- Colectivos feministas proponen para el 14N una huelga de cuidados: desatender en la medida de lo posible las tareas diarias de atención del hogar y la familia
- Quieren visibilizar el trabajo reproductivo, que sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres, y reivindicar una redistribución tanto del empleo remunerado como del no remunerado
- "Si se hiciera una huelga masiva de cuidados, probablemente el mundo se paralizaría más que con una huelga laboral"
Ana Requena Aguilar en eldiario.es
Poner la lavadora, cuidar a los
niños, hacer la compra, fregar, limpiar la casa, estar pendiente de los
abuelos o cuidar a los enfermos de la familia. A pesar de que el
trabajo de cuidados que se lleva a cabo dentro de los hogares y que sigue recayendo con fuerza en las mujeres
(al día dedican dos horas y cuarto más que los hombres a las tareas del
hogar, según datos del INE) no se remunera ni contabiliza en el PIB, es
eso, un trabajo. Por eso, varios colectivos preparan una huelga de
cuidados para el 14 de noviembre, día del paro general.
"Nos
parece que si dentro de una huelga general no se habla de una parte del
trabajo, la reivindicación es incompleta. El trabajo de cuidados es
esencial para la vida y queremos salir a la calle para reivindicarlo",
explica Rocío Lleó, participante de la comisión de Feminismos Sol. Lleó
explica que hacer una huelga de cuidados de forma estricta sería un
caos, por eso se trata más de una huelga simbólica pero con gestos
potentes. "Nadie puede dejar de dar de comer a un familiar enfermo o de
cambiar unos pañales, pero sí, por ejemplo, no llevar a sus hijos al
colegio ese día o no involucrarse algunas en tareas de cuidado", dice.
La convocatoria está moviéndose en varias ciudades españolas y muchas
asociaciones están apoyándola.
"Denunciar que se
relegue el trabajo de cuidados a las mujeres y se exima a los hombres de
ellos como si se tratara del orden “natural” de las cosas. Denunciar
que el trabajo en los hogares, invisibilizado por su gratuidad, es la
base de todo este sistema. Poner el mantenimiento de la vida en el
centro (y sacar de ahí a los mercados). Redistribuir y colectivizar los
cuidados, más allá de la familia nuclear, pero no sólo de mano de las
mujeres. Reconocer lo que supone la reproducción", reivindican en su
manifiesto.
Para
la economista Carmen Castro, una huelga de cuidados es una buena manera
de "visibilizar y de poner en el espacio público la incoherencia de
este sistema, que centra el valor en el trabajo productivo". "Hay muchas
actividades que generan valor y que no se traducen en términos
monetarios, como el trabajo reproductivo. Se trata de que todas las
personas asumamos el cuidado como una necesidad social, no de que
pensemos que es una parte de la sociedad -las mujeres, sobre las que
sigue recayendo la presión social- la que cuida a la otra. La
estigmatización de las mujeres como cuidadoras las penaliza y dificulta
la igualdad", señala.
Otra
participante de la Comisión de Feminismos, Sua Fenoll, subraya que se
trata de denunciar el modelo actual, "que conlleva la necesidad de que
detrás del trabajo productivo haya alguien detrás haciendo el trabajo de
cuidados sin ningún coste para el sistema". "Nadie podría trabajar ocho
horas, más el tiempo que tardas en desplazarte al trabajo, y luego
hacerse cargo de limpiar la casa, hacer la compra, atender a la
familia...salvo que esa persona se dedique por completo a esas tareas o
se cargue en exceso", afirma Fenoll, que apunta a que en muchas
ocasiones esas situaciones se solucionan contratando a una persona, que
normalmente también es mujer y, en muchas ocasiones, migrante. "Al
final, el sistema nos coloca como depositarias de los cuidados, por eso
hacemos un llamamiento a las mujeres. Tenemos que preguntarnos qué
pasaría si se hiciera una huelga masiva de cuidados. Probablemente, el
mundo se paralizaría más que con una huelga laboral", asegura.
Carmen
Castro explica que el paro de cuidados es un día "para cambiar el orden
de prioridades" y para reivindicar un nuevo modelo de sociedad en la
que se redistribuya tanto el trabajo remunerado como el no remunerado.
"Un modelo en el que las mujeres no estemos 'maternizadas' sino que sea
la sociedad la que se 'maternice' y se responsabilice de los cuidados.
Existen propuestas alternativas donde la igualdad y el bien común
vertebran la sociedad", asegura.
Comandos de cuidados
Tanto
los días previos a la huelga como el mismo 14-N, Feminismos Sol está
preparando comandos de cuidados. En grupos y vestidas con delantales y
guantes irán a mercados, plazas y barrios para explicar a la gente qué
es el trabajo de cuidados. "Queremos que sepan qué pasaría si realmente
se hiciera una huelga de cuidados y concienciar sobre la importancia de
redistribuirlos y de que es algo que debe ir más allá de los hogares",
dice Roció Lleó.
En la pasada huelga general del 29
de marzo ya se impulsó una huelga de cuidados. Como muestra de
solidaridad, algunas ciudades colgaron delantales en los balcones; en
otros lugares, acudieron a las manifestaciones con delantales, fregonas y
paños.