Los
juegos de tarjetas son recursos utilizados para relacionar diversas
ideas y agruparlas bajo una característica común a todas. Se utilizan
tarjetas de diversos colores o preimpresas con elementos de trabajo o
información, que estimulen el interés de los participantes.
Las tarjetas son muy manejables, por lo que se convierten en una herramienta muy práctica en la explicación de conceptos.
Para
crear y utilizar un juego de tarjetas, lo más sencillo es crear una
estructura a la que puedas añadir el contenido que desees.
Por ejemplo, pongamos que quieres crear un juego de liderazgo. Te propongo los siguientes pasos:
- Prepara con antelación cinco tarjetas (8cm. x 13cm. o 13cm. x 20cm.) para cada participante. Cada tarjeta tiene que contener afirmaciones sobre el liderazgo. Incluye afirmaciones que los participantes acepten casi con seguridad (“Quiero utilizar las técnicas de la teoría de dirección Y"), afirmaciones que los participantes seguramente rechacen (“El liderazgo consiste en mantener a todo el mundo contento”) y afirmaciones respecto a las cuales los participantes puedan mostrarse indecisos (“La decisión en grupo es una técnica útil para desarrollar estándares”).
- Prepara un montón similar de tarjetas (el mismo número) para dejar en la mesa. Mezcla las tarjetas positivas, las negativas y las ambiguas.
- Reparte cinco tarjetas a cada participante.
- Pídeles que las lean y las agrupen en dos montones: las tarjetas con las que están de acuerdo y las tarjetas con las que no están de acuerdo.
- Pídeles que busquen un compañero y que intenten cambiar sus peores tarjetas por las mejores del otro. Diles que tienen que dar una explicación para dar o tomar una carta en concreto.
- Los participantes son libres de quedarse con una carta “nueva” de las de la mesa después de dos o más intercambios, pero sólo pueden coger la carta de arriba y dejar las demás debajo del montón.
- Déjales 30 minutos para los intercambios o espera hasta que empiecen a dejar de hablar.
- Pídeles que se unan en grupos de tres o de cuatro y que se pongan de acuerdo en cuáles son las cinco “mejores” tarjetas. Las restantes se dejan en la mesa.
- Pide los comentarios de varios grupos sobre las tarjetas con las que se han quedado. Pide los comentarios de los otros grupos sobre las tarjetas que han dejado.
En
el paso 1 se puede hacer una variación pidiendo a los participantes que
hagan ellos las tarjetas en lugar de hacerlas tú previamente. Para ello
utilizas tarjetas en blanco.
Esto
requiere más tiempo, pero hace que se impliquen más en cuanto a
participación y que manejen mucho más los conceptos que quieres que
trabajen y aprendan. Tú, como formador o profesor, también tendrás que
revisar las tarjetas un poco, para que sean más claras.
@elcasopablo - El caso Pablo