Nota: Se reporta la existencia de dos versiones del manifesto Trans*Plant; la aquí presentada son fragmentos de la primera. Se estima que fue redactado a finales de 2018. Parece que se distribuyó casi exclusivamente dentro de la red de biohackers. La revista especializada en biotecnología abierta Ni Urras ni Amarres menciona, en su edición del 28 de julio de 2038, una segunda versión escrita durante el año 2036, en la que se desribe el final cercano de la red -que en aquel entonces se llamaba Internet- y de todas las tecnologías dependientes de ella. Un momento que se consideraba idóneo por los biohackers para iniciar el proyecto desarrollado durante dos décadas: la conexión de un punto de conexión privada a Micorriza. Y que un protocolo de rolofila por via intravenosa estaba listo para ser administrado a les operadores humanes involucrades. Hasta la fecha, no se ha encontrado ninguna versión del segundo manifiesto en forma condificada para su lectura humana.
Quimera Rosa/Trans*Plant. Ni Urras ni Amarres. Ciencia fricción en el CCCB hasta el 28 de noviembre (2021). Las especies configuramos una red de colaboraciones, mutaciones e intercambios en la que convivimos como compañeras. Si la teoría evolutiva consideraba el hombre con el fin y último peldaño, Ciencia fricción plantea un cambio de paradigma que implica que la especie humana no es una especie excepcional ni superior. En última instancia la simbiosis pone en cuestión la supremacía humana, la idea de que el conjunto de la naturaleza y todos los seres vivos están al servicio de nuestro bienestar.
“Quiero utilizar los ojos pequeños y brillantes de un ratón de laboratorio para escudriñar retrospectivamente a mis colegas mamíferos, mi pariente homínido, mientras se incuban a sí mismos, y a su descendencia humana y no humana, dentro de un medio cultural tecnocientífico.”
Donna Haraway. Testigo_Modesto@Segundo_Milenio. HombreHembra©_Conoce_Oncorratón®: Feminismo y tecnociencia. Traducción al castellano Helen Torres.
“Si hubiéramos dedicado tanta investigación a comunicar con los árboles como hemos dedicado a la extracción y el uso del petróleo quizás podríamos iluminar una ciudad a través de la fotosíntesis, o podríamos sentir la sabia vegetal corriendo por nuestras venas, pero nuestra civilización occidental se ha especializado en el capital y la dominación, en la taxonomía y la identificación, no en la cooperación y la mutación.”
Paul B. Preciado
(traducido por Parole de Queer)
Trans*Plant es un proyecto transdisciplinar, iniciado por Quimera Rosa en 2016, basado en sistemas vivos y en la auto-experimentación. Es un proceso que compromete un cuerpo en una transición “human > plant” y que utiliza para esto varios formatos. Trans*Plant pone en dialogo disciplinas como arte, filosofía, biología, ecología, física, botánica, medicina, enfermería, farmacología y electrónica. Mediante diversas prácticas de bio-hacking, TransPlant se inscribe en los debates en curso sobre la noción de Antropoceno, desde una perspectiva no basada sobre “el excepcionalismo humano y el individualismo metodológico” (Donna Haraway), sino que aborda el mundo y sus habitantes como el producto de procesos cyborg, de devenir con (Vinciane Desprets), de simpoiesis (Haraway).
El mayor problema con la ecología dominante es que se basa en la noción de naturaleza, una noción creada históricamente para separar la humanidad del resto del universo y establecer con él una relación colonial. El binomio cultura / naturaleza estructura una infinita lista de otros binomios del pensamiento moderno occidental: hombre / mujer, blanco / no-blanco, hetero / homo, ciencia / brujería, adulto / niño, normal / anormal… El segundo termino de cada binomio se encuentra asociado a la naturaleza y por lo tanto al mismo régimen de violencia. Mediante una heterotrofia llevada a su máximo se constituye una necropolítica que literalmente a decidido consumirlo todo. Proteger la naturaleza parece entonces mala idea… Es bastante curioso que se haya llegado a aceptar que un individuo delimitado por un sobre de piel constituye un ser vivo pero que el conjunto del planeta no sea un organismo vivo. Quizás sea tiempo de concebir ungrid-able ecologies [1] (Natasha Myers), o de un-greening the green [2] (Jens Hauser).
Para poder ser capaces de pensar una ecología no-antropocéntrica, necesitamos pasar de identidades basadas en esencias a identidades basadas en relaciones. Un proceso de transición human > plant que incluye un protocolo de intravenosas de clorofila, y mediante las fantasías, miedos y juicios que eso genera, abre el debate sobre el sistema identitario que está en juego. Un proceso de auto-experimentación que no tiene nada de individual puesto que las personas que la acompañan transitan con ella. Conseguir una molécula pura de clorofila conoce las mismas trabas que conseguir testosterona por parte de la industria farmacéutica y biomédica como del sistema legal y sanitario. Es el conjunto mismo de la vida que se encuentra patentado.
Trans*Plant no sería posible sin los diferentes ecosistemas del cual forma parte.
1 Juego/ deconstrucción de palabras. Ungridable significa ingobernable. Ungrid-able podría traducirse como capaz de desmapear, capaz de descartografiar. Se podría entonces traducir por ecologías ingobernables / capaces de desmapear. Traducción propia. 2. Se podría traducir literalmente por deverdecer lo verde, lo cual no resulta especialmente aclarador. Es difícil no recurrir al anglicismo greening que significa el proceso por el cual se transforma algo en eco-friendly. Traducción propia.