Santiago Alba Rico | Público. Entrevistamos hoy a Manuel Expósito, un electricista en paro de Almería que ha contado en once ocasiones todas las piedras del mundo.
“¿Por qué lo hago? Sabemos cuántas personas viven en nuestro planeta y hasta cuántas han muerto en los últimos 8.000 años. Sabemos cuánto dinero circula todos los días en los mercados financieros. Sabemos cuántas bolsas de plástico se tiran a la basura todos los meses. E incluso hemos contado las partes del genoma humano. Alguien tenía que contar las piedras, el mayor tesoro que posee la humanidad. Una noche, al volver de un paseo por el cerro, la angustia se apoderó de mí: ¿y si no estaban todas? ¿Y si faltaba alguna? Había que comprobarlo”.
“Tengo entendido que no siempre le han salido las cuentas”.
“En dos ocasiones, en efecto, conté todas las piedras del mundo y faltaba una. Me volví loco buscándola. La primera vez la encontré tres meses después tirada en una rambla del Cabo de Gata. La segunda me costó mucho más trabajo; estaba, por más increíble que parezca, en el zapato de un ministro”.
“Así que es usted una especie de custodio o -mejor aún- de pastor de piedras; sin usted las estaríamos perdiendo constantemente o viviríamos, al menos, en la angustia de perderlas”.
“Los ricos vigilan su dinero; los pobres debemos vigilar nuestros guijarros. ¿Ha visto usted alguna vez retirarse el agua de una playa pedregosa? No hay joyas más hermosas”.
“Nos han dicho que tiene usted una mala noticia que comunicarnos”.
“Así es. He vuelto a contar todas las piedras del mundo. Acabé ayer y no hay ninguna duda: faltan cinco. Nunca habían faltado tantas. Le voy a decir la verdad: me temo que esta vez no se trata de un extravío”.
“¿Entonces? ¿Qué insinúa?”.
“¿No se ha dado cuenta? Alguien está vaciando nuestro mundo poco a poco mientras nosotros miramos hacia otro lado”.