El sujeto creativo y la transformación de lo social.Una aproximación al análisis etnográfico de las instituciones estalladas
Gloria Bertello en Athenea Digital
Si nos adentramos en el universo de “La excepción
y la regla” de Berltot Brecht podemos ser sorprendidos por lo habitual.
Casos inexplicables aunque corrientes, incomprensibles aunque sea la regla.
El dramaturgo nos invita a observar con desconfianza especialmente lo habitual,
lo considerado natural, lo que ocurre siempre con el solo fin de recordar que
nada debe considerarse inmutable.
La ordenación de nuestro mundo posee también
una regla y una excepción. La transformación surge de la incerteza,
de la incomodidad, de las omisiones. A veces lo corriente, lo que ocurre siempre
nos llama a la desesperanza o a la necesidad de subvertirlo. Es por este motivo
que la elección de esta pieza teatral para confeccionar el esqueleto
de mi tesina significa mucho más que una opción estética.
Esta obra me ayudó a definir una idea, a elaborar un armazón,
a encontrar una estructura que pudiera asilar otras piezas del rompecabezas.
Me asistió en la tarea de lograr otra mirada.
En realidad mi trabajo de investigación es una
especie de transición, de limpieza de conceptos, de extracto y decantación
del tema que me inspiraba. En el año 99, comencé una investigación
para la Cátedra de Comunicación Institucional (formación
de la que provengo) realizando una observación en una escuela de la ciudad
de Córdoba - Argentina que funcionaba para chicos con severos trastornos
de la personalidad y empleaban para ello un proyecto completamente diferente
a todo lo conocido en esa área. Mi interés sólo debía
estar centrado en capturar de la institución un diagnóstico, debía
captar lo que ocurre siempre, lo habitual. Pero el proyecto con el cual la escuela
trabajaba me pareció aún más interesante. Me detuve por
primera vez delante de la excepción al caer en la cuenta de que las herramientas
con las cuales contaba no podían traducir ese caso específico
al diagnóstico convencional. Era una institución diferente que
hacía que me plantee la pregunta de si era posible otro tipo de construcción
institucional que exigía nuevas herramientas para ser abordada ya que
desde mi formación esa institución como tal no existía.
Empecinada con esa institución que escapaba a mis utensilios encontré
la respuesta sobre una construcción diferente en la misma institución.
La respuesta para esta nueva forma que no encajaba con el rompecabezas conceptual,
era en propias palabras de la institución: La Institución Estallada
que emergía de las ideas y del proyecto de una psiquiatra francesa: Maud
Manonní.
Así, en el año 2000 y habiendo finalizado
mi carrera, me embarqué en la tarea de bajar este curioso y apasionante
concepto de Institución Estallada de su esfera psiquiátrica para
depositarlo cuidadosamente en el plano de la Comunicación y más
específicamente al de la Comunicación Institucional tomando como
referencia y anclaje dos instituciones argentinas que me ayudaron a traducir
el concepto al plano definitivo de lo social.
Es así, como mi trabajo de investigación
intenta lograr el encuentro, ya no de las estructuras sino de los sujetos a
través de las herramientas de la psicología social. Es una búsqueda
del sujeto creativo que puebla estas instituciones. Otra vez superada por el
desafío de ahondar en la transformación y sus formas completamente
mutables, me he abocado al encuentro con este sujeto diferente.
Para desarrollar este trabajo y comenzar a rumiar al
sujeto creativo, tomé “La excepción y la regla” en
el desglose de cada uno de mis cuatro capítulos. De manera ordenada,
en el Capítulo presento un desarrollo de “La Regla”. Introduzco
brevemente la noción de institución, considero lo instituido,
lo instituyente y me sitúo especialmente en la comunicación como
elemento fundamental de lo instituyente en lo concerniente al cambio de paradigma
comunicacional lineal para el establecimiento de relaciones de ida y vuelta
y en lo referido al poder informacional que cobra magnitud al establecerse de
manera horizontal y disponible para todos los miembros de la institución.
Hablo aquí sólo de la estructura institucional, de la constitución
tradicional de las instituciones de nuestro sistema, de la puesta en juego continua
de la lucha por la supervivencia de la malla de contención social en
la que estamos inmersos. Del esqueleto, de lo rígido, de lo aparentemente
inmóvil.
Pero como ningún esqueleto puede cobrar movilidad
sin un cuerpo, me detengo en el Capítulo 2 en “El sujeto y la regla”.
En la relación de los sujetos con la norma, los procesos de institucionalización
y subjetivación que conllevan al sujeto reglado y a una descripción
contextual de la modernidad que derivará en el concepto de individuo-objeto
como tipo ideal. Ese sujeto carente de rostro y careciente en el sistema de
un espejo que lo refleje como individuo. Hablo del carácter pasivo del
sujeto en las instituciones convencionales, del proceso institucional que llega
a apoderarse de su voluntad dejando solo apatía, del apoderamiento de
su espíritu a través de un ritualizado arsenal de hábitos,
de rutinas establecidas, de repeticiones, de límites. La regla lo inmoviliza.
Pero como dice Brecht, nada debe considerarse inmutable
con lo cual, “La Excepción” es el tema del Capítulo
3 que da cuenta de otro tipo de esqueleto. Es una primera aproximación
a las Instituciones Estalladas. Un acercamiento a dos casos específicos
de instituciones argentinas: la Universidad Trashumante y el MOCASE (Movimiento
de Campesinos sin tierra de Santiago del Estero). A través de un relato
hecho artesanalmente, me armé con los materiales que tenía de
esas instituciones, sus crónicas, sus diarios de viaje, los correos de
la lista trashumante de un año a esta parte, con las vivencias que experimenté
con ellos durante un buen tiempo y especialmente con el encuentro en que se
dieron cita las dos instituciones que abordo y que analizo como casos.
Este acercamiento etnográfico, sumado a una revisión
de la génesis del concepto de Institución Estallada desarrollado
por Manonní, permitieron dar cuenta de las características de
estas instituciones. A saber: la Horizontalidad, la Transformatividad, la Liberación
del acontecimiento, la Autonomía, la Participación y representación
y la Comunicación Popular que se erige como modelo único de comunicación
para alcanzar la comprensión de este ámbito dentro de las instituciones.
Al hablar de Institución Estallada, me detengo
en la idea de una institución como lugar para vivir. Me parece una idea
amplia, un sitio ideal donde sentarme a pensar, es un lugar ideal en especial
si es que uno tiene unas gafas deleuzianas ya que significa sentir como la vida
transcurre, uno puede sentir la vida, la discontinuidad, lo mutable, el caos,
la alegría, el dolor, la ansiedad. Por esos motivos creo que la liberación
del acontecer tiene mucha relevancia en una institución que se plantea
como lugar para vivir. Es lo que permite el libre devenir de la vida, el surgimiento
de lo insólito, es lo que le permite a la institución ser tolerante
con el caos y acoger la diferencia como algo esperado, como algo bienvenido.
Este nuevo esqueleto-cuerpo institucional me permite
al fin llegar a la relación de “El Sujeto y la Excepción”
de un cuarto Capítulo donde puedo centrarme en el sujeto creativo. Busco
su perfil, su necesidad de cambiar el mundo. Los sujetos creativos viven la
institución como territorialización de sus potencias, en el libre
ejercicio de su agencia y su deseo. Esa es su mayor potencia transformadora.
A través del lenguaje poético, del empleo del lenguaje como política
creativa pueden entenderse y reconocerse fuera de la lógica racional
o instrumental, les permite el desarrollo de otra mirada.
Los sujetos creativos son los que dentro de estas instituciones
posibilitan la transformación de lo social. En un mundo de las grandes
cosas, de los grandes pensamientos y cada vez más asido a la distropía,
la creatividad y el acontecer forjan la utopía, subvierten la regla,
introducen la diferencia que es lo que hace seguir a estos sujetos en la esperanza.
Las Instituciones Estalladas se presentan como una forma
de reacción a las instituciones convencionales. Necesitan recobrar la
palabra, erigirse como entidades deseantes, permisivas con el cambio, representativas
para aquellos sujetos creativos que las construyen y sustentan. Consideran fundamental
que se potencie al sujeto. Podríamos pensar sin embargo, en una paradoja,
en una especie de híbrido, en que lo que nos hace sujetos es una mezcla,
una conjunción entre la regla y la excepción. Un espacio confuso
donde inclusive optando por la excepción, arrastramos una regla pesada
y antigua sobre nuestra espalda. Es un peso que reconocemos, que se nos hace
nuestro de alguna manera, hemos convivido con él, lo hemos aprendido.
Todos llevamos algo del peso del universo simbólico del mundo y de sus
certezas, pero a cambio se nos otorga la libertad de la transformación,
nos es lícita porque conocemos su forma habitual, nos pertenece porque
sabemos que necesariamente no puede considerarse inmutable.
Es en este punto donde la consideración de la
excepción hace posible una nueva vivencia institucional, permite la transformación
de lo social. La creatividad es ese algo del mundo que le pertenece tanto a
él como a nosotros. Es un elemento que existe como el tiempo, es una
forma de subversión. Las Instituciones Estalladas proponen una Política
de la Creatividad donde el compromiso ético supera al compromiso estético.
En estas instituciones los sujetos creativos se juegan su identidad, proponen
la subversión y la sub-versión. Se apropian de las versiones que
laten por debajo de la oficial y gestan otro universo simbólico que se
le escapó al mundo institucional.
En las Instituciones Estalladas el arte y la creatividad
forman parte de las herramientas con que sustentan y vehiculizan sus acciones.
Por tanto, la creatividad adquiere aquí otra dimensión, es política.
Es la herramienta que une a los sujetos con el mundo. Un mundo palpable desde
sus formas reales pero también con la posibilidad de nuevas realidades.
Es la unión de la palabra con el gesto, de lo imaginado y lo vivido,
de lo inconcluso y lo completo. La función del sujeto creativo compone
un hacer en la sociedad, una transformación. La creatividad es aquí
pensamiento y sentimiento, ideas y doctrinas, veneno y antídoto. El arte
es un facilitador de las prácticas cotidianas del hacer que incluyen
la memoria, la construcción, es el elemento que termina con las omisiones
y ausencias institucionales con respecto al retorno al sujeto y a la consideración
de su potencia. La creatividad destrona las versiones oficiales y subvierte
la regla.
El sujeto creativo y la transformación de lo social
son la excepción que pretendo indagar más profundamente en mi
tesis doctoral. La pretensión de abrir este mundo, de resistir a la renuncia
de los mundos interiores que acerquen lo habitual a lo que deseamos que suceda,
me parece una alternativa irresistible. Comprendí con este trabajo que
es tan apasionante el uso de las herramientas que como científicos sociales
poseemos, como el armado artesanal de nuevas herramientas si es necesario para
comprender la transformación. Es un crecer continuado y conjunto. Por
eso pretendo concluir este trabajo y seguir investigando con preguntas y no
con respuestas, perseverando en la apertura de espacios de reflexión,
ingresando a nuevos universos, dejando que mi guardián intelectual sea
el estallido.