Sí, otra forma de imaginar, de pensar y de hacer política es posible. Existen otras perspectivas que la resignación y la sumisión al modelo actual.
Para Utopía no se trata tan sólo de hacer correcciones al margen del sistema capitalista que acentúa las desigualdades y destruye el planeta. El desafío es el de construir un proyecto político que permita a cada uno desarrollarse individual y colectivamente.
La originalidad de Utopía consiste en elaborar análisis y proposiciones en el seno del mundo asociativo, pero también en los movimientos y partidos de izquierda, desde los objetores de crecimiento hasta el Partido Socialista, pasando por los Verdes, los altermundialistas, los antineoliberales y los alternativos.
Pero para construir previamente hay que deconstruir, y para eso, cuestionar tres alienaciones, el dogma del crecimiento como solución mágica a todos los males, el consumo como único criterio de realización individual y el trabajo erigido en valor absoluto. Nuestra utopía considera que la reflexión aliada a la imaginación es capaz de crear un proyecto político fuerte que seduzca a la mayoría.
Ése es nuestro imperativo y nuestra urgencia.
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