Santiago Alba-Rico | Rebelión. En el siglo V San Jerónimo censó el número de demonios en 2.894.564, aunque dos siglos más tarde San Polirgasio aumentó la cifra hasta 5.897.456. La otra cuestión, la de cuántos demonios caben en un cuerpo, parecía resuelta desde el famoso exorcismo de Condita en la Navidad de 1615, cuando Fray Oligastrio sacó 3879 demonios del pecho de una niña de 11 años.
Ahora la visita del Papa ha servido para corregir algunos datos. Como recordarán, el acto central de su estancia en Madrid fue el exorcismo celebrado en el Palacio de Deportes de Madrid el 18 de agosto. El Sumo Pontífice debía extraer los demonios del cuerpo de 35 indignados del 15-M, personalmente seleccionados y capturados por el ex-ministro Pérez Rubalcaba, al que acompañaban Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre. El solemne torrente de amenazas en latín, junto a la presencia de la policía, surtió un efecto inmediato: 35 demonios, con sus perros y sus flautas, salieron zapateando del interior de los jóvenes indignados. Lo sorprendente es que, al mismo tiempo, miles de demonios comenzaron a brotar en cascada de los cuerpos de los políticos y sacerdotes allí presentes: del propio cuerpo del Santo Padre saltaron, como entre brasas ardientes, 73826 demonios que desaparecieron con un suspiro de alivio en el aire de la ciudad.
Desde hace cinco días, hordas de parlamentarios saquean e incendian Madrid; mientras bandas de obispos y cardenales recorren sus calles dinamitando escuelas y orfanatos.
“Es un desastre”, ha declarado un teólogo latinoamericano, “eran los demonios los que les impedían llegar tan lejos. Y hacían falta muchos para contenerlos”.
Ayer, los 35 demonios volvieron mansamente a okupar los cuerpos de los indignados; los otros 873.897 se niegan a regresar a sus alojamientos humanos: “Estábamos muy incómodos y además nos obligaban a pagar 600 euros de alquiler”.