estudio de todo el currículo educativo. Blanco afirma que su sindicato no está en contra de la formación profesional en alternancia con las empresas, pero que el modelo no vale para todas las profesiones. Para Carretero este modelo “implica sobre todo la precarización de los alumnos, pues se les han sustituido el módulo de formación en centros de trabajo que implicaba tres meses de prácticas en una empresa, por un periodo de un año en el que a lo mejor están cobrando unos sueldos de unos 300 euros”.
La manera en la que se está implementando la FP dual está a años luz del modelo nórdico en el que dice inspirarse. Por ejemplo, en Alemania, los tutores de las empresas tienen que cumplir una serie de requisitos para sumarse a un registro público, y los sindicatos velan porque los salarios sean dignos y las actividades se correspondan con la de la formación. Prácticas muy alejadas de las que se dan en la Comunidad de Madrid, que adolece, según Carretero, de un gran descontrol respecto a las actividades de los alumnos en las empresas, pues los tutores que allí se les adjudican y que carecen de la formación para ese rol –no suelen tener comunicación con unos tutores educativos desbordados–.
Hay una crítica más de fondo que Blanco resume así: “Si tu estás haciendo una FP en panadería y confitería y te mandan un año a una panadería, no vas a aprender nada de confitería. Lo mismo sucede a la inversa”. Carretero lo plantea de este modo: “es una formación mucho menos polivalente, si tienes a la gente aprendiendo en el centro educativo pues la estas enseñando a trabajar en el sector, si tu tienes a la gente aprendiendo o trabajando en una empresa en concreto, pues están aprendiendo a trabajar en esa empresa y no necesariamente en el resto del sector”, sentencia. “Yo creo que es una imitación del modelo nórdico que coge lo peor pero no lo mejor, las consecuencias se verán a largo plazo en alumnos que tienen una formación menos polivalente y a quienes se ha acostumbrado a una dinámica de precariedad.
Mientras los agentes sociales a nivel estatal organizan un calendario para abordar el mencionado Plan Estratégico de Formación Profesional, Isabel Blanco hace balance de sus propias conversaciones en la Comunidad de Madrid. “El diálogo con el Consejero de Educación no es malo, solo que es profundamente ineficaz: es verdad que nos escuchan, son amables y esas cosas, pero seguimos perdiendo, y ellos siguen ganando, destinando año tras año cada vez más dinero al sector privado. Seguimos teniendo esos déficit de plazas públicas de más de 15.000 alumnos, y seguimos perdiendo centros públicos mientras se siguen creando en la privada”, concluye. Lo que pase a nivel estatal aún está por verse.