Comienza
un nuevo curso y muchas asociaciones y colectivos se ponen en marcha.
Las previsiones son penosas pero hay que mirar adelante. A continuación
os hago algunas anotaciones que espero puedan servir para ayudar a pasar
el trago. Absténganse aquellas entidades chiringuito a las que
lo único que les preocupa es sacar el sueldo de sus creadores y no la
función social de la entidad, entre otras cosas, porque no van a
entender nada.
- Ser conscientes de la situación en que vivimos y no aspirar a cosas imposibles. Es el momento de ser lo más realistas posible.
- Saber los que somos y lo que estamos dispuestos a dar cada uno, en función del tiempo que se dispone y las ganas e ilusión que nos quedan.
- Prever los recursos con los que contamos, tanto de aportaciones propias como de ayudas públicas y privadas.
- Una vez hecho esto podemos hacer dos cosas:
- Ponernos a llorar desconsoladamente.
- Hacer lo que podamos para cumplir nuestros objetivos que para eso pusimos en marcha la organización.
- A partir de aquí, sabiendo los que somos, los objetivos que nos marcamos y los recursos con los que contamos, hay que determinar qué tipo de actuaciones vamos a realizar. Hay muchas cosas que se pueden hacer sin gastarse un duro.
- También es el momento de poner en orden los temas internos de la entidad: si queremos hacer un cambio de estatutos, regularizar alguna documentación de la entidad con cosas que no habíamos hecho hasta ahora: solicitar la exención de IVA 5 y que nos reconozca Hacienda como entidad de carácter social, ver qué entidad bancaria es la mejor para gestionar nuestros escasos recursos o buscar el banco que menos nos cobra por tener nuestras cuentas allí. A lo mejor también ha llegado el momento de poner nuestros cuatro duros en manos de alguna banca ética.
- Buscar nuevos compañeros de viaje. Llegó la hora de dejar las cuatro paredes y salir al aire libre. Es necesario contactar con otras organizaciones y saber lo que hacen. De unir esfuerzos y recursos para poder cumplir con lo que un día formulamos a la hora de poner en marcha la asociación. De acudir a todos los foros que podamos para participar en la elaboración de documentos que debatan sobre la situación actual y propongan nuevas formas de actuar. Quienes no hagan esto están condenados a mirarse el ombligo antes de desaparecer del mapa.
- De ser más. Ya sé que el asociacionismo no está de moda entre los jóvenes pero es imprescindible crecer. Si lo que queremos es quedarnos los cuatro y el del tambor solos en la entidad porque es nuestra, es que tampoco habéis entendido nada. Cuantos más seáis, mejor. Cuantas más opiniones y debate haya, mejor. Cuanta más gente esté dispuesta a hacer cosas, mejor. Además, ya está bien de la cultura del gratis total. Sí, ya sé que no tenemos un duro pero hay que poner cuotas a los socios, aunque sean dos euros al mes. Y claro, en este sentido cuantos más seamos, mejor.
- En cuestión de financiación no olvidar que pueden existir socios colaboradores y que estos pueden ser personas jurídicas (entidades, empresas) y que pueden aportar una cuota mensual o anual. Estas no tendrán derecho a voto en ningún órgano de la asociación. ¿Qué es difícil? Pues claro que es complicado. ¿Qué te esperabas, que fueran a tocar a tu puerta para darte 500 € al año por la cara? Si no te mueves, si no lo intentas, no hay nada que hacer.
- Hay que visitar a todas las autoridades que puedan tener relación con los objetivos de la entidad: concejales, directores generales, responsables de coordinadoras, etc… Posiblemente los políticos no den un duro pero sí podrás sacar otras contraprestaciones: que cuenten con tu entidad para las pocas actividades que realicen, que puedan apoyarte con recursos técnicos o infraestructuras, que puedas acogerte a alguna acción del programa Juventud en Acción de la Comisión Europea, que tus socios puedan incorporarse a actuaciones de interés convocadas por otras entidades y un largo etcétera que no tendréis si seguís encerrados entre las cuatro paredes.
- Aprovechar las redes sociales para conectar con el máximo número de personas y entidades posibles. Establecer nuevos lazos en todos los rincones que puedan proporcionarnos nuevas ideas y formas de hacer las cosas, aportando las nuestras. Estar presentes en todos aquellos movimientos relacionados con nuestros fines sociales y que nuestra voz llegué donde pueda ser oída.
- Ser partícipes de los problemas de vuestro ámbito comunitario ya sea barrio, pueblo, ciudad….Estáis inmersos en una realidad y hay que trabajar sobre ella y lo más cerca del ciudadano posible. Si no es así ¿para qué sirven las asociaciones?
Por
último, no castigarnos con reuniones sin sentido y con ningún fin.
Cuando nos reunamos que sea para algo y que al final hayamos tomado
algún acuerdo. De no hacerlo nos aburriremos nosotros y todo el que
venga. Ya está bien de dejarlo todo para la próxima reunión, eso
revienta al más dispuesto.