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Cuando un niño/a nace en nuestra sociedad, a los pocos años se le
escolariza, va al colegio, primero educación infantil, luego primaria,
secundaria, ESO, hasta aquí la parte obligatoria pero socialmente está
mejor visto que se continúen los estudios, por lo que muchos siguen con
el Bachillerato, luego la Universidad, una carrera, puede que otra
carrera, luego un master, otro master o un postgrado, y finalmente un
doctorado......esa sería la carrera académica valorada como perfecta en
nuestra sociedad, es más sería algo brillante. Mucha gente se pone a
estudiar, va encadenando un ciclo con otro, casi por inercia (ya que
estamos en un punto en el que muchas familias se lo pueden permitir),
acumulando títulos y títulos y en muchos casos aprobando en vez de
aprendiendo.
Por que ya da igual si sabes o no, si conoces el tema o no, lo
importante es que estés forrado/a de títulos que puedas colocar en un
curriculum para que en el día de mañana alguien te contrate......y
cuantos más títulos más dinero puedes potencialmente adquirir en un
futuro laboral.
Todo esto está muy bien, pero...¿para qué lo hacemos? Es decir está
bien estudiar, pero ¿lo que hacemos es aprender? Tengo mis dudas, hay
mucha gente que tiene mil títulos y parece que de nada le sirven,
entonces...¿qué es lo que falla? Fallan muchas cosas pero una de las más
importantes es el sistema educativo: la verdad es que, por lo menos en
este país, pertenecemos en el sistema educativo obligatorio durante
mucho tiempo pero se puede decir que aprendemos muy poco. Por ejemplo:
¿alguien se ha preguntado por qué no sabemos hablar inglés? Porque lo
cierto es que no creo que sea por falta de tiempo dedicado a esa
materia.
El sistema educativo está basado casi totalmente en las evaluaciones
mediante el sistema de exámenes, “aprendemos” cosas de memoria y luego
se nos olvida, al final en el mejor de los casos con el paso del tiempo
únicamente nos quedamos con una idea general....y la pregunta es: ¿no
sería entonces mejor utilizar otro método para aprender? Si al final nos
quedamos con unos conocimientos generales sobre el tema igual se podría
llegar al mismo sitio utilizando otro sistema...o puede que incluso
utilizando otro método de enseñanza pudiésemos conseguir resultados
incluso mejores, lo que está claro es que así en realidad no se consigue
mucho porque ¿qué importa más, saber la materia el día del examen o que
perdure en el tiempo? La respuesta es clara.
En realidad si nos fijamos un poco en lo que se enseña en los colegios
nos damos cuenta de que más que conocimientos se aprenden actitudes. Por
ejemplo, nos enseñan a obedecer, a estar sumisos y sentados, a no
rechistar....esto es evidente que tiene una conexión directa, aunque no
siempre visible con el mercado laboral. Se nos enseñan las actitudes
deseadas para el futuro mundo laboral. Pocas veces se fomenta en los
colegios la creatividad o la capacidad crítica.
Y como es sabido, la educación es la base de la sociedad, reproduce la
cultura, transmite valores, roles y conocimientos, a la vez que ejerce
una función socializadora. He aquí la importancia de luchar por una
educación diferente. Una educación donde se primen los conocimientos, se
valore a la persona, se humanice todo el proceso de la educación,
desaparezca el sistema de examenes y tantas y tantas modificaciones.
PD: no quiero terminar este artículo sin resaltar que también soy
consciente de las excepciones que en este ámbito existen y precisamente
por ello quiero dedicar este texto a las personas que luchan, dentro o
fuera del sistema educativo, de modo formal o informal, por cambiar todo
esto y por dar a los más pequeños (y también grandes) de nuestra
sociedad oportunidades para formarse, adquirir conocimientos, aprender
de verdad y crecer como personas. Porque por pequeña que sea una
aportación, un cambio, sirve de base para el siguiente, y así poco a
poco se puede ir produciendo una transformación en el campo de la
educación.