La
animación sociocultural surge como estrategia socioeducativa de la
modernidad. La animación es utilizada por los partidos políticos
obreristas, las iglesias o las instituciones públicas como una práctica
militante, identitaria y de encuadramiento en la defensa y consecución
de un proyecto cultural orientado por la visión del mundo y del cambio
social que cada institución detenta.
Con
la posmodernidad la animación no puede ser más una práctica bancaria y
paternalista de encuadramiento sino que deviene una práctica liberadora
de una cultura libre, la creación de micropoderes presentes en el debate
social al servicio de la creación de una ciudadanía solidaria y una
democracia más auténtica.
DE LA MILITANCIA TRANSFORMADORA A LA ACCIÓN SOLIDARIA Y LIBERADORA