Carlota Ramírez | huffingtonpost. Según la Comisión Europea, los españoles cobran un 19,3% más que las españolas. Según el INE, de todas las personas que dejan de trabajar un año después del nacimiento de un hijo, el 85% son mujeres. De cada 26 mujeres que eligen un trabajo a tiempo parcial para "conciliar", sólo un hombre lo hace. Según el último informe de la OCDE, hay más mujeres licenciadas , pero su nivel de empleo es más bajo que el de los hombres.
Todavía hoy la desigualdad entre hombres y mujeres es un hecho que, con datos en la mano, nadie puede rebatir. Y no son sólo cifras sobre posibilidades de encontrar un trabajo, conciliar o cobrar lo mismo que el compañero de al lado: en los últimos 10 años más de 800 mujeres han sido asesinadas a manos de hombres en España.
La violencia de género es, según el periodista Jose María Calleja, la primera causa de muerte violenta en España. En 2015 fueron 57 asesinadas, tres más que en 2014.
Estos son sólo algunos de los alarmantes datos que ponen de manifiesto el largo camino que queda por recorrer para llegar a una sociedad sin discriminación. Un trayecto lleno de obstáculos construidos a base de frases hechas y comportamientos arraigados en el subconsciente colectivo desde hace siglos.
1.- YO NO SOY MACHISTA NI FEMINISTA. YO CREO EN LA IGUALDAD
"Lo contrario del machismo no es el feminismo, si alguien quiere posicionarse a favor de la igualdad debe declararse feminista”, asevera Máriam Martínez-Bascuñán, doctora de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid. Defiende que el feminismo no es un movimiento que trabaja con categorías de superioridad o inferioridad, sino que “trata de salir de ese lodazal para lograr su objetivo, que es una sociedad emancipada y libre de discriminación”.
La Real Academia Española —una institución bastante criticada, por cierto, por el movimiento feminista— se aproxima al concepto defendido por la profesora a la hora de definir estas dos palabras:
Machismo: "Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres". (Prepotente, según la misma institución es aquella persona que "es más poderoso que otros, o muy poderoso" y "que abusa de su poder o hace alarde de él").
Feminismo: "Ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres".
El movimiento feminista, por lo tanto, no es un movimiento “anti-hombres”, como piensan algunos. Ni tampoco es “lo mismo que el machismo pero al revés”, como dicen otros.
2.- ¡LOS HOMBRES TAMBIÉN SUFREN VIOLENCIA!, ¿POR QUÉ NO ESTÁN INCLUIDOS EN LA LEY DE VIOLENCIA DE GÉNERO?
“Es un error muy frecuente que da cuenta de un profundo desconocimiento de la realidad de la violencia de género”, explica Martínez-Bascuñán. “Es la manifestación más brutal de la desigualdad de género que articula nuestro orden social. La violencia de género es un tipo de violencia que se ejerce contra las mujeres sistemáticamente sólo por el hecho de ser mujeres”, zanja.
3.- Y ¿QUÉ HAY DE LAS DENUNCIAS FALSAS?
La fiscal de Sala delegada de Violencia contra la Mujer, Pilar Martín Nájera, declaró en una entrevista al periódico El Mundo en noviembre del 2015 que la crítica sobre las denuncias falsas de malos tratos por parte de las mujeres "no es cierta". "Entre 2009 y 2014, de las 783.826 denuncias presentadas, sólo ha habido 49 condenas por denuncia falsa", recordó. Que se lo graben a fuego los que defienden esta frase: sólo un 0,006% de las denuncias presentadas son falsas.
La mujer pasa por un duro proceso al hacer la denuncia
Al presentar una denuncia por violencia de género, la mujer pasa por un duro proceso en el que es valorada por un psicólogo y preguntada por detalles de su vida íntima. "Un gran porcentaje de las mujeres que han muerto por violencia de género no denunciaron", recuerda Tània Verge, doctora en Ciencia Política. Uno de los motivos para no denunciar, sostiene, es "el poco amparo judicial que se da a estas mujeres".
4.- NOSOTROS SOMOS LOS QUE TENEMOS QUE LLEVAR EL DINERO A CASA, Y ESO NOS PERJUDICA
“Existe una autonomía y una dependencia económica, y esas situaciones son caldo de cultivo del consentimiento de muchas situaciones de maltrato”, recuerda Martínez-Bascuñán. Una sociedad bien ordenada, libre de discriminación de género “debe velar por garantizar la autonomía y la autodeterminación de todos sus individuos”. Asegura que, uno de los instrumentos clave para lograr ese fin “es la independencia económica”.
5.- LAS CHICAS TAMBIÉN TIENEN PRIVILEGIOS, COMO ENTRAR GRATIS EN UNA DISCOTECA
“Esta frase es el reconocimiento puro de que se asume que la mujer es un objeto decorativo, y además se le considera un privilegio… No hay nada más machista que la objetivación”, recuerda Martínez-Bascuñán. “Cuando dejas de ver personas, las instrumentalizas y ya no hay sujeto, sino objeto”. El hecho de que las mujeres entren gratis en ciertos establecimientos y los hombres no, no es un privilegio, “es una expresión más de la desigualdad de género que estructura nuestra sociedad”. El hecho de considerarlo un privilegio “muestra hasta qué punto tenemos interiorizado ese machismo que es incapaz de hacernos ver cómo funcionan los mecanismos de ‘objetivación’ que afectan a las mujeres”.
Cuando no pagas por el producto, el producto eres tú.
El hecho de que ese argumento se siga utilizando entre adolescentes es aún más peligroso, pues denota un desconocimiento de la desigualdad que se sigue produciendo hoy en día y desde edades más tempranas. Verge recuerda una frase que dice "cuando no pagas por el producto, el producto eres tú".
6.- NO TENDRÍA QUE MOLESTAROS QUE OS DIGAN PIROPOS POR LA CALLE, ¿A QUIÉN NO LE GUSTA SENTIRSE GUAPO?
“A todo el mundo le gusta sentirse guapo”, recuerda Martínez-Bascuñán. Pero la pregunta que debemos hacernos, sin embargo, no es esa. La pregunta correcta, según ella y Verge, es: “¿Por qué esos piropos recaen sistemáticamente sobre las mujeres?”. Señalan que esos piropos pueden “llegar al acoso” y, la mayoría de ocasiones, siguen proyectando “esa imagen de la mujer como objeto antes que sujeto”. El hecho de que “ellos son sujetos y ellas objetos” es una de las expresiones más graves que manifiestan esa desigualdad.
7.- LOS MICROMACHISMOS SON UNA TONTERÍA. HAY COSAS MÁS IMPORTANTES POR LAS QUE PREOCUPARSE
"Los micromachismos son la base para el desarrollo de la igualdad de género que estructura nuestra sociedad”, asegura Martínez-Bascuñán. Al ser una manifestación más de esa desigualdad, se deben atacar de raíz. “Es tan importante como atacar las manifestaciones más extremas de violencia que, en última instancia, descansan en esas otras manifestaciones que a simple vista parecen más banales”, lamenta.
8.- OS CREÉIS QUE TODO HOMBRE ES UN MALTRATADOR EN POTENCIA
Este tipo de comentarios están relacionados con el error de reducir el problema a prácticas de individuos concretos y “no saber entenderlo como problema estructural”, explica Martínez-Bascuñán. Según ella, para entender la violencia del machismo es necesario “mirar al contexto social que nos rodea o que los hace posibles y acepta socialmente”. Lo que hace que esta clase de violencia sea un fenómeno grave “es su carácter sistemático en tanto que práctica social”.
Una mujer siempre tiene más razones para temer
¿Qué quiere decir que es un síntoma social? La profesora explica que algunas circunstancias “piden” más la violencia que otras. “Una mujer siempre tiene más razones para temer: si va sola por la calle, si hace auto-stop…”. Considera que sería pobre quedarse con la lectura de que esto “tiene que ver con la persecución directa de las mujeres”. “Tiene que ver con el conocimiento diario de las mujeres que están más expuestas que los hombres a sufrir perjuicios como el abuso, violación o la propia violencia”, explica. El hecho de vivir bajo tal amenaza implica, “como poco”, una merma en la libertad de las mujeres, entre otras cosas.
9.- YO NO SOY ACOSADOR NI HE PEGADO A NADIE. ESTA LUCHA NO VA CONMIGO
"Este sistema perjudica de mayor manera a las mujeres, pero nos afecta a todos", explica Verge. El patriarcado crea estereotipos y roles de género que se instalan en las sociedades arraigándose de manera que es muy difícil acabar con ellos. En eso, entre otras cosas, se centra la lucha feminista. "Esos estereotipos también recaen sobre los hombres", lamenta.
Tanto ella como Martínez-Bascuñán están de acuerdo en que “la lucha contra el machismo no se reduce al acoso o a la bofetada”. Es una cuestión más profunda que tiene que ver con esas manifestaciones cotidianas que generan estereotipos, clichés, que afianzan prácticas muy interiorizadas y que en los casos más graves se producen maltrato físico”.
10.-LAS CUOTAS DISCRIMINAN A LOS HOMBRES
"Lo que hay es una falacia de la idea de meritocracia", explica Verge, "las cuotas garantizan unos porcentajes mínimos y máximos de mujeres y de hombres, reflejando la composición de la sociedad". Recuerda que varias instituciones internacionales "han definido la infra-representación de las mujeres como un déficit democrático intolerable". Le sorprende que la protesta "llegue cuando los puestos de trabajo son proporcionales a la población".
11.-EL LENGUAJE NO SEXISTA ES UNA TONTERÍA
"El lenguaje crea imaginarios", recuerda Verge. Aquellos que son partidarios del lenguaje inclusivo (como decir "hombres y mujeres") alegan que, el hecho de que se tome como referencia universal el masculino, oscurece la presencia de las mujeres y da prioridad a la de los hombres. Hay quienes encuentran esta protesta ridícula, y el hablar en femenino genérico o desdoblar los sustantivos una pérdida de tiempo.
Por otro lado, al hablar de lenguaje sexista hay quien también se refiere al hecho de que existan expresiones en nuestro lenguaje claramente machistas. "Lloras como una nenaza", "hijo de puta" o "esto es un coñazo" son algunas de ellas. Mientras que, en lenguaje coloquial, decir "esto es la polla" supone algo positivo. Lo mismo ocurre con la palabra "zorra", con significados muy diferentes a la palabra "zorro". El lenguaje es un arma importante que, aunque se le de más o menos importancia, sigue controlado por los hombres.