El Edutainment nos parecía un mundo a simple vista desconocido y con un nombre que incluso nos costaba pronunciar: Edut… Edutan… Edu… ¿qué? Pero basta con dar una definición breve de la palabra Edutainment para comprender que es algo que lleva con nosotros toda la vida. Por Edutainment entendemos la forma de entretenimiento diseñada para educar y divertir y ésta se puede dar en multitud de formatos: desde libros a juegos de mesa, pasando por series de televisión o videojuegos.
“No confundir” (que dirían los políticos, a los que, por cierto, les vendría bien leerse un par de artículos sobre esta materia) con gamification, que básicamente se trata de aplicar mecánicas de juego en contextos y entornos distintos a los juegos.
Hay quienes dicen que el término Edutainment lo utilizó Disney en la década de los 40 y otros que luego lo popularizó Robert Heyman en los 60. Sea quien fuere, lo cierto es que tenemos ejemplos muy dentro de nuestros recuerdos. ¿Recordáis el extinto Barrio Sésamo? La popular serie que inundó los televisores de muchas generaciones de niños, jóvenes y no tan jóvenes y enseñó, a través de personajes entrañables y canciones pegadizas, cosas tan básicas como la diferencia entre arriba y abajo, o algo más complejas como aprender a cruzar una carretera sin peligro. Puro Edutainment.
Estos días nos hacía verdadera ilusión recordar estos momentos mientras escribíamos el post. ¡Incluso nos acordábamos de determinados sketches a pesar de haberlos visto hace más de 20 años…! Pero lo mejor de todo es que ni siquiera nos dábamos cuenta del verdadero poder evangelizador de producciones así en su día. Y ésa es parte de la magia del Edutaintment.
Esta misma semana hablábamos con Aníbal de la Torre - organizador del equipo de trabajo de Educ@conTIC y experto en creación de experiencias de trabajo colaborativo en la educación – acerca de dicha ilusión y la enfocábamos hacia los nuevos métodos de aprendizaje. Éste nos contaba que “todo se simplifica muchísimo cuando hablamos desde experiencias reales de éxito con la suficiente honestidad como para reconocer errores y aprender de ellos”, nos trasladaba, “y es que comunicar transmitiendo ilusión es complicado, más en los tiempos que corren”.
Por eso los docentes de nuestro país no lo tienen fácil. Pero, a la vez, es una tarea preciosa. ¿Os podíais imaginar que ‘El Lazarillo de Tormes’ cabía en 140 caracteres? En un colegio de Torremolinos decidieron dar un vuelco a sus clases y adaptaron esta obra a Twitter, compartiendo con el resto de la comunidad esta genial y a la vez sencilla idea.
Pero no hace falta acudir a la televisión para encontrar personajes entrañables como los de antes. Tragapalabras es la tímida mascota de una clase de primaria del Colegio Sagrada Familia de Madrid. Este peculiar monstruito se alimenta de palabras cada vez más largas y complicadas, ayudando a mejorar la competencia lecto-escritora de los más pequeños. En palabras de Ana Municio, artífice de la idea, “el misterio y la ilusión por la mascota motiva a los alumnos de tal manera que llegan a ‘verle’ asomar por el agujero dibujado en el corcho”. Cuando ya tienen la suficiente confianza, Tragapalabras da el salto al blog y se presenta con un sencillo y divertido vídeo. Y, un poco más tarde, se llega incluso a materializar en forma de peluche, del cual cuidan los alumnos y alimentan con palabras y más palabras que deben escribir en su libro de recetas.
Decía Séneca que “los hombres aprenden mientras enseñan”. Y tal vez uno de los mayores placeres de la vida sea aprender divirtiéndose. “Educar o formar personas es la actividad más noble y gratificante que existe; si a eso le sumas las posibilidades que lo digital nos ha traído, se convierte en la leche, ilusionarse e ilusionar con esto es entonces muy fácil”, nos contaba Aníbal de la Torre. Y en este aspecto, la tecnología entrar a jugar un papel muy importante.
No hay mejor forma de entenderse con un nativo digital que hablar su misma lengua y, en la actualidad, gracias a las nuevas tecnologías, las barreras desaparecen y los idiomas se estandarizan. Aníbal de la Torre nos comentaba al respecto que “la tecnología más novedosa en educación que se está implantando en la actualidad es la humana, la que nos está permitiendo ahora más que nunca aprender de forma autónoma sin condicionantes espaciales ni temporales, colaborando con iguales y, sobre todo, expandiendo conocimiento”.
Así que, ¿y si ‘redsocializamos’ (y permitidnos utilizar este palabrejo) la docencia? Por un motivo así nació Internet en el Aula, una red social española que tiene como objetivo “ofrecer un lugar de encuentro virtual para que cualquier docente en ejercicio pueda participar y publicar libremente, compartir experiencias y recursos, contactar y colaborar con otros docentes con similares intereses”, según nos cuenta su coordinador, José Luis Cabello.
¿Y esto no es muy moderno para los profesores habituados a la metodología -llamémosla- tradicional? “Muchos docentes sólo integran la ‘tecnología expositiva’ (pizarra digital, presentaciones, libro digital) que permite usar la tecnología sin alterar esencialmente su marco metodológico”, continuaba contándonos José Luis Cabello, “así que todavía muchos no asumen que la competencia digital es una de las competencias básicas del currículo”. Para esto, Cabello incluso propone “que hubiera una formación, y exigencia de acreditación”.
Atención al caso de utilización de redes sociales en el proceso de aprendizaje de la infancia: en un colegio al sur de Francia, unos niños de cinco años utilizan Twitter a diario. Puede parecer una locura pero, aunque están aún aprendiendo a escribir, lo hacen a golpe de tweet, y es así como se comunican con otro colegio al otro lado del Atlántico, en Canadá.
¡Y qué decir de ese futuro multipantalla y multitáctil (a partir del minuto 1:45 del siguiente vídeo) en el que los niños aprenderán rodeados de tecnología…! Espectacular.
Pero hay mucho más: la aplicación The Warhol Art para dispositivos móviles permite ver detrás de las cámaras las mejores obras de Andy Warhol. Por otro lado, Hackerteen se presenta como un proyecto educativo de seguridad informática para que los adolescentes aprendan cómo proteger a las empresas mientras “reducen el tiempo dedicado a los juegos de ordenador, MSN y MySpace” (sic). Vamos, que si empiezas a detectar que tu chaval no usa internet como los demás de su edad, estás a tiempo de reconducirle para que no se convierta en un hacker de los malos.
En Kidzania “los niños pueden hacer cosas asombrosas cuando se les da la oportunidad”, aprenden a sentirse como un adulto a la vez que asumen el rol de éstos:
También disponemos de webs y más webs enfocadas al Edutainment, además de canales de YouTube con gran contenido educativo de entretenimiento para su uso dentro o fuera del aula. Incluso centros docentes como The Khan Academy, que pone a disposición de los internautas más de 3.000 vídeos de muy diversas temáticas (historia, aritmética, física, finanzas…) para una enseñanza marcada por el propio ritmo del usuario.
Showmans como Bill Nye ‘the Science Guy’, que enseñaba en cada uno de sus 100 episodios un tema diferente sobre ciencia y que consiguió millones de seguidores (de hecho, aún es frecuentemente utilizado en la docencia), son casos de éxito mundiales cuando hablamos de Edutainment.
Nosotros seguíamos con la boca abierta mientras descubríamos todos estas maravillas… “¡Queremos aprender así!”, nos comentábamos.
Era Platón quien argumentaba que “el objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano”. No sabemos si tras escribir este post los dos autores del mismo somos mejores ciudadanos. Pero de lo que sí estamos seguros es que hemos aprendido un montón. Y de que nos hemos divertido. Y mucho.