Tras la publicación del artículo: We have a dream: hacia la huelga social euromediterránea
nos llegó una petición emplazándonos a abandonar la dimensión digital y
corporeizarnos para presentar nuestra propuesta en la Asamblea
extraordinaria del Grupo de Trabajo de Huelga General
del 15-M del pasado miércoles 7 de septiembre. El propósito de la
convocatoria era poner en común el estado de las distintas líneas de
trabajo. Font: Madrilonia
Después de las intervenciones de los distintos portavoces de barrio,
nuestras preguntas sobre cómo parar la producción en un mundo en el que
la producción social es ya más relevante que la industrial, donde el
trabajo y la vida se mezclan y confunden, y la precariedad se ha
apropiado de nuestras condiciones de trabajo haciendo difícil plantear
reivindicaciones que se limiten a exigir sueldos mínimos, condiciones de
contrato y trabajo para todas, nos parecen más pertinentes que nunca.
Por muy necesario que sea exigir mejoras laborales, a pesar del
indudable beneficio de su implementación para los trabajadores que no
tiene ni el tipo de contrato ni las condiciones de trabajo que les
permita reclamar y llevar a cabo una huelga que paralice la producción
de bienes y servicios, creemos que estas acciones, aunque
imprescindibles, no son suficientes. Si sólo hacemos lo que sabemos cómo
hacer, si sólo pensamos lo que sabemos pensar, si planteamos una huelga
como todas las huelgas que se han hecho hasta la fecha, no
conseguiremos cambiar mucho. Sobre todo, no conseguiremos cambiarnos a
nosotras mismas y el modo en el que pensamos nuestra relación con la
producción, con las fuerzas que la regulan y con los mecanismos que la
acumulan.
Imaginar como sujeto principal de una huelga a trabajadoras con una
situación lo suficientemente estable que les permita establecer
posiciones de fuerza a través del paro en su puesto de trabajo (los
trabajadores con contrato indefinido son casi la mitad de la población
activa (11,4 millones incluyendo trabajadores de la administración) deja
fuera a dos tercios de la población adulta: a los trabajadoros
precarios y autónomas, a las mal llamadas clases pasivas (estudiantes,
pensionistas, amas de casa) y a toda la producción más o menos informal
(incluyendo falsas becarias y migrantes). Una huelga de corte
tradicional hace difícil apelar, más allá de la solidaridad, a los
empleados por cuenta propia (3 millones) o las trabajadoras con contrato
temporal (3,9 millones), fácilmente reemplazables y especialmente
vulnerables en el contexto de huelga. No nos permite pensar qué tipo de
producción genera y, por tanto, puede ser bloqueada por las amas de
casa (unos 4 millones) o los jubilados (7,8 millones). Deja fuera la
posibilidad de que los parados (4,8 millones) sean, más allá del mero
apoyo, parte esencial del bloqueo mismo de los mecanismos de producción.
La dificultad de estas preguntas estriba en pensar lo impensable.
Sería necesario imaginar una huelga financiera donde nuestro dinero deje
de generar beneficios para las entidades que son en gran parte
responsables de esta mal llamada crisis. Una huelga donde la espiral de
consumo de bienes producidos en rincones lejanos del planeta y en
condiciones de semi-esclavitud se paralice. Pensar en reclamar, a
través de figuras como la renta básica, una redistribución de la
producción social de la que se benefician las empresas que acumulan
plusvalor a la vez que despiden, precarizan y explotan dentro y fuera de
nuestras fronteras. O que es posible dejar de pagar alquileres abusivos
que pueden ser aumentados sin límite cada pocos años.
El movimiento del 15-M ha demostrado tener la inteligencia colectiva
necesaria para escapar del modo de confrontación política clásica y
conquistar nuevos espacios de resistencia y acción. Deberíamos ser
capaces de convocar una huelga que nos piense más allá de la figura del
“trabajador” (enunciado demasiado a menudo en masculino) que produce
única y exclusivamente dentro del marco de relaciones laborales y
proponer acciones que nos apelen a todas y que afecten los múltiples
ámbitos de la producción social que son incontestablemente productivos y
sujetos a explotación.
La expansión vírica de nuestro malestar, desde las acampadas en las
plazas de Italia y Grecia hasta la propuesta de toma de Wall Street,
tanto como las medidas adoptadas desde el marco internacional y
especialmente europeo nos demuestran, además, que la escala nacional
hace tiempo que ha sido superada. Es por ello que debemos pensar una
huelga que cambie la escala, cualitativa y territorial, del conflicto.
Una huelga que nos desborde. Una huelga social y global.
Es el momento de pensar que podemos parar el mundo porque somos nosotras las que lo movemos[i].
[i]“Porque
sin nosotras no se mueve el mundo” es el lema de SEDOAC y Territorio
Doméstico en su reivindicación de derechos para las trabajadoras del
hogar. http://www.transfronterizo.net/spip.php?article115
*Los datos de población y empleo son los del INE del II Trimestre de 2011 (www.ine.es). Los datos de número de amas de casa sacados de un estudio de 2010 de la Fundación Adecco (http://www.adecco.es/_data/NotasPrensa/pdf/206.pdf).
Población total_ 46 millones
Más de 16 años_ 38,5 millones
- Activos_ 23’1 millones (50,3% del total)
+ Ocupados_ 18,3 millones (39,3% del total)
+ Parados_ 4,8 millones
- Inactivos_15,3 millones
Por tipo de relación laboral
- Contrato indefinido_ 11,4 millones
+ Agricultura_ 0,18 millones
+ Servicios_ 8,6 millones
+ Construcción_0,62 millones
+ Industria_ 1,9 millones
- Contrato temporal_ 3,9 millones
- No asalariados_ 3 millones
*Los datos de población y empleo son los del INE del II Trimestre de 2011 (www.ine.es). Los datos de número de amas de casa sacados de un estudio de 2010 de la Fundación Adecco (http://www.adecco.es/_data/NotasPrensa/pdf/206.pdf).
Población total_ 46 millones
Más de 16 años_ 38,5 millones
- Activos_ 23’1 millones (50,3% del total)
+ Ocupados_ 18,3 millones (39,3% del total)
+ Parados_ 4,8 millones
- Inactivos_15,3 millones
Por tipo de relación laboral
- Contrato indefinido_ 11,4 millones
+ Agricultura_ 0,18 millones
+ Servicios_ 8,6 millones
+ Construcción_0,62 millones
+ Industria_ 1,9 millones
- Contrato temporal_ 3,9 millones
- No asalariados_ 3 millones