Un manual de instrucciones para revivir locales abandonados

Jose Durán Rodríguez | Diagonal PeriódicoUn manual que emula los libros de Elige tu propia aventura, pero con el objetivo de que la última página sea volver a habitar un espacio público en desuso o completamente abandonado, de los que proliferan en cada ciudad.

Una guía con la que no naufra­gar en las procelosas aguas de los trámites burocráticos ni ahogarse en las marejadas que siempre se producen en la relación de la ciudadanía con las administraciones, con consejos específicos sobre los plazos o agentes municipales con los que contactar para revivir ese local en el mercado o para establecer un rincón de juegos en la plaza.

Éstas son las ideas detrás de los Protocolos para la Activación de Espacios, el más reciente proyecto de Paisaje Transversal, una oficina de intervención social que desde 2007 desarrolla procesos innovadores de transformación y análisis urbano desde la implicación ciudadana. Con ellos, colectivos e in­di­vualidades podrán llevar a cabo esa aventura de insuflar aire a los espacios que agonizan en la calle.
El origen de los protocolos es una intervención en el barrio de Egia, San Sebastián, donde el Centro In­ter­nacional de Cultura Contem­po­ránea Tabakalera pasó una larga temporada sin sede por unas obras de remodelación.
En ese tiempo, esta entidad llegó a la conclusión de que necesitaba trabajar con su entorno para seguir desarrollando su actividad en otros espacios del barrio. Y ahí empezó la tarea de Paisaje Transversal. "Nos plantearon una colaboración para empezar un trabajo con el barrio, con asociaciones de vecinos, entidades de carácter social y cultural, de cara a desarrollar una serie de acciones para la reactivación de determinados equipamientos públicos y espacios que se consideraba que estaban infrautilizados", explica a Diagonal Guillermo Acero, arquitecto y socio de la oficina.
Lo primero que hicieron fue conocer los espacios del barrio con posibilidades de ser reactivados, las asociaciones que intervienen sobre el tejido y también la normativa municipal. Una vez rastreados todos los agentes y esbozado el escenario, tocó ponerse manos a la obra.
"A partir de este primer proceso en el que desarrollamos contactos con las entidades del barrio e hicimos un mapeo de espacios públicos, equipamientos y asociaciones, se planteó la necesidad de analizar cuáles son los mecanismos requeridos para poder empezar a activar dichos espacios", recuerda Acero.
"El trabajo se ha
de­sarrollado con el objetivo principal de que cualquier persona pueda poner en uso un espacio público"

Tras el análisis, lo que obtuvieron fueron estos protocolos, la materialización concreta de la investigación sobre el barrio de Egia, que el miembro de Paisaje Transversal define como "una herramienta operativa para que personas sin conocimiento exhaustivo de la normativa o de las posibilidades de uso de determinados espacios públicos puedan llevar a cabo sus proyectos y sepan qué pasos han de dar. El trabajo se ha de­sarrollado con el objetivo principal de que cualquier persona pueda poner en uso un espacio público".

Manual de instrucciones

La información que incluyen los protocolos es la básica para que los vecinos puedan enfrentarse a la tarea de dar un valor de uso a un local comercial vacío, por ejemplo. "Es como un manual de instrucciones: números a los que llamar, agentes municipales a los que hay que contactar, precio de la tramitación de licencias, documentación a presentar, plazos, usos que se pueden llevar a cabo en el espacio", enumera Acero.
Esta guía la forman cuatro protocolos: el de Locales Comerciales, el de Locales Municipales, el Protocolo de Espacio Público Peatonal y el Protocolo de Espacio Público Roda­do. Así, si es una entidad la que busca un espacio para una actividad profesional, tendrá que utilizar el Pro­tocolo de Locales Comerciales, o si es una persona que busca un lugar en el que realizar una actividad no profesional –por ejemplo, un taller cultural– tendría que consultar el Protocolo de Espacio Público o Protocolo de Locales Municipales.
La información que ofrecen afecta tanto a espacios públicos –plazas, parques, calles peatonales o de tránsito rodado que exigen trámites para montar un mercadillo, por ejemplo, y locales de propiedad municipal– como privados.

¿Local o global?

La experiencia de aplicación de los Protocolos de Activación de Es­pacios de Paisaje Transversal se ciñe al barrio de Egia, pero Acero considera que pueden ser muy útilesen otras latitudes.
Se desarrolló específicamente para usarse allí y requeriría ciertas adaptaciones en su metodología, precisa, pero cree que se podría utilizar en otros barrios e incluso en ciudades de gran tamaño.
"Es una herramienta extrapolable a otros lugares, con problemáticas similares. A escalas mayores, el trabajo sería más sencillo porque ten­drías unos protocolos más grandes y su capacidad de generar beneficios para la sociedad, los agentes o los propietarios sería mucho mayor. En Donosti, por ejemplo, sería plenamente factible aplicarlo a otras partes de la ciudad. Pero el trabajo inicial de reconocimiento, análisis y mapeo, sí es a una escala más reducida", afirma.
"Existe una parte de condicionantes normativos y legislativos que son particulares del municipio y sus requerimientos específicos, pero también hay otra de ámbito estatal, como el Código Técnico de la Edificación (CTE), que establece las condiciones para los locales de uso comercial. Pero es cierto que la mayoría de ordenanzas municipales mantienen condicionantes relativamente semejantes".
Acero también identifica las dificultades surgidas en el proceso de reactivación del barrio: "Hemos encontrado problemas para la activación de locales comerciales, particularmente. El CTE entró en vigor estableciendo unos condicionantes de seguridad y utilización para los locales comerciales que son positivos pero ha generado una situación en la que muchos barrios que disponen de este tipo de locales con cierta antigüedad, y que no habían sido reformados para su adaptación al CTE, se encuentran en un cierto limbo para reactivarlos y una necesidad de inversión económica  muy importante. Entendemos que es un trabajo que excede nuestro objetivo pero generar mecanismos para permitir activar estos espacios comerciales sería muy importante en beneficio de la actividad en los barrios, que se ha ido paulatinamente degradando".

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