Lidia Infante | Locas del coño. Las mujeres nos hemos dedicado a lo largo de la historia a las tareas de cuidados. Tanto en la familia, como en la oficina, en una asamblea o incluso dentro del propio movimiento feminista, se espera de nosotras que ejerzamos una larguísima lista de cuidados que van desde las tareas domésticas hasta los cuidados emocionales, pasando por la pedagogía o el apoyo logístico.
La dinámica patriarcal en la que nos vemos inmersas nos lleva a ofrecer cuidados gratuitos, obligatorios y unidireccionales. Para más inri, como los cuidados se consideran un trabajo femenino y lo femenino es sistemáticamente despreciado, estos cuidados también son invisibles y devaluados.
Como mujeres feministas, se espera de nosotras que ejerzamos constantemente una pedagogía calmada y amorosa para personas machistas que no se molestan en leer los artículos que les pasas y piensan que han descubierto la gran brecha en nuestras “teorías” sobre el patriarcado. Se espera que aguantemos sin perder los nervios a machirulos de todo tipo en busca de una clase particular a medida por la que no piensan pagarte.
La función de los hombres feministas no es sujetar la pancarta, inventar términos o teorías, acaparar los debates, recomendarnos lectura o mandar a Brigitte Vasallo a unirse a las luchas LGTB. No. Los hombres feministas sirven para hacer pedagogía. De este modo, no sólo dejaréis de dar vueltas como pollos descabezados intentando ocupar posiciones de liderazgo, sino que además ayudaréis a desmontar la dinámica patriarcal de cuidados feminizados, gratuitos, obligatorios y unidireccionales.
Me explico:
1. No te va a doler a ti como me puede doler a mi
Ni eso, ni el resto de formas de violencia y de apología del machismo. Eres menos vulnerable a las agresiones, por lo que te corresponde a ti, como hombre, exponerte a las agresiones que se dan en estos contextos de “pedagogía”.
2. Liberas a las mujeres de su rol de cuidar
La pedagogía es una forma de cuidados, y los cuidados son y han sido siempre una esclavitud para la mujer. Entre las 2 horas diarias de más que pasamos nosotras cuidando del hogar y los niños y loscuidados emocionales de los que no os dais ni cuenta, nuestro tiempo y nuestras energías se consumen en cuidaros. Con el tiempo que ganamos al no tener que estar cuidando a nuestros opresores, podemos hacer cosas más útiles.
“Las mujeres son el único grupo oprimido del cual se espera que ame a su opresor”
3. Te van a hacer más caso
Esto es así, por mucho que me duela. Nosotras llevaremos tropocientos años diciendo lo mismo, pero viene un tío, lo suelta con una voz un poco más grave y ha inventado el pan de ajo.
Debido al sistema patriarcal en el que vivimos, tus palabras valen mucho más que las mías. Si hemos de usar el sistema para desmontar el sistema, hagámoslo.
¿Qué te parece, hombre feminista? ¿Abandonas la hidrofobia patriarcal y te apuntas a esto de la pedagogía?