Pequeños, casi imperceptibles controles y abusos de poder cuasi-normalizados que sin ser muy notables, restringen y violentan insidiosa y reiteradamente el poder personal, la autonomía y el equilibrio psíquico de las mujeres, atentando además contra la democratización de las relaciones. Dada su invisibilidad se ejercen generalmente con total impunidad." "Son de uso reiterado aún en los varones "normales", aquellos que desde el discurso social no podrían ser llamados violentos..."
Los define como "pequeños, casi imperceptibles controles y abusos de poder cuasi-normalizados que sin ser muy notables, restringen y violentan insidiosa y reiteradamente el poder personal, la autonomía y el equilibrio psíquico de las mujeres, atentando además contra la democratización de las relaciones. Dada su invisibilidad se ejercen generalmente con total impunidad." "Son de uso reiterado aún en los varones "normales", aquellos que desde el discurso social no podrían ser llamados violentos..."
El objetivo de esas conductas sería, según Bonino: " ejecutan estas maniobras para conservar su posición de género, intentando mantener o reafirmar los lugares que la cultura tradicional asigna a mujeres y hombres: ellos con más derechos a definir la realidad, a la libertad, a tener razón, al uso del tiempo y del espacio, a ser cuidado y a desimplicarse de lo doméstico; ellas con menos derecho a todo ello y disponibles para el varón... Las ejecutan también como una afirmación de su identidad masculina, sustentada en las creencias de superioridad sobre la mujer y de autonomía autoafirmativa con negación de la vincularidad intimista y la reciprocidad."
Dichas maniobras son casi invisibles por estar naturalizadas y sostenidas por las normas patriarcales de género que les otorga su aval social.
Este autor los clasificó en las siguientes categorías:
1) Los micromachismos coercitivos (o directos) son aquellos en los que el hombre usa la fuerza moral, psíquica, económica o de su caracter, para intentar doblegar a las mujeres y convencerlas de que no tienen razón.
Entre los micromachismos coercitivos, Luis Bonino describe los siguientes:
- Intimidación: Comportamiento atemorizante (mirada, tono de voz) que se ejerce cuando ya se tiene fama de persona abusiva o agresiva. Se dan indicios de que si no se obedece algo pasará.
- Toma repentina del mando: Anular o no tener en cuenta las decisiones de la otra persona, incluyendo tomar decisiones sin consultar, ocupar espacios comunes, opinar sin que se lo pidan o monopolizar la conversación.
- Apelación al argumento lógico: Recurrir a la lógica y a la "razón" para imponer ideas, conductas o elecciones desfavorables para la otra persona
- insistencia abusiva: Obtener lo que se quiere por agotamiento de la otra persona que al final acepta a cambio de paz.
- Control del dinero: Maniobras para monopolizar el uso o las decisiones sobre el dinero, limitando el acceso de la otra persona o dando por descontado que se tiene más derecho a ello.
- Uso expansivo del espacio físico: Ocupar los espacios comunes impidiendo que la otra persona los emplee.
2) Los micromachimos encubiertos (de control oculto o indirectos) incluyen aquellos en los que el hombre oculta su objetivo de dominio. Algunas de estas maniobras son tan sutiles que pasan desapercibidas, y por ello pueden llegar a ser más efectivas que las anteriores. Este tipo de actuaciones impiden el pensamiento y la acción eficaz de la mujer, llevándola en la dirección elegida por el hombre y aprovechan su dependencia afectiva y su pensamiento "confiado", provocando en ella sentimientos de desvalimiento, confusión, culpa y dudas que favorecen el descenso de la autoestima y la autoconfianza.
Entre los micromachismos encubiertos, Luis Bonino señala los siguientes:
- Maternalización de la mujer: Inducir a la mujer a dar prioridad al cuidado de otras personas (hijos/as, familiares) promoviendo que ella no tenga en cuenta su propio desarrollo personal o laboral.
- Maniobras de explotación emocional: Generar en la otra persona dudas sobre si misma, sentimientos negativos y dependencia usando dobles mensajes, insinuaciones, acusaciones veladas, chantaje emocional, etc.
- Terrorismo: Comentarios de descalificación (de sospecha, agresivos) repentinos, sorpresivos que dejan indefensa a la otra persona por su carácter abrupto.
- Paternalismo: Hacer sentir a la mujer como si fuera una niña que necesita cuidados.
- Creación de falta de intimidad: No reconocer las necesidades de afecto de la pareja, la resistencia a hablar de sí mismo, invadir los espacios de intimidad de la otra persona, etc.
- Engaños: Desfigurar la realidad al ocultar lo que no interesa que la otra persona sepa.
- Autoindulgencia sobre la propia conducta perjudicial: Eludir la responsabilidad sobre las propias acciones, negarlas o no darles importancia (Hacerse el tonto, "No me di cuenta", "Quiero cambiar, pero me cuesta"), justificarse apelando a las obligaciones laborales ("No tengo tiempo para ocuparme de los niños").
3) Los micromachismos de crisis suelen utilizarse para restablecer el reparto previo y mantener la desigualdad de poder en momentos tales como el aumento del poder personal de la mujer por cambios en su vida o por la pérdida de poder del hombre por razones físicas o laborales.
Entre los micromachismos de crisis, Luis Bonino señala los siguientes:
- Seudoapoyo en las tareas de la casa: Se anuncia el apoyo pero sin hacerlo efectivo. Se evita así mostrar una oposición frontal pero no se colabora en el reparto de la carga doméstica
- Desconexión y distanciamiento: Se utilizan formas de resistencia pasiva, incluyendo falta de apoyo o colaboración, no tomar la iniciativa y luego criticar, amenazar con abandonar o abandonar realmente la relación.
- Hacer méritos: Maniobras consistentes en hacer regalos, prometer comportarse bien o hacer cambios superficiales, sobre todo frente a amenazas de separación, sin cuestionarse la situación de base o sus causas.
- Dar lástima: Comportamientos autolesivos como accidentes, aumento de adicciones, enfermedades, amenazas de suicidio, que inducen a la otra persona a pensar que sin ella él podría terminar muy mal.
Posteriormente, este autor reorganiza su propuesta manteniendo las categorías descritas (aunque diferenciando nuevos elementos en algunas de ellas) y añade una nueva, los micromachismos utilitarios que son los requerimientos abusivos hacia la mujer, la no participación en lo doméstico ni en el cuidado de los vínculos y de la familia y la no reciprocidad de cuidado hacia la mujer.
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