por Andres Nin Pérez
Aproximándonos a la participación ciudadana por medios electrónicos como un proceso colaborativo, la causa y las herramientas parecen adecuadas.
La primera, la creación de un gobierno más abierto y participativo
tiene el atractivo suficiente para atraer a aquellos que pueden formar
parte de la comunidad. Las segundas, las distintas herramientas 2.0 que
permitirían implementar una comunicación bidireccional son maduras,
conocidas y usadas por un número alto aquellos llamados a tomar parte en
el proceso.
Las reglas, como nos referiamos en una entrada anterior, son el punto débil.
Sólo la credibilidad de las reglas hacen fracasar o triunfar los
procesos de participación. ¿Cómo transmitir credibilidad? Aunque resulte
una perogrullada, creando procesos relamente participativos. La ciudadanía tiende a identificar las farsas y huir de ellas.
¿Cuándo un proceso de participación es más o menos creible? El
más simple esquema de clasificación por autenticidad de un proceso de
participación, lo he encontrado en un artículo denominado “A Ladder of Citizen Participation”, que tiene el valor adicional de haber sido escrito en 1969. El autor, Sherry Arnstein, establece una escalera de ocho peldaños en los que clasificar los procesos de participación, de más a menos creible:
- Manipulación, creando comités conjuntos con la ciudadanía para utilizar esta como coartada
- Terapía, similar a la anterior, creando un entorno dónde la ciudadanía se desahogue pero sin atender a su expresión
- Informativo, estableciendo un canal unidireccional en el que el gobierno facilita información de sus intenciones pero sin dar opción a la réplica
- Consulta, creando un entorno de expresión de la ciudadanía y atención de la misma, aunque sin expresar un compromiso acerca del tratamiento de sus opiniones.
- Apaciguador, aceptando de modo claro propuestas de la ciudadanía que sirvan como muestra de la bondad de las intenciones de la Administración pero sin dejar claro como se toman las decisiones globales
- Colaboración, en un proceso de negociación derivado de las demandas ciudadanas pero conducido por la Administración en todos sus ámbitos
- Delegación de poder, en el cual los ciudadanos tiene ámbitos cuya opinión prevalece sobre la opinión de la Administración
- Control ciudadano, dónde la ciudadanía participa sin tutelaje alguno de la Administración
En general, los ciudadanos tenderán a
participar más en los procesos de participación de los 3-4 últimos
peldaños, mientras huirán de los situados en los niveles bajos de la
escalera. Quizás la falta de éxito de los procesos de
participación se basa en que las Administraciones aún no han sabido
subir más allá de los primeros peldaños.