En el ámbito de la política educativa se distingue frecuentemente entre aprendizaje (o educación) formal, informal y no formal.
La diferencia entre estas categorías, y especialmente entre las dos
últimas (informal y no formal), no siempre es nítida y se presta a
confusión, pero si nos remontamos hasta el origen de la distinción es
posible comprender mejor las cosas.
A finales de los años sesenta se
empezó a hablar en el ámbito internacional de una crisis de las
políticas educativas, haciendo referencia a los problemas económicos y
políticos que encontraban muchos países para ampliar sus sistemas de
enseñanza tradicionales (la educación formal). Existía la impresión de
que esos sistemas tradicionales no estaban logrando adaptarse a los
rápidos cambios socioeconómicos que se estaban produciendo en muchas
regiones del mundo. A principios de los años setenta diversas
organizaciones internacionales de desarrollo empezaron a distinguir
entre formal, non-formal e informal education, nueva categorización
que venía a añadirse a otras ya existentes en el ámbito educativo. Según
las definiciones clásicas, la educación formal es la impartida en
escuelas, colegios e instituciones de formación; la no formal se
encuentra asociada a grupos y organizaciones comunitarios y de la
sociedad civil (siendo la que en aquel momento se consideró que podía
realizar una especial contribución a la formación en los países en vías
de desarrollo), mientras que la informal cubre todo lo demás
(interacción con amigos, familiares y compañeros de trabajo). En la
práctica, y debido a la naturaleza misma del fenómeno educativo, las
fronteras entre categorías se difuminan fácilmente, sobre todo entre la
educación no formal y la informal. Esta distinción tripartita pasó a
asociarse además a un nuevo concepto que surgió también por entonces en
el ámbito de la política educativa: el del aprendizaje permanente o a lo
largo de toda la vida.
El
concepto de aprendizaje permanente ha pasado a ocupar hoy día un lugar
prominente en el ámbito de la educación, y la UE le está prestando una
especial atención. La Comisión Europea subrayó recientemente la
complementariedad de los aprendizajes formal, no formal e informal en
este contexto, y en su Comunicación Hacer realidad un espacio europeo
del aprendizaje permanente» ofrece las siguientes definiciones, que
siguen el modelo clásico:
Educación formal:
aprendizaje ofrecido normalmente por un centro de educación o
formación, con carácter estructurado (según objetivos didácticos,
duración o soporte) y que concluye con una certificación. El aprendizaje
formal es intencional desde la perspectiva del alumno.
Educación informal:
aprendizaje que se obtiene en las actividades de la vida cotidiana
relacionadas con el trabajo, la familia o el ocio. No está estructurado
(en objetivos didácticos, duración ni soporte) y normalmente no conduce a
una certificación. El aprendizaje informal puede ser intencional pero,
en la mayoría de los casos, no lo es (es fortuito o aleatorio).
Educación no formal:
aprendizaje que no es ofrecido por un centro de educación o formación y
normalmente no conduce a una certificación. No obstante, tiene carácter
estructurado (en objetivos didácticos, duración o soporte). El
aprendizaje no formal es intencional desde la perspectiva del alumno».
Es
evidente que estos conceptos se solapan a veces con otros que han
venido utilizándose en diversas épocas en los ámbitos nacionales. En el
caso español, podemos citar como ejemplo la tradicional distinción,
todavía vigente, entre enseñanza reglada y no reglada, que en ciertos
aspectos coincidiría con la formal y la no formal. Pero lo que nos
interesa sobre todo desde el punto de vista de la traducción es el hecho
de que todos estos conceptos surgen en un contexto concreto y se
utilizan hoy día en un marco teórico y con unas connotaciones
determinadas. Para utilizar en cada caso la terminología adecuada, hay
que tener muy en cuenta, pues, el contexto de que se trata.
Educación informal:
- La educación informal es aquella que se da de forma no intencional y no planificada, en la propia interacción cotidiana.
- La educación informal es la acción difusa y no planificada que ejercen las influencias ambientales. No ocupa un ámbito curricular dentro de las instituciones educativas y por lo general no es susceptible de ser planificada. Se trata de una acción educativa no organizada, individual, provocada a menudo por la interacción con el ambiente en ámbitos como la vida familiar, el trabajo y la información recibida por los medios de comunicación. Por ejemplo, la educación que se recibe en lugares de vivencia y de relaciones sociales (familia, amigos,...) no está organizada, de modo que el sujeto es parte activa tanto de su educación como de la de los demás.
Educación formal:
- Es aquel ámbito de la educación que tiene carácter intencional, planificado y reglado. Se trata aquí de toda la oferta educativa conocida como escolarización obligatoria, desde los primeros años de educación infantil hasta el final de la educación secundaria.
- Es la educación que se transmite en instituciones reconocidas, sobre todo el colegio en sus múltiples variantes, y que responde a un currículum establecido, normalmente controlado por el Gobierno u otras instituciones. Tiene diferentes grados de obligatoriedad según el sistema educativo de cada país
Educación no formal:
- La educación no formal se da en aquéllos contextos en los que, existiendo una intencionalidad educativa y una planificación de las experiencias de enseñanza-aprendizaje, éstas ocurren fuera del ámbito de la escolaridad obligatoria. Cursos de formación de adultos, la enseñanza de actividades de ocio o deporte, son ejemplos de educación no formal. La diferenciación entre educación formal y no formal es, sin lugar a dudas, compleja.
- Es la acción que no se encuentra totalmente institucionalizada pero sí organizada de alguna forma. Representan actividades educativas de carácter opcional, complementario, flexibles y variadas, raramente obligatorias. Son organizadas por la escuela o bien por organismos o movimientos juveniles, asociaciones culturales o deportivas, etc. así, aunque no se encuentra totalmente institucionalizada, sí está organizada de alguna forma pues comprende un proceso dirigido a la obtención de algún nivel de aprendizaje, aunque no de un título académico.
- De hecho la educación no-formal tiene un sentido muy amplio. Llamamos educación no-formal a todas aquellas intervenciones educativas y de aprendizaje que se llevan a cabo en un contexto extraescolar. Con ello incluimos la educación de adultos, la educación vocacional, la educación de las habilidades para la juventud, la educación básica para los niños que no asisten a la escuela y la educación para los mayores dentro del contexto de la educación para toda la vida. Una de las características de la educación no-formal es que su enfoque está centrado en el discente. La educación no-formal no se limita a lugares o tiempos de programación específicos, como en la educación formal. La educación no formal puede proveerse de una forma muy flexible que debe ser promocionado en el futuro. La UNESCO promociona la integración de la educación no-formal con la formal. Pensamos que la educación no formal tiene un potencial enorme en los sistemas de aprendizaje o sistemas educativos del futuro para desarrollar una enseñanza centrada en el discente y hecha a su medida. (D. SHIGERU AOYAGI Jefe de la sección de Alfabetización y Educación no formal de la UNESCO)