Meta, Anímate Salta: ”formación y promoción en Animación Sociocultural”, fue un proyecto de cooperación al desarrollo financiado por la Comisión del 0,7% de la Universidad de Valencia en el periodo entre Noviembre de 2011 y Septiembre de 2013; proyecto que tuvo como contraparte a la Universidad Nacional de Salta, situada en el noroeste argentino.
Resulta complicado escribir sobre aquello que te mueve, te forma y te transforma como diría Larrosa, aquellas experiencias que cambian tu vida y no sólo lo hacen a un nivel profesional. Aunque han sido muchas las ocasiones en que de manera grupal hemos escrito sobre el proyecto, es la primera vez que sola me enfrento a una pantalla en blanco que no para de preguntarme …y, ¿cómo te sentiste?, ¿cómo puedes hablar de ello partiendo de la Animación Sociocultural como eje?.
Fue un proyecto soñado y amado, utópico y ambicioso, nacido del intercambio estudiantil y profesional que durante seis años se venía dando entre la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Valencia y la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta. Uno de los momentos que a mi modo de ver fueron claves para su surgimiento fue el intercambio real. Hasta este momento, el intercambio se refería a estudiantes valencianos que realizaban prácticas en diversos países de Latinoamérica mientras que estudiantes latinoamericanos no podían viajar a Valencia, no tan solo por una cuestión económica, sino también por la vigencia de políticas universitarias opresoras que impedían hacer del intercambio parte del proceso enseñanza-aprendizaje. Después de mucho trabajo de docentes, implicados y creyentes en la riqueza de este intercambio llegó a Valencia Andrea, la primera estudiante de intercambio venida de una universidad latinoamericana dentro del programa de Movilidad Internacional a Latinoamérica de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Valencia.
teníamos claro que queríamos un proyecto que no fuera una mera experiencia sino que consiguiera tejer una red que vinculara personas, experiencias, vivencias, expectativas, sueños y utopías
Junto a Andrea, pensamos un proyecto que diera nombre a todas aquellas acciones que se realizaban en los barrios salteños y que en la mayoría se llevaban acabo de manera voluntaria y sin formación específica en el tema, por lo que debía contar con una parte de formación que constó de cuatro cursos de Capacitación en Animación Sociocultural y un curso de Formadores de Animadores Socioculturales, además de la intervención en varias cátedras de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta y de forma continuada en las cátedras de Instituciones y Grupos y Psicología Social dictadas en las carreras de Ciencias de la Educación y Ciencias de la Comunicación.
Además, teníamos claro que queríamos un proyecto que no fuera una mera experiencia sino que consiguiera tejer una red que vinculara personas, experiencias, vivencias, expectativas, sueños y utopías que permitieran el trabajo conjunto con la sociedad salteña, y es aquí donde incluimos una parte de promoción en la que se realizaron intervenciones sociales, educativas y comunitarias de toda índole; estatuas vivientes con el objetivo de trabajar la Interculturalidad o género, educación vial en plazas , participación en diversas escuelas de capital y escuelas rurales situadas en la Quebrada del Toro,…La mayoría de estas actividades fueron pensadas por participantes en los cursos de formación, otras a petición de las propias instituciones ante problemáticas detectadas con anterioridad, aquello que todas tuvieron en común fue el entusiasmo, la lucha y las ganas de cambiar el mundo de todas aquellas personas que siempre estuvieron acompañando el proyecto de una manera u otra, sin apenas recursos y con muchas ganas consiguieron movilizar y movilizarse. Y tanta fue su movilización que no solo llevaron adelante el proyecto sino que quisieron más y se creó el primer sub-nodo del Nodo-Argentina de la RIA – Red Iberoamericana de Animación Sociocultural en vistas a continuar trabajando esta vez de una manera autogestionada.
Fue una travesía complicada, desde la adaptación de la llegada hasta la rotura de estructuras fijadas por el paso del tiempo como inamovibles, fue gracias al grupo que se consolidó en la coordinación del Proyecto (Andrea, Marina, Gabriel, Pablo y Matías, al apoyo y confianza de docentes tanto de la Universidad Nacional de Salta como de la Universidad de Valencia, Ariel, Débora, Ana, Joan María, Chusa, Sergio, Marcelo, Gabriela, Mágela…) y sobre todo al apoyo incondicional de nuestras familias quienes lograron que gran parte de este proyecto fuera posible.
Hicimos mucho ruido, cantamos, bailamos, nos disfrazamos, nos pintamos la cara, jugamos a fútbol, hicimos teatro, compartimos mate y dulces varios, carnavaleamos, soltamos una gallina y trajimos un toro, mecánico eso sí, al campus universitario, nos empapamos de frases que nos daban fuerza: “seamos realistas, pidamos lo imposible”, “desabrochen el cerebro tan a menudo como la bragueta”, “olvídense de todo lo aprendido, comiencen a soñar”,… de imágenes, de personas que nos hacían pensar, dimos abrazos, terminamos proyectos en el último segundo, pasamos horas de sueño, de hambre, de calor y de frío, asados, parques, reuniones, encuentros, viajes interminables en colectivos, paradas en aduanas aeroportuarias, sapos, sapitos y sapotes,…
Como profesional de la Animación Sociocultural puedo decir que este proyecto cambió mi visión de la intervención, me obligó a salir del cómodo letargo que te da la experiencia más o menos extensa para gritarme continuamente que se puede hacer mas, arriesgué, me equivoqué, acerté, pero sobretodo compartí; compartí una manera de trabajo, una manera de hacer, de pensar, de programar, de proyectar…compartí hasta sentirme parte, parte amada de una comunidad generosa. Pude ver la realidad de la palabra EMPODERAR que hasta ese momento me parecía tan solo de manual, descubrí lo que era la PARTICIPACIÓN sincera y voluntaria desde, para y con la comunidad, entendí el significado de COMUNIDAD que cuida, protege y acoge, aunque siempre me he considerado una persona implicada en mi trabajo y afortunada por sentirme rodeada de personas que también lo son, Meta, Anímate Salta me mostró una implicación a la que le costaba entender de límites basada en el COMPROMISO SOCIAL, me enseñó la riqueza del intercambio CULTURAL, entendiendo cultura como raíz que me atrapa a una tierra rica en sabiduría.
Como persona, me permitió seguir soñando, las distancias ya no son lo que eran, la familia ya no sólo está donde naces, pero sobre todo aprendí que las personas hacen que un rincón sea único en el mundo, que no puedes elegir donde nacer pero si puedes elegir tu lugar, que hay que celebrar junto a las personas que quieres, que los brindis no deben terminar, que la amistad va contigo allá donde estés, que cada día es un regalo para aprovechar al máximo, que el fútbol se siente, que soy afortunada por todas las experiencias que la vida me regala,… díganme ustedes ¿cómo separar todo esto de ser profesional de la Animación Sociocultural? Como diría Ambles…la Animación es la vida…la acción para permitir la vida…
Gracias eternas a toda la gente linda que hizo y sigue haciendo posible la utopía. Gracias eternas a la escuela de animadores juveniles Abast Animació por recibirme siempre con los brazos abiertos.
Hasta la Churti
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