Canal Solidario
La cultura forma parte de cada uno de nosotros, de cada ser humano.
Pero esta variedad cultural también suscita debates: ¿la cultura está
amenazada por el consumo y la trivialización de los medios de
comunicación? ¿Debe estar subvencionada o las ayudas la condicionan?
“La cultura es una fuente de inspiración, ofrece oportunidades,
mejora la salud y el bienestar, contribuye a la educación y el
aprendizaje permanente y en general mejora la calidad de vida de los
ciudadanos. Es un fuerte elemento de cohesión social en Europa, y
particularmente en las ciudades”. Así empieza una de las cartas de presentación de la organización Eurocities, foro de ciudades que agrupa a una buena parte de capitales europeas.
La reflexión viene al cuento cuando el concepto de cultura puede
verse amenazado por el consumo dirigido y alimentado por medios de
comunicación que, como la televisión, contribuyen a trivializar un
fenómeno que forma parte intrínseca del ser humano.
Y en estos tiempos resurge con fuerza el debate en torno a si la
cultura tiene que ser mas o menos subvencionada o, mejor dicho, en qué
medida un apoyo desde arriba condiciona los hábitos culturales. Abraham
Martínez, director y coordinador de la revista de gestión y cultura “G y
C” y responsable del portal cultural.net con sede en Granada, considera
demasiado radicales las posturas en las que se cuestiona que la
Administración subvencione la cultura Y colige que, si nadie cuestiona
el apoyo del Estado a la Educación, algo similar debe plantearse con la
cultura. En esta línea destaca que si queremos una cultura se necesita
el soporte de los gobiernos, sino “será el mercado el que marque sus
leyes.”
Rubén Scaramuzzino representa a Zona de Obras,
una factoría de trabajo especializada en el desarrollo de actividades
culturales que ejerce su actividad en Zaragoza y Buenos Aires y cuenta
con un extenso equipo de colaboradores en las principales ciudades de
Iberoamérica y Europa. Scaramuzzino considera “que tiene que haber
ayudas y subvenciones pero que no sirvan para aburguesar a la cultura”.
“Está bien”, añade, “que las ayudas sirvan para sacar proyectos
adelante pero no se deberían patrocinar al 100%”. “El problema reside
ahora”, destacan expertos en la gestión cultural, “en que pueden
resentirse algunos proyectos estrella si sus principales patrones, los
ayuntamientos, diputaciones y el gobierno central, así como las
entidades financieras, han participado más como mecenas que como
socios”.
Si quieres saber más sobre las tendencias culturales y los debates
que suscita, lee el artículo completo en la” revista
EsPosible”:http://www.revistaesposible.org/.