Nuestro
país lleva intervenido desde hace más de un año por organismos, nada
democráticos, que representan los intereses de los agentes financieros
europeos e internacionales: el FMI, la Comisión Europea y el
Zentralbank. A partir de esta intervención, el PSOE y el PP pactaron una
reforma constitucional, absolutamente impopular pero exigida por dichos
organismos, que traía como consecuencia el estrangulamiento del gasto
social. Los recortes de derechos como el de la educación o el trasvase
de recursos públicos a manos privadas, ejemplificado por el
desmantelamiento de la educación pública, no son más que desarrollos de
un programa que las élites financieras están aplicando a la población,
para que ese exiguo 1% que desea detentar el control de todos los
recursos mundiales pueda seguir expoliando al 99%. Fuente: soypública Pero este presente saqueo de lo común no nos debe hacer olvidar las carencias que arrastraba la educación pública desde el franquismo. Nuestra (inmodélica) transición perpetuó un modelo de enseñanza privada subvencionada por el Estado –la llamada educación concertada–, totalmente incomprensible e injusta, pues reducía los recursos de la educación pública, la de tod@s y para tod@s, en beneficio de centros que, en su mayor parte, impulsaban un ideario antidemocrático y estaban vinculados a una institución religiosa que colaboró con el régimen fascista de Francisco Franco.
Recordemos que la palabra “democracia” no significa votar cada cierto tiempo a unas listas precocinadas por los partidos políticos, sino que posee un sentido más profundo: el gobierno por el pueblo y para el pueblo. No podemos dejar que la clase política, convertida ahora en un mero sicario económico de los agentes financieros, siga despojándonos al pueblo de nuestro derecho a una educación pública verdaderamente emancipadora, y que continúe castigándonos, una y otra vez, con leyes de la educación cada vez más sujetas al dictado de los mercados, leyes clasistas, segregadoras, regresivas y, en suma, anti-democráticas.
Hay que rescatar la educación pública de las garras de una clase política que no gobierna para la gente, sino en contra de ella. Los defensores de la educación pública también debemos alzar nuestra voz ante un parlamento que ya no representa al pueblo, sino solo a las élites en el poder.
No olvidamos ni olvidaremos. Somos anónimos, somos legión, somos públi@s. Os esperamos
MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL 25S: http://coordinadora25s.wordpress.com/
