Sònia Farré, Javier Lechón, Pablo Martínez y Aleix Porta en Público.es
Miembros de la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD)
Un infeliz día de mayo de 2010 nos dijeron que la fiesta se había acabado, que habíamos estirado más el brazo que la manga y que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades. La población salió a las calles para gritar al mundo que eso no es verdad, que hemos sido víctimas de una estafa y víctimas de la trampa de la deuda (allí el drama de las hipotecas saltó a primera línea) y que un cambio de dirección era y sigue siendo urgente. Allí se evidenció que el antiguo sistema se hunde y que emerge otro nuevo cuya seña es mejorar en democracia, y esto quiere decir tratar los asuntos que nos afectan de manera directa y colectiva. La Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda, la PACD, nació en este clima del 15-M para denunciar que, lo mismo que las deudas ahogaban a muchas familias, la deuda pública era el mecanismo usado para recortar nuestros derechos como pueblo.
¿Cómo hacerlo?
La deuda pública, creada por las élites políticas y financieras —los amigotes de siempre— es un mecanismo que gusta de la discreción y se cría en la opacidad. Es prima de la corrupción, pues se aprovecha de la poca transparencia de la Administración y saca partido de lo que es patrimonio de toda la ciudadanía. Luchar contra ella es luchar por la protección de nuestros derechos como sociedad y nuestra libertad como pueblo, ya que a través de la deuda se consigue, y se ha conseguido, esclavizar a poblaciones enteras.
Pero para librarse de la deuda ilegítima, aquella que fue adquirida y es pagada a espaldas de la ciudadanía y contra sus derechos, hay que analizarla, esto es, hacer una auditoría. Para ello, primero hay que encontrar y cuantificar la deuda en un entramado burocrático habitual y expresamente complejo. Luego entender sus mecanismos y dimensiones, pues muchas veces van acompañadas de amiguismos, corruptelas, despilfarro e intereses en red y, finalmente, decidir si esa deuda es legítima o no. Estos cuatro pasos son las partes de lo que desde la Plataforma consideramos que es una Auditoría de la Deuda y que es el instrumento que debemos utilizar a la hora de considerar la deuda como problema colectivo a resolver. Pero no sirve cualquier auditoría…
¿Por qué ciudadana?
Sería relativamente fácil encargar una auditoría pública de la deuda y dejar queexpertos funcionarios o, peor aún, empresas subcontratadas analicen las cuentas de nuestras administraciones. Ser representado o guiado es cómodo y nos ahorra responsabilidades. Pero confiar en que quienes nos han metido en este pozo sin fondo serán los que nos sacarán de él es confiar demasiado. Llevamos viendo demasiado tiempo cuáles son las soluciones a la crisis que dictan las élites expertascomo para seguir estando ciegos.
Una auditoría ciudadana es una auditoría abierta, horizontal e inclusiva, donde cualquier ciudadano puede aportar y aprender sin necesidad de haber cursado un máster: si te afecta la deuda, puedes. Una auditoría ciudadana es un proceso transparente, constante y descentralizado, pues siempre hay nuevos datos, nuevas entidades implicadas y personas interesadas que quieren conocer. Una auditoría ciudadana es, en resumen, conocimiento colectivo compartido, democracia participativa y transformación de un sistema que ha dado suficientes razones para ser sustituido.
El proceso de Auditoría Ciudadana ya está en marcha
Este método de trabajo ya se está poniendo en práctica y la PACD ha dado diferentes pasos en el proceso de auditoría. En colaboración con otros colectivos hemos elaborado informes técnicos sobre fiscalidad, sobre cómo se ha generado el proceso de endeudamiento, sobre las ayudas a la banca, análisis también a nivel autonómico, municipal… Esto aporta información a la ciudadanía, pero por sí solo no basta. La auditoría ciudadana no puede consistir únicamente en la elaboración de informes. La auditoría ciudadana es exigir transparencia e información, debe detectar lagunas de información que nos permitan buscar más elementos, entenderlos, explicarlos y a partir de ellos detectar nuevas lagunas de información y volver a arrancar el proceso hasta que tengamos información suficiente para entender cómo hemos llegado hasta aquí y cómo queremos seguir de ahora en adelante.
Así, por ejemplo, existen grupos a nivel municipal que han iniciado un proceso de auditoría ciudadana, haciendo públicas y comprensibles las cuentas consistoriales y agilizando la participación en las instituciones con mecanismos para combatir colectivamente la burocracia. Terrassa, Girona, Burgos, Moià, Málaga, Castelldefels y otros tantos municipios más están en este proceso. Pero hay muchos más sectores que piden a gritos un mayor control democrático y debemos generar procesos de auditoría para ellos: las Comunidades Autónomas, las Diputaciones, las corporaciones de energía, de transporte, de comunicaciones, la educación, la sanidad…
Desde la PACD sabemos que esto no es tarea de unos pocos, sino que, como hemos dicho, debe ser un camino abierto y compartido. Por eso abrimos este blog, para explicar, pero no es sólo ese su objetivo. Queremos que sean muchas los lectores que pregunten, sugieran, critiquen y debatan entre ellos y con nosotros. Los diferentes autores y autoras que pasarán mensualmente por este espacio lo harán con la actitud con la que van a las charlas y las asambleas de colectivos que nos invitan, es decir, a explicar, escuchar y hablar. Con vuestra participación haremos también de este blog un espacio ciudadano.