BBC Mundo. Esta última tendencia hacia gobiernos de técnicos, después de que
meses antes cayeran los gobiernos de Portugal e Irlanda y que también el
de España se viera obligado a adelantar las elecciones, hace inevitable
que surja el debate de hasta qué punto otra víctima de la crisis es la
democracia europea.
"Lo que tenemos es a los mercados financieros,
no sólo dictando políticas, sino también designando primeros ministros.
La democracia en Europa ha quedado en una situación muy triste"
Físico e ingeniero por el Instituto Tecnológico de
Massachusetts, doctor en Economía, profesor de universidad, años de
experiencia como presidente del Banco Central de Grecia y como
vicepresidente del Banco Central Europeo.
Ése es a grandes rasgos el currículum de Lucas
Papademos, nuevo primer ministro griego. Lo que se dice un tecnócrata.
Italia está buscando el suyo: se habla de Mario Monti, antiguo comisario
de Economía de la Unión Europea.
Esta última tendencia hacia
gobiernos de técnicos, después de que meses antes cayeran los gobiernos
de Portugal e Irlanda y que también el de España se viera obligado a
adelantar las elecciones, hace inevitable que surja el debate de hasta
qué punto otra víctima de la crisis es la democracia europea.
Cada vez son más las voces que se elevan para
quejarse de que estos son cambios políticos impuestos por organismos que
en principio carecen de legitimidad para ello, la Unión Europea y
también por el Fondo Monetario Internacional (FMI): los que han pagado
los rescates e impuesto las políticas de austeridad.
Las quejas ya habían surgido cuando los
gobiernos, en el momento en que empezó la crisis, adoptaron las
políticas de recortes que se decía exigían los mercados.
Se dejaron oír también en la cumbre de los
países más ricos y emergentes, donde el G20 resolvió que el FMI se
encargara de supervisar la aplicación de los recortes presupuestarios en
Italia.
Y tuvieron su momento culminante con el
terremoto político que desató la ocurrencia de llevar los recortes a
referéndum en Grecia. Al final no sólo no se dio la votación, sino que
la propuesta fue la gota que colmó el vaso del rédito político de Yorgos
Papandreu.
¿Por qué el pueblo no iba a poder decidir la aplicación de políticas
que directamente le afectaban?, fue la pregunta que hacían quienes
defendían la consulta.
Y esta semana, la cuestión ha ido más allá. Los
políticos tradicionales no parecen ser adecuados para gestionar la
crisis y, defienden algunos, deberían ser sustituidos por técnicos,
expertos en economía, más allá de lo que hayan dicho los votantes.
"Mercados designando primeros ministros"
"Lo fundamental es el conocimiento. El
tecnócrata aportará conocimientos de cómo funciona la economía. Los
políticos sueñan con como funcionan los mercados", dijo en entrevista
con la BBC el italiano Vito Tanzi, economista y antiguo funcionario del
FMI.
Autor entre otros de "Gobiernos contra
Mercados", Tanzi cree que un gobierno de expertos "puede hacer un mejor
trabajo en informar a la gente de lo que es necesario hacer".
"Los técnicos sabrán mejor decirle a la gente las consecuencias de
las políticas. Si la gente les permite hacer los cambios, es una
historia diferente".
Distinta es la opinión de Costas Lapavitsas,
profesor de Economía la Escuela de Estudios Orientales y Africanos
(SOAS), de la Universidad de Londres, para quien lo que está pasando es
"inaceptable".
"Lo que tenemos es a los mercados financieros,
no sólo dictando políticas, sino también designando primeros ministros.
La democracia en Europa ha quedado en una situación muy triste", dijo
Lapavitsas a la BBC.
"La voluntad democrática del pueblo es
perfectamente capaz de resolver las crisis y se le debería dar la
oportunidad de expresarse".
John Mickelthwait, editor del semanario británico The Economist, coincide en que "la democracia europea tiene un enorme problema".
"Lo que va a pasar es que los tecnócratas van a
tener que responder pronto ante el pueblo, porque nada importa si no se
tiene legitimidad democrática", dijo Mickelthwait a la BBC.
Puerta abierta a los extremismos
Lo que preocupa al editor de The Economist es
que la situación derive en un caldo de cultivo para los extremismos en
Europa. "Si tienes una situación en la que el pueblo no siente que sus
puntos de vista están siendo representados, estás obligado a ver las
cosas cambiar", dijo a la BBC.
Sin embargo, para Mickelthwait, uno de los
problemas al que se enfrentan los europeos es que los líderes políticos
han fracasado.
Algo en lo que coincide el profesor Lapavitsas, aunque lo explica con
argumentos diferentes. "Han fracasado por no escuchar a su propia gente
y seguir el dictado de los mercados e instituciones financieras,
tomando medidas contra su propia gente y manifiestamente contrarias a
los intereses de la economía en sí".
"Las medidas de austeridad han empeorado la
crisis. Esas medidas venían dictadas por el FMI y otras organizaciones
ademocráticas, conocidos tecnócratas que lo que están ocasionando es
terrible".
Tanzi lo ve de forma distinta. "La idea de un
mercado financiero como un individuo que actúa de una forma muy
extraña, no hay quien se lo crea, la gente comprará deuda pública si
creen que les será devuelta la inversión. Si pierdes la confianza en un
país, vas a tener consecuencias".
"No existen los mercados financieros como tales, lo que hay son personas que quieren invertir, como cualquiera", dijo.
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