Haciendo honor al nombre de este blog, “Movimientos de Género. Redes de mujeres para el empoderamiento”, ya escribí un artículo sobre los movimientos de género. Pero quedaba pendiente la segunda parte del nombre, y ese es el tema que voy a abordar en este artículo: el empoderamiento.
¿Qué es el empoderamiento? Es complicado dar respuesta a esta cuestión
porque el término no tiene una acepción única y concreta, sino que es un
concepto bastante amplio y complicado de delimitar.
El término proviene del inglés empowement y su traducción al español ha sido empoderamiento, sin embargo “apoderamiento” hubiese sido una traducción más literal. El término empoderamiento lleva implícito todo un proceso, un proceso de capacitación hacia la emancipación. En un primer momento este término fue acuñado en la IV Conferencia Mundial en Beijing
para referirse al aumento de la participación de las mujeres en los
procesos de toma de decisiones y acceso al poder. Pero actualmente esta
expresión conlleva también otra dimensión: la toma de conciencia del
poder que individual y colectivamente ostentan las mujeres y que tiene
que ver con la recuperación de la propia dignidad de las mujeres como
personas (Palabras para la igualdad. Biblioteca básica vecinal).
Por
tanto, este concepto hace referencia a la capacitación para la
emancipación que adquieren las mujeres ante su propia vida, junto al
poder colectivo que les dota de estrategias para producir cambios
socioculturales, y éste es el empoderamiento que me interesa y al que
quiero dar visibilidad.
Personalmente me gusta la definición que da Margaret Schuler, autora que identifica el empoderamiento como:
“proceso
por medio del cual las mujeres incrementan su capacidad de configurar
sus propias vidas y su entorno, una evolución en la concientización de
las mujeres sobre sí mismas, en su estatus y en su eficacia en las
interacciones sociales”
Y no soy la única que
considera que el empoderamiento es un tema importante para el desarrollo
de los sujetos y de las sociedades, ya que Elvira Sanchez Muliterno acaba de publicar su libro Mujer empoderada, en el que visibiliza este tema tan poco abordado fuera de los espacios feministas. Como señala la autora en una entrevista:
“Una
mujer empoderada es aquella que ha realizado el proceso de conocerse,
de romper sus barreras internas y de reconexión con en su verdadera
esencia. Dando lugar este proceso a una mujer que se conoce, que vive
desde su autenticidad, sin copiar los modelos de poder establecidos y
que vive su feminidad sin estereotiparla. En definitiva, una Mujer
Empoderada es aquella que accede a su poder basándose en su verdadera
esencia”
Además, desde organismos internacionales como ONU Mujeres
(Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la
Mujer) se apuesta por el empoderamiento de las mujeres como estrategia
para lograr una sociedad más igualitaria y beneficiosa para todo el
mundo. Como señalaba Michele Bachelet en el acto inaugural del Foro Nueva Economía “Empoderar a las mujeres es empoderar a toda la comunidad”.
Por tanto, tenemos un concepto de empoderamiento referido a una esfera individual y otro a un espacio colectivo.
El individual
debe poner mayor fuerza en los procesos cognitivos, en el dominio y el
control individual. Es lo que siempre hemos llamado “hacer las cosas por
sí mismo”, ser autónomas, pero quizás les falta conocimiento de las
relaciones entre las estructuras de poder y se desconectan del amplio
contexto sociopolítico, histórico, o cooperativo: preocuparse por los
demás… deben integrarse en un sentido más amplio: el empoderamiento colectivo para poder conseguir cambiar las estructuras, que no es otra cosa que cambiar un poder dominante inadecuado. (Definición obtenida la Escuela de formación feminista)
En
mi opinión ambos aspectos deben ir unidos, para poder actuar como
colectivo transformador debemos estar emancipadas de las opresiones
patriarcales, si alcanzamos la emancipación personal seremos capaces de
actuar socialmente para erradicarla la desigualdad de género. El
empoderamiento nos dota de las estrategias analíticas y transformadoras
necesarias para romper con los roles de género (a nivel individual) y
transformar las estructuras patriarcales (a nivel social).