“La era digital requiere aprendizajes de orden superior que ayuden a vivir en la incertidumbre y la complejidad. La memorización de datos ya no se aprecia ni requiere tanto como la habilidad para organizar ideas a favor de un pensamiento independiente, fundamentado y contextualizado"
[Ángel I. Pérez, 2012].
El curso pasado, los alumnos y las alumnas de Cuarto A del Colegio de Nª Sª de la Fuencisla decidimos, transformar el aula en una Escuela de detectives.
Rodrigo J. García en Escuelas en Red
Marilina Correro Segura (@marilinasaru), maestra de Educación Primaria del Colegio Público de Educación Infantil y Primaria ‘Nuestra Señora de la Fuencisla’, en el distrito de Usera (Madrid), comienza este relato manifestando su confianza en el aprendizaje por proyectos y el uso de bitácoras digitales.
A nuestra bitácora, al blog de nuestra clase, la llamamos ‘Una, dola, el recreo’ y está destinada a niños y niñas de entre 6 y 10 años con el propósito de fomentar un aprendizaje ‘con sentido’.
Como grupo de aula participamos también en otras bitácoras que recogen proyectos de colaboración de varios centros y de muchos docentes. Una de ellas se conoce como ‘todo en la palabra’ y es un espacio virtual para trabajar con la magia de la palabra -en la delimitación del mundo- y con la lírica -en la síntesis y entendimiento de lo que nos rodea- [ver vídeo].
También colaboramos en el blog de ‘callejeros artísticos’, que trata de lanzar fuera de las aulas al alumnado para que pueda conocer a los grandes artistas que dan nombre a las calles de sus pueblos y ciudades.
En este contexto de organización de la enseñanza, el curso pasado, los alumnos y las alumnas de Cuarto A del Colegio de Nª Sª de la Fuencisla decidimos, transformar el aula en una Escuela de detectives.
Para iniciar esta aventura tuvimos que superar, de entrada, toda una serie de retos y tareas de investigación que nos permitieran acceder a la correspondiente acreditación. Debíamos convertirnos en verdaderos ‘sabuesos’ del conocimiento.
Este curso también estuvo con nosotros Marta, la profesora de prácticas, que al enterarse de que disponíamos de credenciales de investigadores nos pidió ayuda en una situación verdaderamente preocupante.
Un amigo de Marta, que trabajaba en el Museo del Prado, le había escrito una carta contándole que los cuadros de Goya se estaban empezando a borrar… ¡Era preciso, salvarlos!
De momento era un secreto; así que nos pidió mucha prudencia en nuestras pesquisas e investigaciones. Decidimos utilizar en clase un apodo, hasta que el caso quedara resuelto.
Empezamos nuestras averiguaciones y, gracias a la magia de internet, pudimos recoger bastante información. Esto nos permitió lanzar una primera hipótesis de trabajo ¡quizá los cuadros se borraban porque la gente se estaba olvidando de Francisco de Goya!
De momento, se nos había comunicado la desaparición de su firma, así que nos propusimos recuperarla y para que los cuadros no siguieran borrándose y pudieran caer en el olvido, decidimos construir un museo virtual.
Era importante organizarse bien. Lo primero que hicimos fue constituir grupos de trabajo. Así, era más fácil realizar las investigaciones precisas y resultaba más divertido.
Comenzamos confeccionado nuestro carnet de detectives profesionales. Entre compañeros nos ayudábamos escribiendo en el carnet las habilidades de unos y de otros.
Una vez elaborado el carnet, había llegado el momento de ponerse a investigar. Acudimos, de nuevo, al aula de informática. Continuamos con nuestra indagación sobre Francisco de Goya y Lucientes, su vida y obra.
Dentro del ‘maremágnum’ de cuestiones a resolver, consideramos importantes algunas: La distancia que existe entre la ciudad donde nació Goya y nuestro colegio, qué edad tendría si viviera hoy, identificar y contemplar los cuadros en los que aparecían niños o niñas, seleccionar los que más nos gustasen, etc. Para abordar estas tareas consultamos la Wikipedia y buscamos en Google Maps.
De vuelta a clase, nos reunimos en grupos, organizamos la información, comentamos las dificultades y elaboramos murales para exponer públicamente nuestros avances.
Después de las reflexiones y el debate creado, nos surgió otra nueva teoría explicativa: Si los cuadros de Goya se estaban borrando… ¿era posible que tuviera que ver con la luz?
Visionamos en la pizarra digital un vídeo que explicaba cómo Goya experimentó con la luz en el cuadro, nos referíamos al de “Los fusilamientos del 3 de mayo”.
Quisimos avanzar y aprender más y nos pusimos a trabajar la refracción, la reflexión, la propagación de la luz y los colores. Decidimos experimentar con focos, para comprobar la mezcla de colores, los brillos y las sombras sobre los objetos… Construimos nuestros propios caleidoscopios de distintos materiales opacos, translucidos y transparentes. Aprendimos mucho y nos lo pasamos genial, observando los juegos de los colores.
En uno de los cuadros de Goya vimos a unos niños inflando una vejiga. Así fabricaban entonces sus propios juguetes. Hoy usamos globos, pero ¿podríamos fabricar algún juguete?
Marta nos comentó que ella había fabricado, una vez, pelotas de malabares, así que nos enseñó cómo hacerlas con arroz y globos. Después, quisimos practicar nosotros haciendo malabarismo con las pelotas en clase ¡qué difícil es con tres a la vez!
Más tarde nos dimos cuenta que nuestra hipótesis sobre la luz, no parecía ser la definitiva. No era ése el problema.
Mientras tanto, en todo el fragor de la investigación y el descubrimiento, nos llegó una nueva carta del amigo de Marta, anunciando que los cuadros se estaban borrando cada vez más deprisa. Necesitábamos encontrar soluciones, antes de que se borraran, y pensamos que lo mejor era reproducirlos, montar ese museo virtual que habíamos propuesto, donde todos pudieran seguir contemplando durante muchos años y siglos las obras de Goya.
Nos pusimos a pensar cómo hacerlo. Nos dimos cuenta de que, si los dibujábamos, nos llevaría mucho tiempo, así que decidimos reproducirlos en fotografías.
Con la cámara de fotos, láminas de cuadros de Goya y muchas telas, creamos nuestro museo virtual.
Una vez que habíamos conseguido suficiente información y reproducido los cuadros, sólo nos quedaba subirlos a la red y difundirlos, darlos a conocer a los más cercanos, para que corriera el ‘boca a boca’.
Elaboramos los murales digitales e invitamos a todo el colegio y a nuestras familias. Fabricamos invitaciones en cartulina, teniendo mucho cuidado con la ortografía y la redacción; después las repartimos.
Las actividades las publicamos en el blog de aula. Nuestras familias agradecieron mucho la posibilidad de contar con ese diario de clase. Podían observar cómo íbamos ampliando nuestros conocimientos. Encontraron en el blog un lugar idóneo para conocer las actividades que hacíamos y poder participar, con sus comentarios, en el proyecto de aprendizaje.
Ahora, en estos momentos, seguimos investigando…
Imagen: Retrato de Francisco de Goya pintado, en 1826, por Vicente López. Blog de 'cuadros que ver'.