Cuando nos acercamos al estudio-investigación de las Redes sociales de Internet y de las nuevas tecnologías en general, podemos adoptar varios puntos de vista sobre el fenómeno, diferentes posiciones desde las que acercarnos a su comprensión. Por eso, lo primero es definir el marco de referencia conceptual que representa nuestro punto de partida, y después (a partir de él) encontrar los objetivos de nuestra investigación (o reflexión).
En este post me planteo, entre los muchos posibles, 4 marcos de referencia clave:
El Marketing – la lógica del mercado
Podemos acercanos desde el marketing y el interés de las redes y relaciones sociales en un contexto de consumo, así nos interesará cómo los SRS (Servicios de Redes Sociales como Facebook, Twitter, etc.) afectan al modo en que la gente gasta su dinero e invierte su tiempo. Daremos por sentado que el aumento de las posibilidades de mercado es lo principal, y que los actores sociales protagonistas son empresas por un lado y consumidores/clientes por otro lado. Algunos autores muy interesantes desde este tipo de enfoques son: Juan Boronat, Joan Jimenez, Victor Gil y Manuela Battaglini.
Los Communty Manager y todo el conocimiento relacionado con sus prácticas y filosofía son, por supuesto, una consecuencia natural del desarrollo del marketing en el entorno virtual, pues un Community Manager es el responsable de la comunicación institucional en SRS (servicios de redes sociales).
Sitúo esta área en primer lugar porque quizás es la vertiente más volátil y la que más fácilmente se difunde y fructifica. Es así puesto que el primer objetivo del marketing es ‘llegar a la gente’, atraer, convencer, tener repercusión social, seducir, etc, lo cual representa una incuestionable potencialidad comunicativa. Además, el consumo es una dimensión que marca el paso de nuestros hábitos y moldea nuestros deseos (no en vano los blogs de gadgets tecnológicos son de los más visitados).
La Psicología – la lógica del individualismo social
También podemos acercarnos desde las Psicología, una apasionante ciencia a caballo entre la medicina (en su vertiente psicobiológica) y las ciencias sociales, y que conecta además con todas las disciplinas de praxis social (como la educación, el trabajo social o el propio marketing). La principal característica de la psicología es su versatilidad multifacética: gracias a su individualismo metodológico (la mente humana es la mente del individuo) permite que sus conocimientos se apliquen en ámbitos muy diferentes, y que se puedan adaptar a muchos marcos de referencia, satisfaciendo casi cualquier necesidad/interés de investigación.
El coaching, por ejemplo, es una versión moderna (¿o posmoderna?) de la psico-terápia que tiene como objetivo mejorar las cualidades del individuo para lograr ‘aquello que se proponga’, lo cual suele referirse a tener ‘exito’ dentro de los parámetros socialmente definidos como aceptables y adecuados, lo cual incluye la exploración y explotación de las cualidades y capacidades personales, en aras de una mayor productividad personal y grupal. Mertxe Pasamontes puede ser un interesante referente en este sentido.
Otros enfoques más generalistas, se preocupan por investigar los efectos que tiene la popularización del uso de las nuevas tecnologías en la sociedad desde el punto de vista de la psique individual. En este ámbito, sin duda, destaca Nicholar Carr con su último libro sobre el nuevo modo de pensar que se desarrolla debido al uso masivo de SRS. Se trata de un conocimiento necesario, aunque no suficiente, sobre los efectos sociales de la interacción virtual en las Redes sociales de Internet. Desde sus planteamientos podemos obtener una perspectiva crítica, para entender mejor los cambios sociales en curso.
Otras disciplinas de praxis social – la lógica de la utilidad social
Junto con la psicología práctica (aplicada) y los conocimientos del marketing (paradigma de lo práctico) hay otras ciencias o disciplinas no menos importantes que éstas, cuyo sentido y orientación se centra en la búsqueda de utilidad social en relación al uso de la tecnológia. En este sentido, la educación es sin duda una de las principales áreas de interés: sobre ella descansa el desarrollo psico-social de niños y jóvenes (principalmente), la adquisición de competencias clave para la vida cívica y laboral, y la formación de subjetividades en sentido amplio y profundo. La educación es el molde con el que construimos el futuro.
Proyecto Facebook es quizás la iniciativa más destacada (al menos en castellano) sobre la investigación en torno a la forma en que los SRS (servicios de redes sociales), en concreto Facebook, afectan al modo en que aprendemos, nos relacionamos, percibimos la realidad social e participamos en su desarrollo. Su objetivo principal es “Experimentar nuevas rutinas de aprendizaje y enseñanza, asentadas en la creación colaborativa […] que contribuya a la generación del conocimiento, estimular el desarrollo de habilidades técnicas y sociales básicas para participar en la sociedad contemporánea.” Es decir, supera la perspectiva individualista de la psicología aplicada al proponer formas colaborativas y sistémicas de entender la realidad, en vistas a una orientación práctica: colaborar en el desarrollo social (“la riqueza está en la participación”).
De este proyecto también se hace eco Dolores Reig, una profesional de los Social Media y formadora en“Innovación social, entornos colaborativos, Dinamización de comunidades, redes sociales, Tendencias web, empresa 2.0, Social Media, Entornos Personales de Aprendizaje, Educación 2.0, Innovación educativa, Ciberculturas, etc…”. Desde este perfil tan polifacético se le puede considerar un referente de cualquier inquietud en torno a las Redes sociales de Internet desde un enfoque práctico.
Las Ciencias sociales – la lógica del conocimiento reflexivo
Por último, el acercamiento hacia el fenómeno de las Redes sociales en Internet desde una perspectiva de Ciencias sociales requiere de un cuestionamiento reflexivo (de-re-construcción) del marco de referencia desde el que observamos. Por Ciencias Sociales entiendo principalmente el triángulo formado por la Psicología (que nos conecta con la biología), la Socilogía y la Antropología, en torno a las cuales merodea siempre la inquietud filosófica por comprender el mundo y que nos invita a una reflexión de los presupuestos desde los que lo miramos.
La filosofía deriba en ciencia social cuando recurrimos a métodos de investigación y observación de la realidad, que nos permiten contrastar la reflexión con datos y resultados prácticos. Siendo la verdad inaccesible a la razón humana (noumeno), la ciencia social nos aporta mecanismos para tejer convicciones certeras (siempre revisables) que pueden ayudarnos a encontrar respuestas para afrontar el futuro.
Puede parecer que en Ciencias Sociales se trabaja desde enfoques ideológicamente sesgados, pero lo cierto es que existe un conocimiento acumulativo que supera los sesgos ideológicos (integrándolos, aceptándolos en su subjetividad), y que realmente puede aportar herramientas cognitivas desde las que desarrollar las interpretaciones y marcos de referencia para hacernos cargo del futuro de la sociedad.
En este sentido, se puede recomendar el libro “Cultura Digital y movimientos sociales” que es una muestra-resumen del trabajo realizado en torno al grupo de investigación Cibersomosaguas, donde desde diferentes puntos de vista se reflexiona y se investiga sobre la relación entre el ser humano, la sociedad y la tecnología. En esta obra se reúnen aportaciones de gran interés en lengua castellana.
Nota de descargo:
Este artículo está escrito desde un punto de vista personal y subjetivo, por lo que cualquier crítica o aportación en sentido contrario es bien recibida y apreciada. Los autores y obras que se recomiendan son una muestra parcial, y no pretenden ser representativas de todo el trabajo existente en estas áreas.