El matrimonio de Tatiana y Anuar estaba dispuesto a plantar cara al
inminente desahucio que se cernía sobre ellos y su hija y que amenazaba
con echarlos de su piso de 55 metros cuadrados. Era el 15 de junio de
2011...
Eduardo Muriel | Kaosenlared
Pocas semanas antes, Tatiana había visto en televisión un pequeño
reportaje sobre unos activistas barceloneses que, utilizando técnicas de
protesta pacífica, habían impedido que desalojaran a una familia en
Catalunya. Ella no tenía nada que perder, así que llamó a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) para pedir ayuda.
Cuando llegó el momento del desahucio, Tatiana no pudo dar crédito a
lo que veía desde su ventana. Decenas de personas se habían acercado a
paralizar su desahucio. El 15-M había acudido a su llamada de
auxilio."Es una cosa que nunca se me olvida, lo más bonito que me ha
sucedido", explica Tatiana. "Estuvimos intentando negociar con el banco
hasta el último día, pero no querían cambiar de posición, así que fue
increíble sentir la solidaridad de la gente, el apoyo mutuo", expresa.
El 15-M paró el desahucio de Tatiana: "Es lo más bonito que me ha pasado"
El desahucio fue aplazado y la comisión judicial no volvió hasta
muchos meses después. Al final, tras casi un año de lucha, el matrimonio
consiguió que el banco le concediese la condonación de la deuda hipotecaria a
cambio de las llaves del piso. "Nos quedamos en paro, no teníamos
ayuda ni veíamos salida por ningún lado, y cuando te encuentras en esa
situación es desesperante", recuerda, ya como algo lejano.
Aquel fue el primer 'Stop Desahucios' mediático. Desde entonces,
Tatiana comenzó a participar activamente en la lucha por una vivienda
digna, tanto dentro de las asambleas del 15-M como en la PAH. A su vez,
el movimiento de los indignados encontró uno de sus activos más
potentes: ayudar directamente a las familias, frente a la pérdida de uno
de los derechos más básicos, como es el de la vivienda.
Triunfos inmediatos y simbólicos
El 15-M ha logrado gran parte de sus victorias en el frente de los
desahucios, sobre todo logros palpables. Alfonso, de la comisión
interbarrios de vivienda del 15-M, explica que la gente a la que se
ayuda en un desahucio "de repente se dan cuenta de que no están solos".
"Algunos entienden que después de su desahucio viene el de mucha
gente más, así que comienzan a implicarse para ayudar al siguiente
vecino con problemas", asegura, y añade que "varios de los más activos
vienen de ese proceso".
Los indignados vivieron aquel momento con "mucha ilusión" y sin
esperarse el éxito que finalmente tuvo la convocatoria, recuerda
Alfonso. "Fue una mañana muy alegre porque se consiguió totalmente el
objetivo. A la comisión judicial les dio tanto miedo que tardaron meses
en volver, se fueron sin plantear si quiera una fecha de retraso",
señala.
Sin embargo, Alfonso admite que no se esperaban ese éxito, "incluso
con la explosión del activismo social que provocó el 15-M, ya que era la
primera vez que se lanzaba en Madrid una acción de este tipo".
La lucha por la vivienda digna, en el ADN del 15-M
Las organizaciones más nombradas a la hora de buscar promotores del
movimiento de los indignados suelen ser Democracia Real Ya o Juventud
Sin Futuro. Sin embargo, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que
llevaba poco tiempo funcionando en Madrid —en Barcelona llevaba mucho
más recorrido—, también está entre las convocantes de la manifestación
del pasado 15 de mayo.
De hecho, la lucha por una vivienda digna ha sido uno de los grandes
frutos que ha dado el 15-M pues, sólo en Madrid, la PAH ha paralizado
junto a las asambleas de barrio más de cien desahucios. "Se creó una
asamblea interbarrios en la que participa también la PAH y desde el
principio se han hecho muchísimas reuniones conjuntas", explica Jose
María Ruiz, portavoz de la PAH de Madrid. "La paralización del desahucio
de Anuar y Tatiana fue coordinado por las asambleas de barrio, en
concreto la de Tetuán", apunta.
"Desde aquel día lo que hemos hecho ha sido reforzar esa
comunicación", narra. "La unión entre la PAH y el 15-M ha supuesto
alcanzar muchos objetivos, muchas condonaciones de deudas, muchas
daciones en pago, se ha firmado un gran número de alquileres sociales",
recuerda Ruiz.
Ahora, toca "afianzar" esta dinámica de cara a la recogida de firmas de la ILP que
van a presentar ante el congreso para que la dación en pago sea una
realidad para todos. "Eso va a obligar a crear algún tipo de estructura
organizativa más estable que hasta ahora", adelanta.
Una situación insostenible
Ruiz destaca que ahora mismo "se están moviendo alrededor de un
millón y medio de expedientes de ejecución hipotecaria, lo que supone ya
no sólo el drama de toda esa gente, sino el colapso financiero".
"Además, el problema está muy vinculado a la destrucción de empleo, con
lo cual éste va creciendo a una velocidad de vértigo y muchos de los
parados no van a poder hacer frente a su hipoteca", adelanta.
"De hecho el gobierno está francamente preocupado, no porque tenga
conciencia social, que no la tiene, sino porque esas personas quedan
fuera de los circuitos de consumo, ya que de un desahucio te vas con una
equis de moroso en la espalda. No puedes contratar un móvil, no puedes
comprar una lavadora a plazos, y eso supone el colapso de la economía. Y
la paradoja es que mientras esto sucede hay alrededor de seis millones
de casas vacías", explica Ruiz.
En cuanto a los responsables de este problema a gran escala, Ruiz lo
tiene claro: "los bancos y nuestros gobernantes, que no solo lo han
permitido sino que además legislan continuamente a favor de los
primeros". A la hora de firmar una hipoteca, según Ruiz, "no hay ninguna
igualdad de armas entre un particular y la banca".
De cara al próximo 12 de marzo, día en que los indignados volverán a
salir a las plazas para celebrar su aniversario, Ruiz se muestra
optimista. "Será otro aldabonazo para conseguir ese avance en la
organización que yo creo que nos falta", explica.