En una noche calificada como terrorífica por los propios manifestantes, que se agolpaban a las puertas del Parlamento de Grecia, en la Plaza Syntagma, los diputados de dicho país han dado su voto favorable a las medidas impuestas por la Troika, requisito indispensable para liberar el siguiente tramo del chantaje llamado “rescate” al que están sometiendo al pueblo griego.
Liderado por un tecnócrata que no ha sido elegido en las urnas, a espaldas de más de 100.000 manifestantes, los tres partidos mayoritarios han cumplido la última misión que Merkel, la Unión Europea y el FMI les había encomendado, justo antes de que, presumiblemente, se disuelva el Parlamento y se convoquen elecciones.
Las escenas vistas por medio mundo a través de internet de lo que estaba sucediendo, denotan el estado de angustia que soporta las ciudadanía de un país donde, los últimos gobiernos, se dedicaron a falsear las cuentas públicas, entregando su economía y su bienestar a la mafia financiera que ahora reclama el pago de una deuda odiosa.
Analizando las cifras de la deuda griega y quiénes son los países más expuestos ante un posible impago, comprendemos por qué era tan importante para Merkel y Sarkozy que la votación de hoy saliese adelante. Y es que la banca francesa posee títulos por valor de 40.241 millones de euros, de los que 10.610 millones corresponden a deuda pública, repartiéndose el resto entre deuda bancaria y privada. En cuanto a Alemania, es el siguiente país con mayor exposición directa, 28.314 millones de euros, de los que 24.095 millones son deuda pública.
Similares medidas de austeridad son impuestas también para el estado español. Y su cara más visible en estos momentos es la recién implantada Reforma Laboral. Queremos destacar que las medidas de austeridad de Grecia señalan el camino que se pretende que lleve también España, aquí se dio el primer paso con la ya olvidada reforma constitucional, que introducía un peligroso párrafo en el artículo 135.3: “Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta.”
La pérdida de soberanía nacional y la falta de representatividad son más que evidentes ante la imposición de tales medidas. Ante la semejanza con la situación griega, deseamos no vernos abocados al camino de la violencia, esperamos que el Gobierno entre en razón pero, de seguir los mismos dictados que han acabado por arruinar a Grecia y que están haciendo lo propio con países como Portugal o Italia, nos reafirmamos en nuestra voluntad de no aceptar tales imposiciones y de dar la vuelta a la situación.
Apoyamos al pueblo griego, lo acompañamos en su lucha, que también es la nuestra.
No tenemos miedo.