El 15 de mayo de 2011 fue el inicio de la multiplicación
de actividad de los movimientos sociales en los últimos meses. Los
partidos gobernantes no han recogido el malestar de las calles, crece su
descrédito y abundan las iniciativas de autoorganización.
Marta G. Franco | Diagonal Web
Un año después de las manifestaciones
del 15 de mayo de 2011, aparentemente
no se ha conseguido ninguna
de las reivindicaciones. Pero una mirada
más atenta sirve para comprobar
que el movimiento 15M está
logrando cambios en varios ámbitos.
Vivienda. Desahucios y ocupaciones
Las acciones más constantes, visibles y exitosas llevadas a cabo por activistas del 15M son los bloqueos de desahucios. Aunque la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) existía antes, en los últimos once meses ha multiplicado su actividad y, con el apoyo de asambleas populares, ha podido frenar 230 ejecuciones en todo el Estado. Mediante presión popular y asesoramiento jurídico, la PAH presta ayuda efectiva a los afectados para negociar la deuda y conseguir alquiler social.
Las acciones más constantes, visibles y exitosas llevadas a cabo por activistas del 15M son los bloqueos de desahucios. Aunque la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) existía antes, en los últimos once meses ha multiplicado su actividad y, con el apoyo de asambleas populares, ha podido frenar 230 ejecuciones en todo el Estado. Mediante presión popular y asesoramiento jurídico, la PAH presta ayuda efectiva a los afectados para negociar la deuda y conseguir alquiler social.
Esta plataforma se centra en viviendas
hipotecadas, pero otros colectivos
también evitan desahucios de inquilinos.
Por ejemplo, la Associació
500x20, de Barcelona. “En el barrio
de Ciudad Meridiana, indignados y
vecinos hemos conseguido que en el
mes de marzo no se ejecutara ninguno”,
cuenta Antoni, de esta asociación.
Su compañero Salva explica que
“el 15M ha encontrado en la vivienda
una manera más práctica que en otros
frentes, evitar desahucios son pequeños
triunfos que ayudan a gente”.
Algunas personas desahuciadas están
optando por ocupar viviendas.
Desde el 15M se ha facilitado este proceso
con iniciativas como el Edifici 15O en Barcelona
o el Hotel Madrid.
Aunque éste último ya haya sido
desalojado, en su momento contribuyó
a mejorar la percepción que la opinión
pública y ciertos medios de comunicación
tienen de la ocupación y
se ha generado una red que sigue liberando
pisos. Por otro lado, desde
otoño, las asambleas surgidas en las
plazas han ocupado edificios vacíos
en los que celebrar sus actividades.
En Madrid hay siete nuevos centros
sociales, y al menos ocho asambleas
de acampadas de otras ciudades han
hecho lo mismo.
Redes de apoyo. Vecindario a pie de calle
Al levantar las acampadas, el 15M quiso expandir sus asambleas hacia los barrios. Carmen Espinar, de la asociación de vecinos madrileña La Flor y experta en participación ciudadana, comenta que, en algunos lugares, “la vida de barrio se ha revitalizado”. De las asambleas multitudinarias de las primeras semanas, que consiguieron “recordar que las plazas no son sólo un lugar de tránsito”, se ha pasado a encuentros más operativos: “se está trabajando en pequeños grupos de afinidad y hay más gente activa que hace un año, aunque no se perciba”. Para Espinar, el tejido asociativo estaba dormido y “el 15M fue una inyección para hacer cosas distintas,más atractivas y dinámicas”.
Al levantar las acampadas, el 15M quiso expandir sus asambleas hacia los barrios. Carmen Espinar, de la asociación de vecinos madrileña La Flor y experta en participación ciudadana, comenta que, en algunos lugares, “la vida de barrio se ha revitalizado”. De las asambleas multitudinarias de las primeras semanas, que consiguieron “recordar que las plazas no son sólo un lugar de tránsito”, se ha pasado a encuentros más operativos: “se está trabajando en pequeños grupos de afinidad y hay más gente activa que hace un año, aunque no se perciba”. Para Espinar, el tejido asociativo estaba dormido y “el 15M fue una inyección para hacer cosas distintas,más atractivas y dinámicas”.
Uno de los colectivos que han notado
el impulso son las Brigadas de
Observación de Derechos Humanos.
Llevaban dos años documentando
controles policiales racistas y ahora
perciben más interés. “Ya es raro que
alguien no sepa que hay redadas racistas
en Madrid”, afirma Ana, una
brigadista. Han impartido talleres a
muchas asambleas de barrio, que se
han unido a la tarea de alertar de redadas.
El 15M también ha girado la
mirada hacia los Centros de
Internamiento de Extranjeros (CIE),
ha lanzado campañas de denuncia y,
en Málaga, llegó a acampar delante
de uno de ellos. Así, se frenó la expulsión
de Sid Ahmed Bouziane, un joven
argelino cuya vida corría peligro
porque había huido de un grupo violento
en su país.
Economía social. No es la crisis, es el sistema
Al calor de asambleas que ponen en cuestión el modelo económico en crisis, se buscan alternativas de consumo y se están fomentando proyectos de economía social. Por ejemplo, la Cooperativa Integral Catalana, que satisface todas las necesidades económicas (productos, servicios y moneda social) de manera autogestionada, llevaba un año gestándose cuando comenzó el 15M, pero ha terminado de arrancar en estos meses. Su modelo se está reproduciendo en Madrid, Andalucía, Valencia, Cabo de Gata, La Rioja, Valencia y Aragón.
Al calor de asambleas que ponen en cuestión el modelo económico en crisis, se buscan alternativas de consumo y se están fomentando proyectos de economía social. Por ejemplo, la Cooperativa Integral Catalana, que satisface todas las necesidades económicas (productos, servicios y moneda social) de manera autogestionada, llevaba un año gestándose cuando comenzó el 15M, pero ha terminado de arrancar en estos meses. Su modelo se está reproduciendo en Madrid, Andalucía, Valencia, Cabo de Gata, La Rioja, Valencia y Aragón.
La crítica al sistema financiero ha
supuesto un buen año para la banca
ética, que cuanto menos cumple el
principio de transparencia. Triodos
ha doblado su beneficio en 2011,
aumentando el número de clientes un
24%. La red Fiare, que opera en
España como agente de Banca Popolare
Etica, y la cooperativa de servicios
financieros Coop57, también han
aumento su volumen de depósitos y
créditos sustancialmente. Esta segunda
habla de “una demanda incesante
de charlas, talleres y seminarios” por
parte de colectivos 15M.
A menor escala, las asambleas populares
están replicando formas de
consumo responsable: bancos de
tiempo,mercados de trueque, talleres
de autoformación, ocio autogestionado,
etc. La de Carabanchel, por
ejemplo, recoge comida sobrante en
Mercamadrid y la reparte en el barrio.
Política de partidos. Los límites de la democracia
Desde el 15M nunca se ha fomentado masivamente ninguna opción de voto, pero sí ha tenido influencia en las dos elecciones en las que ha estado presente. Según el CIS, un 18,8% de los votantes lo tuvo en cuenta el 22 de mayo y los partidos minoritarios se vieron reforzados; es decir, contribuyó a reducir el voto bipartidista. Un estudio de Manuel Jiménez Sánchez, de la Universidad Pablo de Olavide, detectó que se produjo el mayor aumento de votos nulos y en blanco desde 1987, con mayor incidencia en las ciudades donde hubo acampadas.
Desde el 15M nunca se ha fomentado masivamente ninguna opción de voto, pero sí ha tenido influencia en las dos elecciones en las que ha estado presente. Según el CIS, un 18,8% de los votantes lo tuvo en cuenta el 22 de mayo y los partidos minoritarios se vieron reforzados; es decir, contribuyó a reducir el voto bipartidista. Un estudio de Manuel Jiménez Sánchez, de la Universidad Pablo de Olavide, detectó que se produjo el mayor aumento de votos nulos y en blanco desde 1987, con mayor incidencia en las ciudades donde hubo acampadas.
En las generales de noviembre volvieron
a subir estos votos y la suma del
PP y el PSOE siguió decreciendo.
El 15M no ha contribuido a la abstención,
según Carolina Galais, de la
Autónoma de Barcelona. Al contrario,
su aportación es darle un matiz
de protesta al voto: “DRY, #nolesvotes,
#aritmetica20N y otras campañas
relacionadas han animado a votar
desde el apartidismo, recomendando
el voto crítico, como expresión de desacuerdo
con el sistema actual”.
Para frenar la sangría, desde PSOE
y PP se han hecho guiños a las reivindicaciones
del 15M. En junio,
Rubalcaba anunció que la Ley de
Transparencia, tras años de olvido,
llegaría al Parlamento. No ha sido
hasta abril cuando se ha publicado el
proyecto. Organizaciones como X.net
han señalado muchas deficiencias,
pero al menos se ha abierto el debate.
En la misma línea, la dación en pago
ha llegado al Parlamento en varias
ocasiones, pero el código de buenas
prácticas del PP servirá para pocos
casos. Anteriormente, sí hubo un pequeño
avance legislativo: se subió el
tope de sueldo que no se puede embargar
por impago de hipotecas. Está
por ver la suerte de la Iniciativa
Legislativa Popular (ILP) por la dación
en pago retroactiva, la moratoria
de desahucios y el alquiler social, cuyo
proceso de recogida de firmas acaba
de empezar.
El 15M de Málaga ya ha pasado por
esta experiencia: registró una ILP en
el Parlamento andaluz precisamente
para modificar el trámite de estas leyes
y facilitar que prosperen. El
Gobierno del PSOE remezcló la propuesta
y acabó aprobando, con los
votos de todos los partidos, una ley
que bajaba el número de firmas requerido,
pero era “demasiado light” y
no fomentaba realmente la participación,
a juicio del 15M.
Paralelamente, continúa el descrédito
de la clase política y la respuesta
en las calles. El CIS confirma la percepción
de los partidos políticos y el
Gobierno como uno de los mayores
problemas y especifica que desde mayo
hay un 4,7% más de participantes
en manifestaciones. Según datos publicados
en 20 Minutos, 2012 va camino
de batir récords con 60 protestas
diarias. En Valencia, en enero y febrero
se produjeron cinco veces más
manifestaciones que en el mismo periodo
el año anterior.
Cambio cultural. Descrédito y colaboración
El descrédito salpica a los medios de comunicación. Al muy comentado uso de redes sociales (también redes libres: N-1.cc ha pasado de 3.600 a 40.500 habitantes desde mayo), hay que sumar la proliferación de medios alternativos. Algunos reconocen la influencia del 15M, como Mas público, un grupo de extrabajadores de Público que quiere reflotar la cabecera.
El descrédito salpica a los medios de comunicación. Al muy comentado uso de redes sociales (también redes libres: N-1.cc ha pasado de 3.600 a 40.500 habitantes desde mayo), hay que sumar la proliferación de medios alternativos. Algunos reconocen la influencia del 15M, como Mas público, un grupo de extrabajadores de Público que quiere reflotar la cabecera.
Fuera de internet, el periódico Madrid15M es
editado por las propias
asambleas, va a por su tercer número
y ha llegado a 40.000 ejemplares;
Rebelaos, publicación para la autogestión,
imprimió 500.000. Florecen
proyectos culturales colaborativos
que recogen las formas de hacer del
15M, como el documental 15M.cc, la
factoría musical de la Fundación
Robo o la biblioteca Bookcamping.
Luis Moreno-Caballud, profesor de
la Universidad de Penn que participa
en Occupy Wall Street, describe el
15M como “máquina de difusión de
saberes” y alaba su capacidad de
“producción anónima y colectiva del
sentido; discursos apropiables, inclusivos
y potentes por su difícil encasillamiento”.
La aportación del 15M, en
su opinión, tiene que ver con un cambio
cultural: “la principal victoria es
justamente el habernos proporcionado
una forma de ver la vida en la que
lo importante no son las victorias o
las derrotas, ha reforzado una forma
de estar en el mundo basada en la colaboración
y no en la competición”.
Artículos relacionados: