@ApúntateUna ¿Cómo funcionan las asociaciones a las que pertenecemos? ¿Cómo elaboramos nuestros proyectos? ¿Nos basamos en el “yo pienso” o en el “nosotros/nosotras pensamos”? En el año 2004, Pierre Lévy publicó “Inteligencia Colectiva” un interesante libro donde se nos plantea pasar de un modelo de pensamiento basado en una única persona a otro basado en el colectivo, permitiendo así el análisis de problemas, el intercambio de conocimientos y la toma de decisiones colectiva.
Sobre comportamientos colectivos y estrategias de colaboración os hemos hablado en varias ocasiones desde ApúntateUna (“Financiación colectiva o crowdfunding“, “Cooperación-Colaboración-Cocreación“). Y una consecuencia del trabajo en grupo puede ser la sinergia, vocablo que literalmente significa “trabajando en conjunto” y que fue acuñado por el multifacético Richard Buckminster Fuller para referirse al fenómeno por el cual el efecto de la influencia o trabajo de dos o más agentes actuando en conjunto es mayor al esperado si los agentes actuasen por separado. Un ejemplo donde se busca la sinergia lo podemos encontrar en el proyecto del “Tren de las Ciencias: un espacio cultural y educacional“.
Volviendo a la pregunta inicial, ¿fomentamos “espacios de conocimiento”, espacios de encuentro donde lo importante sean las vivencias, las experiencias, los conocimientos? Vivimos en un mundo en constante movimiento, donde hay una transformación rápida sobre todo del entorno científico y técnico. ¿Cómo nos enfrentamos a estas continuas mutaciones? Como dice Pierre Lévy, “debemos plantearnos con urgencia la invención de nuevos procedimientos de pensamiento donde pongamos en común nuestros conocimientos y nos los mostremos recíprocamente”. Pero, ¿sabemos trabajar en equipo? Y cuando lo hacemos, ¿lo damos todo o nos “reservamos” algo? ¿Padecemos de Síndrome de Gollum? Antes de comenzar con ApúntateUna, yo mismo era reacio a compartir determinados conocimientos, particularmente en lo referido a la elaboración de proyectos .¿Qué hubiese pasado si Matt Mullenweg no hubiese compartido la plataforma WordPress? Nuestra propia página no existiría tal y como la conoces. Y no digamos si no existiera un recurso tan usado como Wikipedia.
“Nadie lo sabe todo, todo el mundo sabe algo” apostilla P. Lévy. “Esta inteligencia a menudo despreciada, ignorada, inutilizada, humillada no es valorada con justeza.” Así han tenido que razonar quienes han promovido un proyecto tan interesante como EmprendeCultura en Colombia. De la misma idea partimos también cuando desde este portal os hablamos de dinamización sociocultural del patrimonio.
¿Y cómo trabajar nuestros proyectos sociales desde la inteligencia colectiva para buscar la sinergia?
Mejorando nuestra comunicación practicando la escucha activa. En muchas ocasiones oímos a las demás personas pero no las escuchamos realmente. Debemos escuchar no sólo palabras, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que las acompañan, practicando la empatía. Y es más, la escucha nos debe permitir hacer surgir/visibilizar la gran cantidad de argumentos, hechos, competencias, modos originales de relación… que forman parte de nuestra realidad.
Cuidar la comunicación. Teniendo muy presentes aspectos que mejoran la comunicación (evitar generalizaciones, cuidar la comunicación no verbal, elegir el lugar y el momento adecuados, no alargarnos excesivamente en nuestras intervenciones, centrarnos en lo que las demás personas hacen no en lo que son, etc.). De esta manera podremos facilitar procesos creativos que no se vean interferidos por aspectos ajenos.
Cuidando la toma de decisiones favoreciendo la participación real y efectiva de todas las personas que componen una asociación o participan en un proyecto. Estamos hablando de colectivos de dimensiones donde sea posible tener la palabra la totalidad de quienes participan en ellos, no sólo unas cuantas personas “iluminadas”. Mayorías y minorías constituyen parte de la esencia de una colectividad, así como la búsqueda del consenso en pos del bien común.
Planificar. Para implementar nuestro proyecto debemos atender la organización del mismo: distribuir funciones, compartir tareas, agrupar competencias, atribuir roles, búsqueda de recursos… En definitiva, se trata de dinamizar procesos sin hacer separaciones artificiales y favoreciendo las conexiones y cooperaciones transversales, buscando significaciones compartidas. En este camino pueden surgir reagrupaciones imprevistas, deseos de colaboraciones, intercambios, etc.
Evaluación. Prestar especial atención a la evaluación. Para ello podemos tener en cuenta numerosos criterios. Así como no debemos dejar pasar la evaluación, tampoco debemos perdernos en debates estériles. Es importante la asunción de responsabilidades y visibilizar los efectos que sobre el conjunto han tenido las decisiones tomadas como forma de reforzar sentimientos y prácticas de responsabilidad.