Tras décadas en el limbo legal, se abre un nuevo
panorama para los proyectos de televisión asociativa.
Tras el apagón no llegó la luz a la TV ENTREVISTA A CAROLINA BLASCO, COORDINADORA DEL MEDIO COMUNITARIO RADIO TELEVISIÓ DE CARDEDEU: “Se agradece poder negarte a las presiones del Ayuntamiento
Poco queda del potente movimiento
de principios de los ‘80 marcado por
el amateurismo y unos orígenes
asociativos y locales: de esa época,
apenas restan 15 televisiones comunitarias
o de proximidad, conceptos
que a menudo se usan de forma indistinta
debido al arraigo local de
muchas experiencias. Según el estudio
de Giordani y Zeller (1999) en
1994 existían 370 televisiones locales
en el Estado español.
Si bien la televisión local en
España surgió cercana a la idea de lo
comunitario, la falta de garantías legales que les reconocieran su estatus
de medios asociativos y no lucrativos
minó sus posibilidades de sostenerse
en el tiempo. El estudio de Guimerà
(2006) sobre la realidad catalana indica
que a mediados de los ‘90 al menos
el 25% (18) de las televisiones locales
seguía siendo asociativa. Pero
la mayoría ya había optado por un
modelo de profesionalización, ya
fuera como televisiones públicas municipales
o privadas comerciales.
Este proceso también incidió en
que la relación con sus respectivas
comunidades dejara de ser un factor
importante en su desarrollo. Aunque
en 1995 se intentó regular toda la televisión
local (municipales, comerciales
y asociativas) por medio de
una ley y un plan técnico, la ley respectiva
se aprobó pero el plan técnico
sólo se hizo efectivo en 2005, en
plena digitalización, que el Gobierno
decidió iniciar precisamente a través
de la televisión local.
Para esa fecha, muchas cosas habían
cambiado en el sector. Las televisiones
asociativas prácticamente
habían desaparecido, las televisiones
locales municipales se habían vuelto
cada vez más dependientes de los recursos
públicos y las locales privadas
se habían convertido en un campo
de la emisión en cadena y de concentración
de licencias a manos de grupos
de comunicación de ámbito estatal
(Localia de Prisa y Popular TV de
la Cope), que desnaturalizaron su
sentido original. El plan técnico de
TV local de 2005 acabó por minar las
esperanzas de las televisiones asociativas,
pues para poder acceder a
una licencia debían competir en
igualdad de condiciones con el sector
comercial, lo cual era imposible
para la mayoría. En otros casos (como
en Madrid) los favoritismos políticos
con los cuales se hizo entrega
de las concesiones también obstaculizaron
el logro de un espacio en las
ondas.
- Foto: Tele-K.
Y llegó la TDT...
Las televisiones asociativas aún existentes
consiguieron introducir una
enmienda en la Ley de Medidas de
Impulso a la Sociedad de la Información
(LISI) de 2007 para asegurar
una licencia en digital, al menos para
las televisiones sin fines de lucro que
emitieran desde antes de 1995. En
ese momento, televisiones como Tele
K y TV Cardedeu pensaron que finalmente
iban a ser reconocidas. Sin
embargo, la reglamentación necesaria
no llegó a aprobarse porque el debate
y posterior aprobación de la Ley
General Audiovisual (LGA) en 2010
volvió a cambiar el campo de juego.
La LGA habla de “servicios de comunicación
audiovisual comunitarios
sin finalidad comercial”, que podrán
ser realizados por entidades privadas
sin fines de lucro, “que ofrezcan
contenidos dirigidos a atender
las necesidades sociales, culturales y
de comunicación específicas de comunidades
y grupos sociales, así
como a fomentar la participación
ciudadana, la vertebración del tejido
asociativo y el desarrollo local y
comunitario”. Sin embargo, impide
a estos medios (tanto radios como televisiones)
la emisión de publicidad
y patrocinio, establece límites a sus
gastos anuales (que en caso de sobrepasar
los cien mil euros deben ser
autorizados por la autoridad audiovisual
competente) y les obliga a pagar
“cuantos derechos, cánones o
tasas se deriven de su actividad”.
Una disposición transitoria presente
en la LGA actualiza el reconocimiento
obtenido a través de la LISI en el
nuevo contexto legal. El proyecto de
reglamento de los servicios audiovisuales
comunitarios (encargado por
la LGA y actualmente en discusión)
les otorgaría las licencias digitales
paraque pudieran seguir emitiendo
en su actual zona de cobertura.
De esta manera, el presente reconocimiento
es importante para las
televisiones beneficiadas pero se trata
de un reconocimiento testimonial,
que resuelve una coyuntura concreta
y en ningún caso debe ser entendida
como una promoción de la televisión
comunitaria en igualdad de condiciones
al sector público gubernamental
y el privado comercial. Las restricciones publicitarias y de
gastos anuales dan a entender, por
omisión, que la nueva legislación supone
un reconocimiento, pero para
que el sector comunitario sea poco,
pobre y pequeño.
Esta política contradice las recomendaciones
europeas. Desde 2004
hasta ahora, por medio de diversas
declaraciones y estudios, la UE ha
conminado a los estados miembros
al reconocimiento y promoción de
los medios comunitarios por su aporte
a la integración social, al desarrollo
de las minorías lingüísticas y étnicas,
así como por su aporte a favor
de la democratización de los medios,
en un contexto de cada vez mayor
concentración y falta de pluralismo.
CINCO RETOS
La ley permite la existencia
del fenómeno
pero impone límites.
¿QUÉ PASA CON LOS NUEVOS PROYECTOS?
LA NORMA DEJA FUERA A PROYECTOS DE RECIENTE CREACIÓN
No hay respuesta para experiencias asociativas
que demanden un lugar en el soporte
digital. Es el caso de Okupem les Ones, en
Barcelona, que emite desde 2005 por
ondas y por internet, o el de Pluralia TV,
en Valencia, que emite sólo por internet.
LÍMITE EN LA FINANCIACIÓN
PRESUPUESTOS MUY PEQUEÑOS PARA LA SOSTENIBILIDAD
Una de las medidas que ponen más limitaciones
es la de que su facturación no
puede superar los 100.000 euros anuales
para las televisiones y 50.000 para
las radios. Además, no se permiten ni la
publicidad ni los patrocinios.
PIRATAS
INTRUSISMO ESOTÉRICO O SECTARIO
Dentro del llamado tercer sector (ni estatal
ni privado comercial) existe el temor de
que este formato de televisión pueda ser
utilizado de manera fraudulenta de
forma que se permita la entrada a entidades
que tengan intereses lucrativos.
ESCASA COBERTURA
LA LEY SÓLO APRUEBA LAS COBERTURAS EXISTENTES
Tanto para radios como para las televisiones
se prevé que el reglamento reserve una
cobertura no mayor del 20% de la población.
A esto se suma que son las propias
teles las que tendrán que sufragar los
gastos de la antenización para la TDT.
PROPIEDAD INTELECTUAL
LA SGAE NO ES UNA ENTIDAD SIN ÁNIMO DE LUCRO
A pesar de las penurias económicas a las que
se condena a los medios de carácter no
lucrativo, nadie se libra de la SGAE. Tanto
radios como teles tendrán que pagar las
tasas, cánones y derechos de autor por la
emisión de contenidos protegidos.
LAS TRES ‘P’
POBRES, PEQUEÑAS Y POCAS
Así es como definen desde el sector de los
medios comunitarios las intenciones del
Gobierno respecto a su existencia.
Penurias económicas, cobertura limitada
y fuertes restricciones de acceso a las
licencias caracterizan al tercer sector.