Asistimos impasibles a la aceleración de medidas tendentes hacia un cambio de modelo social y económico, y también educativo, que
supondrá la desaparición de la educación tal y como la conocemos.
El modelo actual necesita sin duda mejorar. Pero no es esa la propuesta del gobierno de turno. Todas estas modificaciones, a
juicio de este colectivo, deberían hacerse con tiempo y el consenso de
la comunidad educativa. Cuando alguien quiere hacer una reforma llama a
profesionales en la materia. El Ministerio en este caso ha hecho oídos
sordos a la opinión de los docentes y como ya ocurriera en otras
ocasiones con gobiernos del PP y del PSOE, la reforma es diseñada por
políticos y supuestos expertos. Ni unos ni otros han entrado jamás en un
aula y, sinceramente, no están acreditados para diseñar cambios en un
sistema educativo que no conocen.
Insistimos, NO TIENEN NINGUNA INTENCIÓN DE MEJORAR ASPECTOS EDUCATIVOS O PEDAGÓGICOS, SINO CAMBIAR EL MODELO PARA QUE SE CUMPLAN SUS EXPECTATIVAS.
Las reformas educativas diseñadas durante
la democracia, si bien mejorables, han logrado una mayor accesibilidad a
los estudios; han ido acortando las distancias entre grupos sociales;
han integrado al alumnado con necesidades educativas especiales… aunque
por contra han mantenido la religión en las aulas y han promovido la
Escuela privada (concertada). Con todo, vamos a echar por la borda lo
logrado si no paramos la LOMCE.
¿Cómo es el sistema educativo que quieren
implantar? En primer lugar hay que tener muy claro que para los principales partidos políticos la educación es un negocio. Consideran la educación
como una actividad que debe regirse por los principios del más rancio
capitalismo, ese que actualmente parece agotado y nos está llevando a la
ruina. Pero la educación jamás debe sujetarse a principios económicos
puesto que educar personas nunca podrá ser igual que fabricar tornillos.
La Constitución española de 1978 dice que: La educación
tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el
respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y
libertades fundamentales.
No dice nada de que el sistema educativo deba estar al servicio del capital .
El PP con su reforma pretende, acelerar este cambio de modelo, pretende que la Escuela sea una empresa, de
esas que sólo buscan cuenta de resultados y expulsan a aquellos
trabajadores que no llegan a cumplir los objetivos marcados. ¿Esto qué
va a significar para la educación? En primer lugar que los directores
pasan a tener mayor poder, restándoselo a las familias y docentes.
Estos, deberán rendir cuentas a la administración, y a cambio podrán
seleccionar a los docentes así como decidir sobre el proyecto educativo
de centro. Pero, como sabemos, no todos los centros son iguales ni todos
los alumn@s. Aquellos alumn@s que no cumplan serán derivados hacia una
FP básica, que a día de hoy, tal y como aparece reflejado en la LOMCE,
no permitirá la obtención del título de la ESO. Serán los hij@s de las
familias más necesitadas los que serán descartados, pues, como
demuestran todos los informes internacionales, el contexto social es
determinante en la evolución del alumnado.
Cuando una empresa no consigue cumplir con los objetivos, cuando no
obtiene beneficios, se cierra. En la Escuela el mercado el cual
regulará qué centros son mejores que otros, serán las pruebas externas,
iguales para toda España. Pero, ¿qué pasará con los centros cuyo
alumnado no llegue a los objetivos? No serán cerrados porque la
educación es un derecho, pero sí defenestrados y señalados con el dedo.
En algunos casos serán privatizados, porque según el PP, lo privado
funciona mejor que lo público. Pero, como en toda empresa, sus
trabajadores son seleccionados. Así ocurrirá cuando los centros sean
privados, que se seleccionará, como ya se hace, no sólo al profesorado
sino también al alumnado. ¿Qué ocurrirá con aquellos alumn@s con
dificultades? Que no serán admitidos en los nuevos centros privatizados.
El futuro nos lo está mostrando la Comunidad de Madrid. Al igual que
pretenden crear hospitales especializados en geriatría, a pesar de las
críticas de los profesionales, lo mismo harán con los centros
educativos. Volveremos a los años 50-60, en los que había centros para
los hij@s de los trabajadores/as y otros para los hij@s de las
clases altas que puedan pagarlos, así como centros para alumnado con
dificultades. Todo lo que hemos conseguido, la integración alcanzada, se
irá al traste.
Considerar la escuela como una empresa supondrá la mercantilización
de la educación tanto desde un punto de vista organizativo, algo que nos
preocupa enormemente, como también ideológico. Por ejemplo tendríamos
que los futuros ciudadanos estén totalmente convencidos de lo bueno de
este sistema y callen ante desahucios, preferentes, abusos de la
banca… No quieren gente crítica. Además, la FP dual ha sido planteada
como una forma de obtener mano de obra barata y hacer descender las
tasas de paro juvenil, aunque sea a costa de rebajar el poder
adquisitivo de los trabajadores españoles y aunque condene al paro
indefinido a los mayores de 40 años.
El cambio de modelo va a suponer, además de la competencia feroz
entre centros y alumn@s, la discriminación de aquellos con más
dificultades. ¿Cómo pretende el Ministerio acabar con las desigualdades
sociales provocadas en gran medida por la falta de estudios, si no
garantiza los recursos adecuados a quienes los necesitan? El aumento de
horas y ratio está repercutiendo especialmente en el alumnado más débil,
pues la atención a la diversidad se está viendo muy afectada. Las
clases de 35 alumn@s resultan a veces ingobernables. El aumento de la
carga de trabajo de los docentes está dificultando la atención
individualizada y el uso de las TIC. Sin duda lo que pretenden no
es educar a los futuros ciudadanos sino que, como ya nos explicara
Darwin con distinta aplicación, la selección natural lleve a triunfar
sólo a unos pocos. ¿A quiénes? A aquellos que tienen capacidades o los
recursos sobrados para paliar cualquier contratiempo. Pero, ¿de verdad
queremos un país con una gran masa de cuasi-analfabetos, mal formados,
con escasos estudios y futuro? Si permitimos que todas estas
regresiones se implanten el resultado será una sociedad más desigual,
menos justa, peligrosa, insegura, con mayores dificultades para
afrontar el futuro, en la que sólo unos pocos tendrán acceso a todo y la
inmensa mayoría tendrá que pagar. ¿Os suena? Por desgracia nos está
gobernando un Tea Party español que ajeno a las demandas de la
población, busca tan sólo su beneficio y el de los suyos. Ante este
panorama hay que decir NO e informarse ya que el conocimiento es lo
único que nos hará libres.
La Educación no es un negocio y los niños no son clientes ni se les puede considerar futuros consumidores en un ámbito que debería buscar la formación íntegra y crítica de la persona.
Fuente: Soy Pública
La Educación no es un negocio y los niños no son clientes ni se les puede considerar futuros consumidores en un ámbito que debería buscar la formación íntegra y crítica de la persona.
Fuente: Soy Pública