La Plataforma de Afectados por la Hipoteca lanza una campaña para la ocupación de las viviendas vacías por desahucios.
"Están pagando los desahucios con nuestros impuestos para echar personas a la calle para que los bancos se queden con viviendas vacías", sentencia Rafael Mayoral, abogado de la PAH.
José Coy, cofundador de la PAH en Murcia, anuncia un otoño caliente. "Tenemos que ir a por ellos porque ellos van a seguir yendo contra nosotros".
José Coy ha trabajado en los sectores más representativos del levante español: en el campo, en las conserveras y finalmente en el sector textil, hasta que se acabó el trabajo. “Yo no hablo de la crisis porque haya oído hablar de ella, sino porque estoy en crisis, dentro de todas las estadísticas: mayor de 45 años, sin prestaciones, sin derecho siquiera a pasar por el filtro de una entrevista de trabajo… He vivido lo que realmente es la globalización, que la industria se vaya a China porque allí los trabajadores no tienen derechos, ni hay que pagarles dignamente… Así que lo primero que haces cuando te quedas parado es coger las depresiones respectivas, vas a la administración y todo lo que te ofrece es una pastillita”. Así comienza José Coy su intervención en la carpa del 15-M, a bocajarro.
En frente unas treinta personas, la mayoría integrantes del movimiento 15-M de Gijón, expectantes, entregados ante una experiencia que ellos, como colectivo, acaban de vivir por primera vez. El primer desahucio parado en Asturias con apenas 40 personas ocupando el portal del edificio, como contamos en periodismohumano. Cuando un policía comunicó al hipotecado la prórroga del desahucio, los participantes se abrazaron, conmovidos ante un triunfo que llenaba de contenido político palpable muchas noches y días de acampada. Ahora tienen ante ellos a las personas que les dieron las claves sobre cómo actuar, los que tienen más experiencia en lo que se ha convertido en una de las señas más reconocibles del 15-M, desde que el 15 de junio cientos de personas se concentraran en Madrid para evitar que Anuan y su familia perdieran su casa, y que ha dado a la Plataforma de Afectados por la Hipotecas un empuje impensable sin la aparición de este movimiento o, como lo define Coy, “un regalo caído del cielo”.
“Los bancos eligieron como objetivo los recursos de la población vulnerable, permitieron auténticas estafas, como personas sin recursos que se avalaban mutuamente, y siguen en la más absoluta impunidad. Y después viene el desahucio, por el que un juez ordena a la fuerza pública el desalojo forzoso de población vulnerable, que en muchísimas ocasiones no tiene otro lugar donde vivir, lo que incumple tratados internacionales firmados por España. Así que cuando la sociedad civil para un desahucio está impidiendo una vulneración de los derechos humanos, lo que es un deber frente a la violencia sistemática de los bancos con la complicidad de la Administración Publica. Algún día tendrán que pagar por ello”.
Coy fuma a su lado, casi encendiendo un cigarrillo con el anterior. Es la historia de cientos de miles de personas en este país, es también su historia. Y arranca: “Si no se puede pagar las cuotas es porque no hay trabajo. Yo no quiero la dación en pago por mi casa. Yo solicité que mientras no tuviera trabajo no se subastase. Como no me contestaron, me puse en huelga de hambre, y al cuarto día, representantes del banco vinieron a la iglesia donde estaba encerrado. De momento la subasta está aplazada”. Pero Coy acaba de participar en el intento de paralización de un desahucio en Coronil, Sevilla, donde los antidisturbios consiguieron desalojar a la familia. “Los vecinos del barrio han advertido que esa casa no la va a comprar nadie. Estamos pensando en crear señales que estigmaticen estas viviendas, para disuadir a posibles compradores”. Y advierte sobre el sur de España: “Hay 400.000 personas por debajo del umbral de la pobreza, trabajando a destajo por 15 o 20 euros, sin relación con la empresa porque son empleados por empresas de trabajo temporal… En Lorca, hay gente pagando hipotecas de casas destruidas por el terremoto. El sur va a reventar”.
La PAH tiene la consistencia propia de un movimiento que ha ido madurando durante los años de esta crisis que se aceptó tarde y de la que supuestamente llevamos meses saliendo. Empezó en 2009 de la mano de Coy como un movimiento de parados, “pero fue muy complicado porque la gente lo que quería era trabajo y nosotros no teníamos cómo dárselo. Conseguimos influir en la gestión del Plan E, proponiendo a los más necesitados para que fueran los contratados prioritariamente. Pero empezaron a surgir líderes y, como siempre, los políticos los compraron“. Fue en ese momento cuando se dieron cuenta de que muchos de ellos, además de la falta del trabajo, estaban siendo acorralados por las hipotecas. Cuando fueron a denunciar el primer caso de una pareja que se enfrentaba a un desahucio ejecutado por la Caja del Mediterráneo (CAM), se encontraron con que los periodistas les decían que no podían sacar la historia porque esa entidad invertía mucho dinero en publicidad en su medio. “Ahí nos dimos cuenta de que estábamos tocando poder”. Y ahí empezó una batalla su batalla contra los bancos –como subrayan, y no contra los propietarios privados–. Desde la legalidad y la no-violencia.
“La imagen de los antidisturbios echando a las familias a la calle no es una imagen cómoda para los jueces ni los políticos, porque ha visibilizado la violencia que supone echar a una familia para dejar una vivienda vacía. Pero si no somos capaces de extender el movimiento, nos van a reprimir, nos van a multar y nos van a aplatar. Por eso en Murcia hemos conseguido que cada barrio tenga su propio piquete ciudadano, de unas cincuenta personas. La ocupación tiene que servir para meter el dedo en el ojo al banco, como elemento de denuncia pública, pero también como medida de supervivencia porque hay gente que tiene que elegir entre pagar el alquiler y comer“, explica Coy.
“La Constitución dice que la propiedad tiene que cumplir su función social y las viviendas son para que la gente viva, no para que los bancos especulen. Si la ocupación se convierte en un movimiento de millones, no podrán impedirlas”, apostilla Mayoral. “Los desahucios se están pagando con el dinero de nuestros impuesto. Mientras, no hemos visto ninguna detención de ningún consejo de administración ni ningún procedimiento judicial contra los principales responsables de la crisis. Y hay que recordar que cuando los bancos no eran capaces de vender los títulos de las hipotecas, fue el Estado español el que los compró. Y buena parte de la deuda que está amenazando a los centros de enseñanza y de salud, se corresponde con este gastoy, por tanto, es absolutamente ilegítima por lo que tenemos derecho a pedir que no se pague. Para empezar, ni un céntimo público a entidades que no respeten los derechos humanos”.
Coy, desde su experiencia en la PAH, pero también como desempleado, tiene claro que hay que crear un nuevo modelo donde “haya justicia social, porque lo de la igualdad de oportunidades es mentira. Estamos investigando proyectos de Economía Social, comunidades autofinanciadas, cooperativas, bonos solidarios… porque como parados, si llamamos a los bancos, no nos van a prestar nada”.
Y las manos se van alzando, muchos para ofrecerse voluntarios, otros para saber su opinión sobre la respuesta pacífica a las agresiones policiales, sobre el papel que han jugado los sindicatos, el acceso al alquiler… Cuestiones a las que Coy y Mayoral van contestando y que se pueden escuchar en el audio de su charla que encontraréis al final del texto. Preocupaciones políticas, pero también historias personales, que en ningún momento se desligan del todo, dramáticas, y que se van sumando al murmullo de las acciones y manifestaciones convocadas para el otoño: 25 de septiembre en toda España, convocada por la PAH por el derecho a la vivienda, 15 de octubre manifestaciones en todo el mundo convocadas por Democracia Real Ya…
Y, libreta en mano, muchos de los asistentes van apuntando fechas con la certeza de que la mayoría de los asistentes volverán a encontrarse en plazas y marchas. Muchos con el mismo gris pronóstico de Coy a las espaldas. “No se puede aguantar que Botín tenga un proceso judicial por el dinero escondido en Suiza, o que el IBEX 35 esté ganando pasta por un tubo… Tenemos que ir a por ellos porque si no ellos van a seguir yendo contra nosotros. De hecho, yo creo que los disturbios que hemos visto en Grecia van a llegar aquí. El problema es que yo tengo experiencia de escenarios de choque muy violentos y luego la gente vota a los verdugos. Como el informe que ha sacado la FAES, que prevee una guerra social por la cantidad de huelgas que se van a dar en el 2012. Pero al corazón y la cabeza de la gente se llega poniendo la espalda. Yo creo que la primera vez que los antidisturbio cargaron en la Plaza de Catalunya lo hicieron de esa forma tan salvaje porque querían que la respuesta fuera quemar coches. Pero la gente levantó las manos y las plazas volvieron a llenarse cuando empezaban a vaciarse. Tenemos que trabajar con cabeza. Ahora bien, yo sé de una persona que era muy pacífico, hasta que le reventaron a palos. Yo, de momento voto, porque me arrastren y me golpeen, más adelante no lo sé”.